Mijaíl Botvinnik, el patriarca

    Mijaíl Moiseyévich Botvinnik, el sexto titular mundial de ajedrez, nació el 17 de agosto de 1911 en una familia ruso-judía de Kuokkala, entonces parte del Gran Ducado de Finlandia, perteneciente al Imperio Ruso, actual distrito de Répino, situado a 52 km de San Petersburgo. Como su madre era dentista y su padre técnico dental, pudieron trasladarse a la entonces capital imperial rusa, donde creció el futuro campeón. Su padre prohibió el uso del yiddish en casa y tanto Mijaíl como su hermano mayor Isaak estudiaron en escuelas soviéticas. En su autobiografía, Achieving the Aim (1981), contó que una vez alguien le preguntó qué se consideraba desde el punto de vista de la nacionalidad; su respuesta fue: «Es complicado. Soy judío por sangre, ruso por cultura y soviético por educación».

    De los primeros pasos a la consolidación de un futuro campeón

    Aprendió a jugar ajedrez a los 12 años con amigos de la escuela de su hermano mayor y, en 1925, con 14 años, logró vencer al entonces campeón mundial José Raúl Capablanca en 32 movimientos de un Gambito de Dama declinado, en una simultánea efectuada en Leningrado a raíz de la participación del cubano en el Torneo Internacional de Moscú. En 1926 se clasificó en segundo y tercer lugar en el campeonato de la ciudad de Leningrado, detrás de Alexander Ilyn-Genevsky; en el campeonato de la región noroccidental, finalizó tercero detrás de Ilya Rabinóvich e Ilyn-Genevsky. Fue seleccionado entonces para integrar el equipo de la ciudad en el match Leningrado-Estocolmo, efectuado en la capital sueca, donde venció Gösta Stoltz 1.5-0.5.

    El quinto campeonato nacional de la Unión Soviética (Moscú 1927) fue su primera participación en lo que sería uno de los más fuertes torneos de ajedrez en el mundo. Por entonces ese país aún no era la potencia que llegaría a ser; sin embargo, ya se vivía una verdadera fiebre ajedrecística. De hecho, a raíz del torneo de Moscú 1925, Vsevolod Pudovkin y Nikolai Shpkovsky filmaron el simpático corto titulado Fiebre de ajedrez, en el que aparece José Raúl Capablanca interpretándose a sí mismo, y que ilustra el interés de la población soviética por el juego ciencia. 

    Botvinnik joven / Foto: chess.com
    Botvinnik joven / Foto: chess.com

    En aquel evento, Botvinnik empató con Makogonov en quinto y sexto puestos, con 12.5 puntos de 20 posibles, detrás de los ganadores Bogatyrchuk y Romanovsky (14.5) y de Duz-Jotimirsky y Model (13). 

    El sexto campeonato, efectuado en 1929, tuvo una organización diferente, puesto que los 36 clasificados se distribuirían en cuatro grupos eliminatorios; clasificaban tres en cada uno, quienes se distribuirían en dos semifinales de seis participantes para avanzar a una final de cuatro, que finalmente solo reunió a tres. Botvinnik finalizó tercero en la primera semifinal y no clasificó para la ronda decisiva.

    Sin embargo, en el séptimo campeonato, realizado en Moscú en 1931, se impuso con 13.5 de 17 posibles, superando por dos puntos a su más cercano rival, Nikolai Riumin, y por tres y medio puntos a Alatortsev, Bogatyrchuk, Verlinsky y Yudovich. En el siguiente certamen de ese tipo, correspondiente a 1933, volvió a coronarse; esta vez con 14 puntos de 19 posibles, superando en uno a Alatortsev y en dos a Levenfish, Lisitsyn y Rabinóvich. Para entonces era, claramente, el mejor ajedrecista soviético. 

    Por tal razón, los dirigentes del ajedrez en el país organizaron un match entre el campeón soviético y el ajedrecista checo de origen judío Salomón Flohr —años después nacionalizado soviético—, quien a la sazón era considerado uno de los más fuerte candidatos a disputar el campeonato mundial contra Alexander Alekhine. El encuentro tuvo lugar entre Moscú y Leningrado, y terminó igualado a seis puntos: Flohr ganó la primera y sexta partidas y Botvinnik se impuso en la novena y décima; las demás concluyeron en tablas.

    Mijaíl Botvinnik versus Salo Flohr, en Moscú, 1933 / Foto: Chessbase
    Mijaíl Botvinnik versus Salo Flohr, en Moscú, 1933 / Foto: Chessbase

    Entre agosto y septiembre de 1934, Botvinnik se impuso con 7.5 unidades de 11 posibles en el «Torneo de Maestros con la participación de Euwe», donde aventajó a Romanovsky y Riumin (7), Rabinóvich (6.5), Kan (6) y el propio Euwe, (5.5), quien al año siguiente derrotaría a Aliekhine en el match por el campeonato mundial.

    Con tales logros, Botvinnik fue invitado al tradicional torneo de Hastings, que se celebraría entre fines de diciembre de 1934 y principios de enero de 1935. Allí su desempeño no fue el esperado. El evento fue ganado por Euwe, Thomas y Flohr, con 6.5 puntos de nueve posibles, y fueron escoltados por Capablanca, con 5.5, y Botvinnik y Lilienthal, con cinco respectivamente, ya en la mitad de la tabla de posiciones. El futuro campeón parecía no estar listo aún. 

    Sin embargo, entre febrero y marzo de 1935, ganó —empatado con Flohr— el Torneo Internacional de Moscú, diez años después de aquel torneo que había reunido a los mejores ajedrecistas del mundo con excepción de Alekhine, quien se había exiliado. En esta ocasión, los vencedores alcanzaron 13 puntos de 19 posibles, superando a Lasker (12.5), Capablanca (12), Spielmann (11), Kan y Levenfish (10.5), Lilienthal, Ragozin y Romanovsky (10), así como al resto de una nómina que incluía a Rabinóvich, Riumin, Alatortsev, Goglitze, Lisitsin, Bogatyrchuk, Ståhlberg, Pirć, Chejover y Menchik.

    Tabla final de posiciones del Torneo de Moscú 1935 / Fuente: www.chessgames.com
    Tabla final de posiciones del Torneo de Moscú 1935 / Fuente: www.chessgames.com

    En 1936 participó en dos grandes torneos. Entre mayo y junio, el tercer torneo internacional de Moscú reunió a diez ajedrecistas para un evento a doble vuelta. En esa ocasión ganó invicto Capablanca, quien parecía estar en el ocaso de su carrera; logró 13 puntos de 18 posibles, seguido de Botvinnik con 12. En los encuentros entre ambos el cubano derrotó al soviético en la primera vuelta y entabló en la segunda. El resto de participantes fueron Flohr (9.5), Lilienthal (9), Ragozin (8.5), Lasker (8) y Levenfish, Eliskases, Kan y Riumin (7.5).

    En agosto se efectuó el fuerte torneo de Nottingham, en el que Capablanca y Botvinnik se impusieron con diez puntos de 14 posibles, superando a Euwe (entonces campeón mundial), Reshevsky y Fine (9.5); Alekhine (9); Flohr y Lasker (8.5); Vidmar (6); Bogoljubov y Tartakower (5.5); Taylor (4.5); Alexander (3.5); Thomas (3), y Winter (2.5).

    Tabla final de posiciones del Torneo de Nottingham 1936 / Fuente: www.chessgames.com
    Tabla final de posiciones del Torneo de Nottingham 1936 / Fuente: www.chessgames.com

    Por aquellos años, Botvinnik estaba considerado entre los mejores ajedrecistas del mundo y era el mejor en la Unión Soviética. En los tiempos de su ascenso, Riumin y Alatortsev se habían convertido en sus principales rivales, pero él les superó claramente.

    En noviembre de 1938, la compañía holandesa de radio AVRO organizó y financió un torneo internacional al que fueron invitados los ocho mejores ajedrecistas del mundo: el campeón Alexander Alekhine, quien había recuperado el título en su match revancha de 1937; los excampeones José Raúl Capablanca y Max Euwe, así como quienes eran considerados los mejores jugadores de la nueva generación, el estonio Paul Keres, el soviético Mijaíl Botvinnik, el checo Salo Flohr, y los estadounidenses Reuben Fine y Samuel Reshevsky. 

    Fue una prueba maratónica puesto que cada ronda (se programó a dos vueltas) se efectuaba en una ciudad neerlandesa distinta. Al igual que ocurrió con el torneo de San Petersburgo de 1914, este sería considerado como una especie de torneo de candidatos, cuyo ganador, si no fuera el campeón, se convertiría en retador del título mundial. Al final se impusieron Keres y Fine, con 8.5 puntos de 14 posibles, seguidos por Botvinnik, con 7.5; Alekhine, Euwe y Reshevsky, con siete; Capablanca, con seis, y Flohr, con 4.5. Este resultado permitía, sobre todo a Keres y Fine, negociar un encuentro por el título mundial, aunque Botvinnik, con el respaldo de las autoridades soviéticas, también negociaba un match por el campeonato del mundo. 

    En su biografía sobre Botvinnik, el gran maestro Andrew Soltis (2014) cuenta que el último día del torneo Botvinnik le pidió a Alekhine una reunión, la cual se produjo a las 16 horas del día siguiente en el Hotel Carlton, donde se hospedaba el campeón. En alrededor de media hora llegaron a acuerdos preliminares; entre ellos, realizar un match en algún país europeo, con la excepción de Países Bajos, y preferiblemente en Moscú. Alekhine sería invitado a participar en un torneo en Moscú tres o cuatro meses antes del encuentro para aclimatarse a la ciudad. El fondo de premios sería de diez mil dólares, dos tercios de los cuales irían para Alekhine, con independencia del resultado. Los acuerdos serían secretos hasta que las autoridades soviéticas hicieran el anuncio. Ese mismo día Alekhine tenía otra cita con Keres para tratar el mismo tema. Keres le expresó su intención de desafiarlo en un match por el título mundial, pero el campeón estaba más inclinado a enfrentarse con Botvinnik, por las condiciones económicas y por la posibilidad de regresar a Rusia. 

    Botvinnik volvió a imponerse en el campeonato soviético de 1939, con 12.5 de 17 posibles, un punto por encima de Kotov, uno y medio más que Belavenets, y dos puntos sobre Makogónov y Chejover. En cambio, en el décimo segundo campeonato de la URSS, efectuado en 1940, solo consiguió empatar con Boleslavsky en los puestos quinto y sexto, con 11.5 puntos de 19 posibles, detrás de los ganadores Bondarevsky y Lilienthal (13,5); Smyslov (13) y Keres (12), cuyo país, Estonia, había sido incorporado a la URSS.

    Comoquiera que no se había podido concretar un encuentro por el campeonato de mundo con Alekhine, quien estaba dando largas a un encuentro con Keres, Fine o Botvinnik, el ganador de este evento sería apoyado por las autoridades soviéticas para disputar el título con el ruso-francés. 

    Sin embargo, los vencedores no eran lo suficientemente fuertes para enfrentar al entonces campeón del mundo, por lo que los dirigentes del ajedrez soviético tomaron la inusual decisión de convocar un nuevo torneo con los seis primeros clasificados. El Campeonato Absoluto de Toda la Unión se organizó entre Leningrado y Moscú en los meses de marzo y abril de 1941. Bajo el sistema de todos contra todos a cuatro vueltas se impuso Botvinnik con 13.5 de 20 posibles, venciendo a sus cinco oponentes frente a frente. Keres finalizó segundo (11), seguido de Smyslov (10), Boleslavsky (9), LIlienthal (8.5) y Bondarevsky (8).

    Dos meses después, la URSS fue invadida por la Alemania nazi y se esfumaron las posibilidades de cualquier encuentro por el campeonato del mundo.

    La guerra y los intentos por un match por el título mundial

    Para enfrentar a Alekhine, el principal rival de Botvinnik era Keres, quien después de la ocupación de Estonia, Letonia y Lituania era ciudadano soviético y debía subordinarse a las decisiones de la jerarquía moscovita estableciera en el ajedrez. Sin embargo, poco después de la invasión nazi, los países bálticos fueron ocupados por tropas alemanas y nuevamente Keres quedó fuera de la Unión Soviética.

    Tras la ocupación nazi de Francia, Alekhine, afectado por el alcoholismo y con escasos recursos económicos, decidió colaborar con los alemanes, por lo que fue rechazado por las fuerzas de resistencia de la Francia Libre, su país de adopción desde 1920. 

    Botvinnik se presentó en la oficina de reclutamiento, pero fue descalificado por su debilidad visual y fue evacuado con su familia hacia la antigua ciudad de Perm, enclavada en los Urales, adonde fue evacuando el Ballet Kírov, al que pertenecía su esposa Gayane. Él se desempeñaría como ingeniero en la industria de defensa. En el sitio de Leningrado fallecieron otros importantes ajedrecistas soviéticos como Nikolai Riumin, Ilya y Abraham Rabinóvich y Vsevolod Rauzer. 

    Durante la guerra, Botvinnik ganó de 1943 el torneo de Sverdlovsk, con 10,5 de 14 posibles, superando a Makogónov (9), Smyslov y Kan (8), Boleslavsky (7), Konstantinopolsky (6.5), Zagoriansky (4) y Ragozin (3). También dominó en 1944 el décimo tercer campeonato soviético, con 12.5 de 16 posibles, superando a Smyslov (10.5), Boleslavsky (10), Flohr (9.5), Makogónov y Mikenas (9), así como a otros 11 ajedrecistas.

    Finalizada la contienda volvió a imponerse, esta vez invicto, en el siguiente campeonato soviético, correspondiente a 1945. Obtuvo 15 puntos de 17 posibles y terminó con tres puntos sobre el segundo lugar, Boleslavsky, y cinco sobre el tercero, Bronstein.

    Al haber concluido la conflagración, Botvinnik volvió a insistir en la necesidad de un match con Alekhine. Para entonces el campeón mundial, exiliado en Portugal, era repudiado tanto por Francia como por la FIDE, y las autoridades soviéticas consideraban imposible un match por el campeonato del mundo con quien había sido un colaborador abierto de los nazis. De hecho, se produjo una propuesta de varias federaciones para destituir a Alekhine y convocar a un torneo entre los mejores ajedrecistas; a lo cual se opuso Botvinnik con el argumento de que el campeón que resultara de dicho torneo no tendría suficiente legitimidad sin derrotar al campeón vigente, el cual era «un peón en política, pero un grande del ajedrez». (Soltis, 2014, 149). Finalmente, las autoridades soviéticas le autorizaron a oficializar el reto al campeón mundial, que se formalizó a través de una carta a la Federación Británica de Ajedrez. Esta propuso que el encuentro se realizara en Nottingham en agosto de 1946. Sin embargo, el campeón falleció en Estoril el 24 de marzo en extrañas circunstancias.

    Hacia el campeonato del mundo

    Tras la muerte de Alekhine, la FIDE asumió el control del campeonato mundial, privando al campeón de la posibilidad de seleccionar a su retador. A partir de entonces sería el vencedor de un torneo de candidatos al que habrían de clasificar los mejores ajedrecistas del mundo y los primeros clasificados de un interzonal al que concurrirían los clasificados de torneos por regiones geográficas. 

    Previamente, se había considerado proclamar campeón al último extitular del mundo, el neerlandés Max Euwe, y que el ganador del torneo de candidatos se enfrentara a él. Pero finalmente se decidió convocar a un match-torneo con los seis mejores ajedrecistas del mundo, a quienes podrían unirse los vencedores en los torneos de Groningen y Praga, que se habían convocado para 1946, en caso de que los vencedores no estuvieran entre los seleccionados. Fueron invitados los participantes vivos del torneo AVRO, es decir, Keres, Fine, Botvinnik, Reshevsky, Euwe y Flohr; pero la Federación Soviética de Ajedrez propuso, y logró, reemplazar a Flohr, entonces ya ciudadano soviético, por Smyslov, quien despuntaba como el mejor ajedrecista de la joven generación. Finalmente, Fine declinó participar y su lugar no fue ocupado por Najdorf, quien había ganado el torneo de Praga, debido a que la URSS —que a última hora decidió no enviar a sus representantes— argumentó que la fuerza del torneo no justificaba la inclusión del argentino-polaco, aunque por su nivel ajedrecístico lo merecía.

    El torneo de Groningen, en cambio, sí reunió a varios de los más fuertes ajedrecistas del mundo, con excepción de Keres, quien no fue autorizado a participar por las autoridades soviéticas puesto que se encontraba bajo investigación por haber jugado torneos durante la ocupación nazi de Estonia. En este certamen, efectuado entre julio y agosto de 1946, Botvinnik se impuso con 14.5 de 19 posibles, superando a Euwe (14), Smyslov (12.5), Najdorf y Szabó (11.5), Boleslavsky y Flohr (11) y otros 13 competidores. Por cierto, Najdorf lo derrotó en su encuentro individual. 

    El Memorial Chigorin, organizado en Moscú entre noviembre y diciembre de 1947, reunió una fuerte nómina y Botvinnik se impuso con 11 puntos de 15 posibles, aventajando a Ragozin (10.5); Boleslavsky y Smyslov (10); Kotov (9,5); Keres y Novotelnov (9); Pachman (8.5), quien derrotó a Botvinnik en su encuentro individual; Trifunović (8); Gligorić (7.5), y otros seis ajedrecistas.

    Finalmente, entre marzo y mayo de 1948, se produjo el torneo por el campeonato del mundo entre cinco ajedrecistas a cinco vueltas, dos en La Haya y tres en Moscú. Botvinnik se impuso con 14 puntos de 20 posibles, seguido por Smyslov (11); Reshevsly y Keres (10.5) y Euwe (4). Se impuso a sus oponentes en todos los matches individuales. En consecuencia, se convirtió en el sexto campeón mundial de ajedrez.

    El campeón

    Durante los tres años que siguieron a la conquista del título mundial, Botvinnik se alejó de todo tipo de competencia ajedrecística, debido al fuerte estrés al que se vio sometido, y se dedicó a trabajar en su tesis doctoral en Ciencias Técnicas.

    Como campeón del orbe no pudo vencer a ninguno de sus cuatro oponentes, y solo logró ganar los dos matches de revancha. Empató el encuentro con David Bronstein en 1951 (12-12), producto de cinco victorias cada uno y 14 tablas. Conservó la corona debido a la regla que favorecía al campeón en caso de empate en la serie de 24 partidas. En 1954 se repitió la situación con Vasily Smyslov, fruto de siete victorias cada uno y diez tablas. En 1957 Smyslov lo derrotó por 12.5-9.5, pero recuperó la corona al año siguiente con puntuación de 12.5-10.5. En 1956, él había propuesto, y la FIDE aceptado, que en caso de derrota el campeón tendría derecho a un match de revancha bajo las mismas condiciones. 

    Nuevamente fue derrotado en 1960, esta vez por Mijaíl Tal, por 12.5-8.5, y recuperó el título en 1961 con un amplio resultado, 13-8. Para el siguiente ciclo, la FIDE había suspendido la posibilidad del match revancha y obligaba al campeón derrotado a participar en el Torneo de Candidatos. En 1963, Tigran Petrosian lo derrotó por 12.5-9.5 y Botvinnik, en protesta por la decisión de suprimir el match revancha, decidió retirarse de las competencias por el título mundial, incluidos los matches de candidatos de 1965.

    Durante su época como campeón mundial, Botvinnik participó en relativamente pocos torneos nacionales e internacionales.

    En el décimo noveno campeonato soviético, en 1951, finalizó quinto con diez puntos de 17, detrás de Keres (12), Geller y Petrosian (11.5), y Smyslov (11). Al año siguiente, en el Memorial Maroczy de Budapest, ancló entre los puestos del tercero al quinto, empatado con Smyslov y Ståhlberg, gracias a 11 puntos de 17 posibles, y detrás de Keres (12.5) y Geller (12). En el vigésimo campeonato soviético igualó con Mark Taimanov (13.5 de 19 posibles), pero a continuación lo derrotó en el match de desempate por 3.5-2.5. 

    En el vigésimo segundo campeonato soviético, de 1955, Botvinnik empató en los puestos del tercero al sexto con Petrosian, Ilivitsky y Spasski, con 11.5 de 19 posibles, media unidad menos que los vencedores, Geller y Smyslov. Ganó, junto a Smyslov, el Memorial Alekhine, realizado en Moscú entre octubre y noviembre de 1956, con 11 puntos de 15 posibles, superando a Taimanov (10.5); Gligorić (10); Bronstein (9.5); Najdorf (9); Keres y Pachman (8.5) y a otros ocho ajedrecistas. 

    Volvió a Hastings en la edición de diciembre de 1961 y enero de 1962. Allí obtuvo el primer lugar, invicto, con ocho puntos de nueve posibles, por delante de Gligorić (6); Flohr (5.5); Bisguier y Penrose (5) y otros cinco competidores. En dicho certamen solo concedió dos tablas, a Gligorić y Flohr, y derrotó al resto de contendientes. Días después se impuso en el torneo de Estocolmo, con 8.5 de nueve posibles. Solo entabló allí con Flohr y derrotó a los demás participantes. 

    Excampeón

    Poco después de su derrota ante Petrosian, Botvinnik tomó parte en algunos torneos con pocos competidores, evitando las jornadas extenuantes de los eventos largos. Conquistó en 1963 un pequeño torneo en Ámsterdam, donde sumó cuatro puntos de cinco posibles, gracias a tablas con Flohr y Bouwmeester y victorias sobre Donner, Kuijpers y Van Scheltinga. Se impuso en el certamen de Noordwijk, en febrero de 1965, con seis puntos de siete posibles; solo entabló con Flohr y Bobotsov y derrotó a Trifunović, Van Der Berg, Larsen, Donner y Kort. Ganó nuevamente el torneo de Ámsterdam 1966, con 7.5 de nueve posibles, dos unidades por encima de Pomar y dos y media más que Flohr.

    Regresó a Hastings para el torneo celebrado entre diciembre de 1965 y enero de 1966; obtuvo el primer lugar, con 6.5 de nueve posibles, seguido por Uhlmann (5,5); Balashov, Basman y Kurajica (5); Penrose (4.5); Mecking (4); Keene (3.5), y Czerniak y Hartson (3).

    En 1967 empató en segundo y tercer puestos con Smyslov en el fuerte torneo de Palma de Mallorca, con 12.5 puntos de 17 posibles, a medio punto del ganador, el danés Bent Larsen, a quien venció en su encuentro individual, y por delante de Portisch (11.5); Gligorić (10.5); Ivkov (10); Matulović (9); Lehmann y Torán (8.5); Diez del Corral y Donner (8); Medina y O’Kelly (6.5); Damjanović y Tatai (6); Bednarski y Calvo (5.5), y Eleazar Jiménez (5).

    En la también potente cita de Montecarlo, en abril de 1968, finalizó segundo, invicto, con nueve puntos de 13 posibles, a medio de Larsen, y delante de Smyslov y Hort (8.5); R. Byrne (8); Benkö, Gheorghiu y Portisch (7.5); Forintos (6.5); Damjanović y Uhlmann (5.5); Padevsky (5); Letzelter (1.5) y Zinser (1). 

    Empató en el primer lugar con Geller en el tradicional torneo de Wijk aan Zee de enero de 1969, con 10.5 puntos de 15 posibles, delante de Keres y Portisch (10); Olafsson (9,5); Benkö (9); Cirić (8.5); Donner y Doda (7.5); Kavalek (7); Lombardy (6.5); Ostojić (5.5); Medina y Langeweg (5); Van Scheltinga (4.5), y Ree (3.5).

    En sus últimos torneos internacionales los resultados no fueron buenos. En Belgrado 1969, finalizó séptimo al obtener 8.5 de 15 posibles, detrás de Gligorić, Ivkov, Matulović y Polugaievsky (10), y Geller y Lengyel (9.5), entre 16 participantes. En el pequeño torneo de Leiden 1970, entre cuatro grandes maestros a cuatro vueltas, compartió con Larsen los puestos tercero y cuarto, con 5.5 de 12 unidades, detrás de Spassky (7) y Donner (6).

    Principales competencias internacionales por equipos

    A pesar de ser el campeón mundial, Botvinnik fue excluido, en contra de su voluntad, del equipo soviético que participaría en la olimpiada mundial de ajedrez a celebrarse en Helsinki en agosto de 1952. Ello debido a que no mostró una forma adecuada en los entrenamientos, a su escasa participación en competencias tanto dentro como fuera de la URSS, y a que sus resultados en los pocos certámenes en que compitió no fueron convincentes. 

    No obstante, participó en todas las demás olimpiadas mundiales entre 1954 y 1964. En todas ellas obtuvo, junto al resto del equipo, la medalla de oro por países. En Ámsterdam 1954 obtuvo la medalla de oro individual entre los primeros tableros, al lograr, invicto, 8.5 de 11 posibles (seis victorias y cinco tablas); en Moscú 1956, medalla de plata individual entre los primeros tableros con 9.5 de 13 posibles (seis victorias y siete empates); en Múnich 1958, medalla de bronce entre los primeros tableros con nueve puntos de 12 (siete victorias, cuatro empates y una derrota); en Leipzig 1960, medalla de oro entre los segundos tableros con 10.5 de 13 posibles (ocho victorias y cinco empates); en Varna 1962, quedó fuera de las medallas individuales en el primer tablero al obtener ocho puntos de 12 (cinco victorias, seis empates y una derrota), y, en Tel Aviv 1964, medalla de bronce entre los segundos tableros con nueve puntos de 12 (siete victorias, cuatro empates y una derrota). 

    Mijaíl Botvinnik versus Robert Fischer en la olimpiada mundial de ajedrez de Varna, 1962. / Foto: Chessbase
    Mijaíl Botvinnik versus Robert Fischer en la olimpiada mundial de ajedrez de Varna, 1962. / Foto: Chessbase

    Hizo parte del equipo soviético en dos campeonatos europeos por equipos. En efectuado en 1965 en Oberhausen, Alemania, obtuvo las medallas de oro por países e individual en el primer tablero, con seis puntos de nueve posibles (cuatro victorias, cuatro empates y una derrota). En Hamburgo 1965, se colgó la medalla de oro por países, pero no consiguió presea individual como segundo tablero pues acumuló solo 3.5 de ocho posibles (dos victorias, tres empates y tres derrotas).

    En el llamado Match del Siglo entre un equipo de diez ajedrecistas de la URSS y diez del Resto del Mundo, efectuado en Belgrado a cuatro rondas entre marzo y abril de 1970, derrotó en el noveno tablero, por 2.5-1.5, al yugoslavo Milan Matulović, a quien superó en la primera partida e igualó en las tres siguientes.

    Maestro, investigador y político 

    Botvinnik fundó su escuela de ajedrez en 1963, después de perder definitivamente el título mundial. Por ella pasaron varios de los mejores grandes maestros soviéticos; entre ellos tres campeones mundiales, Anatoly Kárpov, Garri Kaspárov y Vladimir Krámnik, así como Alexei Shirov, Yuri Balashov, Yuri Razuváez, Artur Yusupov, Serguei Dolmátov, Lev Psajis, Elena Ajmilóskaya, Jaan Ehlvest, Andre Sokolov y Nana Ioseliani.

    Garri Kaspárov y Mijaíl Botvinnik en 1986 / Foto: Douglas Griffin Tweet
    Garri Kaspárov y Mijaíl Botvinnik en 1986 / Foto: Douglas Griffin Tweet

    En el tomo segundo de su libro Mis geniales predecesores, Kaspárov destaca las cualidades de Botvinnik como pedagogo, aunque era poco dado a aceptar opiniones contrarias. Asimismo, señala la inmensa influencia que tuvo en su formación como ajedrecista de alto nivel. 

    Su escuela, sin embargo, fue cerrada cuando las autoridades soviéticas exigieron a los grandes maestros su firma en una carta colectiva condenando públicamente a Víktor Korchnoi, quien se negó a regresar a la Unión Soviética tras participar en el torneo IBM de 1976. Botvinnik era conocido por sus férreas concepciones ideológicas, era un comunista convencido, con actitudes espartanas. Simplemente dijo que él no firmaba cartas colectivas. También se negaron Spasski, Bronstein y Gulko.

    Después que Kaspárov se convirtió en campeón mundial, se estableció en 1986 la escuela Botvinnik-Kaspárov. Hasta que la Perestroika los separó: mientras Botvinnik se oponía, Kaspárov la apoyaba. El maestro se oponía al desarrollo del mercado; creía que la planificación era técnicamente posible si se lograran desarrollar los sistemas computacionales, y trabajó en ello en la década de los ochenta. Temía lo que luego sucedió: el derrumbe del socialismo y la desintegración de la URSS. Para el discípulo, el comunismo no solo no tenía remedio, sino que era un sistema fallido.

    Las investigaciones de Botvinnik sentaron las bases para crear computadoras que fueran capaces de jugar ajedrez y llegó a crear el programa Pionero, que no tuvo éxito, pero echó las bases de investigaciones futuras que han llevado a la generación de poderosos motores de análisis. Se opuso al desarrollo del ajedrez rápido porque consideraba que ocasionaría la muerte del juego ciencia.

    Carácter, controversias y legado

    Mijaíl Moiseyévich Botvinnik era reconocido como una persona de recio carácter, inflexible y dogmática, no solo ideológicamente, sino en muchas cuestiones prácticas de la vida. Como norma tanto de su existencia como de su entrenamiento adoptaba actitudes casi espartanas. En los años de su ascenso al pináculo del mundo del ajedrez, se benefició de relaciones directas con altos jerarcas del gobierno soviético, aunque también cosechó poderosos enemigos, sobre todo en el entorno de Lavrenty Beria. 

    Sus críticos señalan su voluntad de acomodar las normas para la realización de los campeonatos mundiales a sus intereses. Después de que no pudiera derrotar a sus dos primeros retadores, Bronstein en 1951 y Smyslov en 1954, utilizó su indudable influencia como titular del orbe para que el congreso de la FIDE de 1956 aprobara la cláusula que permitía al campeón derrotado tener una opción de revancha al año siguiente de perder el título, y la usó provechosamente en 1958 y 1961; asimismo, otra que ha sido llamada «regla Botvinnik», que estableció una limitación para evitar que en un torneo de candidatos compitieran más de cinco ajedrecistas de un solo país y que afectó a Stein en 1962 y 1964 y a Bronstein en 1964. 

    Tradicionalmente tuvo malas relaciones con sus principales oponentes, aunque las peores fueron con Bronstein; en cambio sostuvo relaciones de amistad muy profundas con Flohr. Sus contemporáneos mencionan que solía mantener distancia y frialdad con sus colegas y que desconfiaba incluso de sus asesores en los torneos e incluso en los matches por el título mundial. 

    Salo Flohr y Mijaíl Botvinnik / Foto: www.jugadoresdeajedrez.com
    Salo Flohr y Mijaíl Botvinnik / Foto: www.jugadoresdeajedrez.com

    Fue autor de numerosos libros y artículos dedicados al ajedrez; destacan su autobiografía, los que dedicó a los matches por el campeonato mundial, así como tres volúmenes con sus partidas completas comentadas y notas selectas. Existen variantes que llevan su nombre en la Inglesa, la Caro-Kann y la Eslava, así como en el Gambito de Dama. Sus ideas en la apertura se basaban en la búsqueda de ventajas posicionales.

    De acuerdo con la base de datos Chessmetrics, Botvinnik ocupó el primer lugar según el coeficiente Elo en 131 meses entre septiembre de 1936 y mayo de 1958. Su más alta puntuación la obtuvo en octubre de 1945 con 2885. En el promedio de sus mejores diez años entre los ajedrecistas del pasado, comparte los puestos quinto y sexto con Fischer, con 2810 de promedio, solo superados por Kaspárov (2863), Lasker (2847) Kárpov (2821), y Capablanca (2813).

    Ha sido reconocido como el patriarca de la escuela soviética de ajedrez por el largo tiempo en que mantuvo la condición de campeón del mundo y ha inspirado a varias generaciones de ajedrecistas soviéticos con su sistematicidad en el análisis y la férrea disciplina. Mijaíl Moiséyevich Botvinnik falleció en Moscú el 5 de mayo de 1995, a pocos meses de cumplir 84 años.

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