Le escribimos por su interés en Cuba. Sabemos que usted formó parte de una delegación del Congreso que viajó a La Habana el pasado mes de febrero y que ha abogado por el fin del embargo de Estados Unidos hacia la isla y porque retiren al país de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Respetamos su derecho a opinar sobre las políticas estadounidenses hacia Cuba.
Tomamos nota de su defensa de los derechos de los estudiantes activistas de Columbia University a cuestionar las políticas y prácticas del gobierno estadounidense en relación con Israel, y de su apoyo a los derechos de los palestinos.
Esperamos que, del mismo modo que critica las políticas israelíes, también considere la posibilidad de examinar algunas de las políticas cubanas.
Dado que la delegación del Congreso con la que usted viajó a Cuba afirma haberse reunido con familiares de un preso político, suponemos que usted es consciente de que hay más de mil presos políticos que cumplen condenas extremadamente largas por haber participado en protestas en 2021 contra las políticas y prácticas del gobierno cubano. La mayoría de ellos son jóvenes afrodescendientes que pertenecen a la misma generación que los estudiantes que ahora protestan en Estados Unidos. Esperamos que considere apoyar el derecho de los ciudadanos cubanos a expresar sus quejas y criticar a su gobierno y no suponer que los manifestantes son delincuentes comunes, como los caracterizan los funcionarios cubanos.
Queremos asegurarnos de que, mientras aboga por un compromiso más positivo con Cuba, sea consciente de que el gobierno cubano acaba de dictar nuevas sentencias para catorce cubanos que participaron en agosto de 2022 en protestas en Nuevitas, Camagüey, contra los continuos cortes de electricidad. Los manifestantes llevaron sus demandas a la oficina local del Partido Comunista, al igual que hicieron otros ciudadanos en Santiago de Cuba en marzo de 2024, pidiendo el fin de la escasez de alimentos y electricidad. Por llamar la atención sobre los fracasos de sus dirigentes y pedir libertad, fueron declarados culpables de sedición, propaganda enemiga, sabotaje y acciones contra la Seguridad del Estado cubano, y condenados a penas de hasta 15 años de prisión. Se les acusó de estar manipulados por fuerzas externas, es decir, por exiliados cubanos que el presidente Miguel Díaz- Canel tildó de «terroristas mediáticos» luego de que enviaran mensajes de apoyo a sus compatriotas residentes en la isla a través de las redes sociales.
Esperamos que, al reconocer el derecho a la protesta de los estudiantes a protestar en Estados Unidos, considere también la posibilidad de condenar la represión del gobierno cubano contra sus manifestantes y acepte hablar con los activistas cubanos de la diáspora que se esfuerzan cada día por concienciar sobre las injusticias perpetradas contra sus compatriotas.
Queremos estar seguros de que, aunque usted señala con razón que los palestinos deben disfrutar del derecho a regresar a su tierra, tome nota también de que a los exiliados cubanos se les niega sistemáticamente el derecho a entrar en su país. Sin duda, usted critica la negativa de Israel a permitir la entrada de periodistas extranjeros en Gaza. Esperamos que sea igualmente crítico con la negativa de Cuba a permitir que periodistas extranjeros se reúnan con disidentes cubanos, visiten las cárceles cubanas o accedan a los registros policiales, y que reconozca que la mayoría de los periodistas independientes cubanos se han visto obligados a exiliarse por su gobierno en los últimos tres años.
Usted es claramente consciente de que durante décadas las casas palestinas han sido arrasadas hasta los cimientos para dar paso a los asentamientos israelíes. Queremos que esté segura de que sabe que el Estado cubano ha confiscado a los cubanos sus propiedades y negocios desde la década de 1960, que a los cubanos se les confiscan los pasaportes cuando están en misiones médicas y se les revoca la ciudadanía por motivos ideológicos. Cuba tiene el porcentaje más bajo de miembros del Partido Comunista de cualquier país nominalmente comunista y no permite la existencia de otros partidos políticos, creando así un apartheid ideológico que margina a la mayoría de sus ciudadanos de la vida política oficial y criminaliza a su oposición.
Aunque usted fue citada en la prensa afirmando que es ridículo suponer que debe consultar a los miembros cubano-americanos del Congreso sobre Cuba antes de viajar allí para reunirse con funcionarios del gobierno, esperamos que reconozca que tenemos derecho a pedirle como miembro del Congreso que preste atención a nuestras preocupaciones como personas con un profundo conocimiento y experiencia de las condiciones sociales, económicas y políticas en Cuba.
Esperamos que su apoyo al derecho a protestar contra las políticas estatales no se limite a las causas que usted defiende personalmente o solo a los estadounidenses. La libertad de expresión es un derecho humano fundamental consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos. El gobierno cubano no respeta ese derecho a pesar de que Cuba adoptó los derechos civiles y políticos esbozados en dicha declaración en 1948. Creemos que debe tenerlo en cuenta a la hora de formular su posición política hacia Cuba.