Cubanos en la guerra en Ucrania: ¿tráfico de personas y mercenarismo?

    Alex Vega Díaz y Andorf Velázquez García, dos jóvenes que apenas alcanzan los 20 años, partieron de Cuba a Rusia para trabajar como albañiles, o eso les prometió Elena Shuvalova, una supuesta rusa muy activa en redes sociales, sobre todo en grupos en Facebook de cubanos que viven o desean vivir en la nación eslava. Se trata de un acuerdo más común de lo que parece. En muchas de estas comunidades virtuales abundan los intermediarios (cubanos y rusos) que prometen viajes a Moscú y contratos de trabajo; abundan quienes lo aceptan y también quienes, pasadas unas semanas, ya en Rusia y sin techo, abrigo o dinero para comer, denuncian que en realidad se trató de una estafa. 

    Alex y Andorf sostienen que también fueron estafados, a pesar de que reconocieron haber salido de la isla conscientes de que trabajarían en la construcción de trincheras, quizás la más conocida de las estructuras básicas de ingeniería militar. También dijeron no ser los únicos.

    El testimonio ofrecido por estos jóvenes a un influencer cubano radicado en Estados Unidos, conocido como Alain Paparazzi, causó revuelo tanto dentro como fuera de Cuba, y ha levantado sospechas sobre la posibilidad de que el Kremlin y el gobierno cubano estén involucrados en una supuesta red de tráfico de personas destinadas a alimentar las tropas invasoras rusas en territorio ucraniano. Según Alex y Andorf, una vez llegados a Rusia, fueron trasladados a las zonas de reclutamiento militar, donde les hicieron firmar un contrato escrito en ruso que los ata por un año al ejército de ese país por un sueldo de 204 mil rublos (unos dos mil 85 dólares). Luego los sometieron a un chequeo médico y les dieron entrenamiento militar. Días después los llevaron a la tercera línea de combate, pero enfermaron y terminaron en un hospital. Las mujeres que les consiguieron el pasaje, dicen, les retiraron su primera paga del ejército con la excusa de recuperar los gastos del viaje desde Cuba. 

    Sus declaraciones han venido a confirmar lo que, en verdad, se sabe desde hace más de seis meses: son varios los cubanos —aún no se conoce con exactitud cuántos— que prestan servicios en las fuerzas militares rusas que desde el 24 de febrero de 2022 desarrollan una campaña de invasión en Ucrania. 

    El 4 de septiembre, pocos días después de que saliera a la luz el testimonio de estos jóvenes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) emitió un comunicado en que reconocía la presencia de cubanos en la guerra en Ucrania. Según la nota, el Ministerio del Interior (MININT) había detectado «una red de tráfico de personas que opera desde Rusia para incorporar a ciudadanos cubanos allí radicados, e incluso algunos procedentes de Cuba, a las fuerzas militares que participan en las operaciones bélicas en Ucrania». El texto aclaraba que el MININT trabaja en la desarticulación de esa red, pero no ofrecía más detalles, y ni siquiera mencionaba a las autoridades rusas. 

    El comunicado del MINREX revela que se trata de un asunto importante para Cuba. La presencia de cubanos en las tropas invasoras rusas deja bastantes dudas sobre una posible participación del régimen de La Habana en la guerra de Ucrania, lo cual puede significar para la isla un serio tropiezo en sus relaciones con Occidente, especialmente con Estados Unidos y la Unión Europea. Las potencias occidentales jamás verían con buenos ojos este asunto, especialmente luego de controvertidas decisiones del gobierno de Miguel Díaz-Canel: el viraje prorruso de la economía cubana, la postura interna de apoyo a la invasión y la abstención de condenar a Rusia en la arena internacional. Por eso no es de extrañar el énfasis del MINREX en que «Cuba no forma parte del conflicto bélico en Ucrania». 

    Apenas unos días después del comunicado, el medio oficialista Cubadebate se hizo eco de una declaración de la Dirección General de Investigación Criminal del MININT que informa sobre la detención de 17 personas relacionadas con una red de tráfico de personas que enviaba cubanos a luchar en el ejército ruso. La nota explica que tres de los detenidos «pertenecían al esquema de reclutamiento dentro de la isla, dirigido desde el exterior», y que los otros 14 confesaron haberse incorporado voluntariamente a la red a cambio de «una sustancial retribución monetaria». El MININT reconoce que este grupo tenía en la isla una «cabecilla», quien identificaba a «individuos con antecedentes penales, provenientes de familias disfuncionales, para incorporarlos al sistema mercenario». A pesar de los datos ofrecidos, la nota deja más preguntas que respuestas: ¿desde qué país del «exterior» se organizó esta red?; ¿están involucradas las autoridades rusas en estos reclutamientos, o al menos conocían de esta red y la consentían?; ¿por qué las autoridades cubanas esperaron para actuar a que la noticia sobre el reclutamiento de cubanos en Rusia llegara a medios importantes como CNN, El País y The New York Times?

    La respuesta del Kremlin se supo poco más tarde, a través de las declaraciones que Alexei Chepa, primer vicepresidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal, ofreció al medio ruso News.ru. Chepa aclaró que el Ministerio de Defensa ruso no tiene intención alguna de reclutar cubanos, sin embargo, no descartó que estos se organizaran en chats para «ayudar a la Federación Rusa». 

    «Hay una gran campaña de reclutamiento para el ejército ucraniano en todo el mundo. ¿Dónde has oído hablar de ello, dónde has oído a alguien haciendo un escándalo? No estamos reclutando a nadie. Pero la gente puede estar autoorganizándose, trabajando en salas de chat. Todas las embajadas ucranianas en todos los países reclutan mercenarios para el ejército ucraniano, pero nosotros no hacemos eso», añadió.

    ¿Estafados o mercenarios?

    Apenas un día después de la declaración del MINREX, The Moscow Times, un medio bastante crítico del gobierno de Putin, publicó una investigación que arrojó nuevas luces sobre el reclutamiento de cubanos por parte del ejército invasor ruso. De acuerdo con este reportaje, es en Facebook que varios cubanos han encontrado ofertas de alistamiento en las tropas rusas, sobre todo en grupos que reúnen a residentes en Rusia y personas que pretenden emigrar a ese país. 

    Una de estas comunidades es «Cubanos en Moscú», que cuenta con más de 76 mil miembros. Se trata de un grupo variopinto en que los usuarios comparten todo tipo de información: vuelos baratos Varadero-Moscú, coyotes para emigrar ilegalmente a países miembros de la Unión Europea (esto antes de la guerra, por supuesto), envío de combos de comida a Cuba, compra y venta de rublos, ofertas de trabajo de empleada doméstica o constructor, solicitudes para compartir la renta de un cuarto, y mucho más. También abundan las denuncias a estafadores y, también, algunos posts de madres que desde Cuba ruegan por información sobre sus hijas desaparecidas hace casi un mes en Rusia. 

    Sin embargo, desde hace pocos meses, una nueva oferta ha llegado a este y otros grupos similares: la de viajar de Cuba a Rusia para enlistarse en el ejército. La propuesta ha sido compartida en varias ocasiones por una usuaria, supuestamente rusa, llamada Elena Shuvalova, y por otra, aparentemente cubana, que se identifica como Dayana. Ambas dicen poder garantizar la resolución inmediata de los trámites migratorios para viajar a Rusia, la compra de los pasajes, la firma de un contrato por un año en el ejército ruso, la obtención de la ciudadanía rusa y un salario de 204 mil rublos, además de la posibilidad de trasladar posteriormente al país eslavo a la familia del reclutado.

    Según The Moscow Times, el ejército invasor cuenta con «batallones internacionales» de entre 300 y mil hombres. Un supuesto oficial ruso de rango superior que prefirió mantenerse en el anonimato reveló a este medio que algunos de esos batallones están formados casi por completo por cubanos y serbios.

    «Hablan mal el ruso y no todos lo hablan. No está claro cómo trabajar con ellos. Y no se trata de una empresa privada, sino que todos están contratados por el Ministerio de Defensa [de Rusia]», declaró.

    The Moscow Times, además, logró comunicarse con Shuvalova, quien confirmó que se dedica a reclutar cubanos para la guerra y que su trabajo incluye resolver de manera rápida los trámites migratorios para el viaje a Rusia, así como la compra de los pasajes, aun cuando estos estén caducados. Se negó a responder cuando se le preguntó si trabajaba directamente para el Ministerio de Defensa ruso. 

    Captura de pantalla de oferta de reclutamiento compartida por Elena Shuvalova

    Hasta el momento, no se han reportado casos como el de Alex Vega y Andorf Velázquez. Incluso los cubanos que The Moscow Times dijo entrevistar en su reportaje reconocieron haber entrado voluntariamente al ejército ruso, a sabiendas de los riesgos que implicaba. Para ellos, la posibilidad de morir bien valía la pena si por ello obtenían la ciudadanía rusa y un salario con el que ayudar a sus familias. 

    Todo apunta a que, en efecto, existe una red de tráfico de personas que recluta a cubanos para enlistarlos en las tropas rusas, sin embargo, no se cuenta con pruebas contundentes que demuestren que —quizás a excepción de algunos casos— estos fueron engañados en algún momento. Los datos revelados por el grupo de hackers Cyber Resistance, luego publicados por el medio estadounidense The Intercept y la plataforma informativa ucraniana Inform Napalm, refuerzan esta idea. 

    Según The Intercept, los hackers independientes de Cyber Resistance, en conjunto con algunos «aliados del gobierno ucraniano», lograron recopilar información sobre el reclutamiento de más de un centenar de cubanos por parte del ejército invasor luego de infiltrarse en la cuenta personal de correo electrónico del mayor Anton Valentinovich Perevozchikov, un oficial ruso del Distrito Militar Occidental. Entre los documentos obtenidos se encuentran más de 120 escaneos de pasaportes e imágenes de ciudadanos cubanos, así como una serie de contratos de alistamientos escritos en español (lo cual contrasta con lo narrado por Alex Vega y Andorf Velázquez), todos vinculados a una sección de las Fuerzas Armadas rusas con sede en la región de Tula, donde está ubicada una escuela militar y una base de soldados de tropas aerotransportables. 

    Perfil del mayor Anton Valentinovich Perevozchikov revelado por Cyber Resistance 

    Los contratos prometen un pago único en efectivo de 195 mil rublos (mil 979 dólares) y un salario de 204 mil rublos mensuales a quienes firmen para servir en la «operación militar especial», es decir, en la invasión a Ucrania. Además, contempla que esta última cifra puede aumentar en dependencia del rango que alcancen los reclutados, así como «prestaciones familiares y conyugales». Los documentos también revelan que al menos cinco de los cubanos reclutados por Perevozchikov entraron a Rusia por Bielorrusia, principal aliado político y militar del Kremlin en la región. Otro dato interesante es el amplio margen de edad de los reclutados: el más joven, Yoender Raúl Mena Álvarez-Builla, tiene apenas 18 años, mientras que el mayor, Lázaro Oliva Fernández, cumplirá 69 años en diciembre de 2023. Ambos provienen de La Habana. 

    The Intercept investigó a algunos de los cubanos reclutados en Tula y concluyó que cada uno se enlistó de forma voluntaria. Algunos de ellos, incluso, han publicado en sus redes fotos frente a una columna de tanques con la característica «Z» del ejército invasor ruso, o posando con los uniformes de las tropas de paracaidistas. Todo indica que recibieron entrenamiento militar en Tula. 

    Este medio dijo haber intentado comunicarse con las autoridades cubanas en varias ocasiones, pero estas se negaron a responder. Además, especula sobre si Cuba conocía de estos hechos y el comunicado del MINREX no haya sido más que una intentona por evitar enemistarse con la comunidad internacional tras la revelación de los documentos hackeados. 

    «Es posible que se reclute a ciudadanos cubanos por razones económicas, ya que son más baratos. Aparte de los salarios, el gobierno ruso está obligado a proporcionar compensaciones adicionales en caso de lesiones o muerte de sus ciudadanos. Sin embargo, esta responsabilidad no se extiende a los ciudadanos cubanos», declaró a The Intercept un supuesto alto oficial ucraniano sobre lo revelado por Cyber Resistance

    Hasta el momento, según datos de la agencia británica Reuters, han muerto en la invasión en Ucrania más de 62 mil 200 personas, más de 61 mil han resultado heridas y cerca de 15 mil han sido declaradas desaparecidas. En otras palabras, Rusia recluta cubanos para usarlos como carne de cañón barata en la guerra. 

    Otra prueba a favor del carácter voluntario de los reclutamientos puede ser las declaraciones que dio al programa A Fondo, de América Tevé, el supuesto exoficial cubano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) Lázaro González. De acuerdo con esta fuente, los cubanos que se han enlistado en el ejército ruso conocen los peligros a los que se enfrentan, pero también los «beneficios». González aseguró que todos los puntos del contrato firmado con el Ministerio de Defensa ruso se han cumplido. González dijo estar al mando de una compañía de cubanos que no supera los 90 soldados en la región de Riazán, en Rusia. Además, rechazó que el comunicado del MINREX lo calificara a él y a sus compañeros como «mercenarios», y aclaró que no hay presencia de altos mandos militares de Cuba en el terreno y que, de momento, a los cubanos no se les envía a las primeras líneas de combate. 

    Un secreto a voces

    Luego del rápido alcance mediático que tuvo la noticia sobre la presencia de cubanos en las tropas invasoras rusas en Ucrania, el régimen de La Habana reconoció la existencia de una red de tráfico de personas y dijo no tener absolutamente nada que ver con el conflicto bélico que se desarrolla en Europa del Este. Y, aunque de momento no hay pruebas que vinculen directamente a las autoridades de la isla con el reclutamiento de cubanos, sí se puede demostrar que conocen de estos hechos desde hace varios meses. 

    Existen varios antecedentes que desmienten las declaraciones de Alexei Chepa y el supuesto desconocimiento del gobierno cubano sobre el reclutamiento de sus ciudadanos para la guerra en Ucrania. Uno de ellos se dio a conocer en marzo de 2022, cuando The Moscow Times publicó un reportaje que revelaba las presiones que ejercía el régimen de Vladimir Putin sobre los migrantes de Asia Central residentes en Rusia para sumarlos al ejército. La noticia, que provocó la condena de varios países de Occidente a tales reclutamientos forzados, tuvo como fuente principal una lista de más de seis mil páginas, filtrada por el medio Ukrainska Pravda, con datos de los 120 mil soldados provenientes de Rusia que entonces combatían en Ucrania. El reportaje, además, mencionaba diversas redes de reclutamiento vinculadas al Ministerio de Defensa ruso que prometían la ciudadanía a los migrantes que se enlistaran en sus fuerzas armadas.

    Los esfuerzos del Kremlin para reclutar extranjeros no se limitaron a la región de Asia Central, sino que llegaron a Europa, específicamente a Serbia. El presidente de este país, Aleksandar Vučić, exigió a Putin en enero de 2023 que cesara en sus intenciones de sumar a ciudadanos serbios a las filas del grupo paramilitar Wagner mediante páginas web y redes sociales.

    Cuatro meses después de que el gobierno serbio denunciara las artimañas desarrolladas por Rusia, Putin firmó un decreto que concede de manera expedita la ciudadanía de su país a los extranjeros que se unan a la campaña en Ucrania. Dicha normativa reduce el período de los contratos militares para extranjeros a un año y agiliza enormemente los trámites burocráticos para la obtención de la ciudadanía. Varios medios occidentales y otros críticos de Putin calificaron el decreto como una medida desesperada de Rusia para aumentar sus efectivos tras el fracaso del reclutamiento forzado de sus propios ciudadanos en un momento de la guerra que inclinaba la balanza del lado ucraniano.

    El 26 de agosto de 2023, el periódico ruso Vedomosti informó que Mikhail Matreyev, vicepresidente del Comité de Política Regional y Autonomía Local de la Duma estatal, propuso un proyecto de ley que permitiría la privación de la ciudadanía adquirida a quien eludiera el registro militar y la movilización, así como a sus familiares. Según ese medio, apenas unos días antes Valery Fadeyev, jefe del Consejo Presidencial para los Derechos Humanos de Rusia, solicitó al gobierno que la inscripción de los extranjeros en el registro militar se realizara simultáneamente a la expedición del pasaporte ruso. 

    Supuestos cubanos durante el proceso de reclutamiento del ejército ruso. / Fuente: La Gaceta de Riazán

    De los cubanos reclutados por el ejército ruso se sabe al menos desde mayo de 2023, cuando La Gaceta de Riazán reportó que varios de los 450 extranjeros reclutados de enero a mayo de 2023 en la región de Riazán (más de 190 kilómetros al sureste de Moscú) provenían de Cuba. Ese medio digital confirmó, una vez más, que el salario mensual de 204 mil rublos y la obtención inmediata de la ciudadanía rusa constituían las dos principales razones a las que aludían los voluntarios de la isla para enlistarse.  

    Aunque cabe la posibilidad de que el gobierno cubano no sospechara de la existencia de una red de tráfico de personas relacionada con estos reclutamientos, sí conocía que varios de sus ciudadanos trabajaban para un ejército extranjero. Sin embargo, su reacción por entonces distó mucho de lo expresado en el comunicado del MINREX. El 29 de mayo de 2023, a solo cinco días de la publicación en La Gaceta de Riazán, el sitio web oficialista Las Razones de Cuba —asociado al MININT— calificó la noticia de «campaña mediática difamatoria impulsada por el imperialismo», y declaró que el gobierno de Cuba no estaba implicado con estos hechos, a los que calificó de «decisiones personales».

    El régimen cubano obvió por entonces aquello que enfatizó más tarde el comunicado del MINREX: los cubanos que se han incorporado a las tropas rusas cometen mercenarismo, una figura delictiva tipificada en los artículos 135.1 y 135.2 del Código Penal. No se trata de un delito cualquiera, sino de uno que, al menos discursivamente, es utilizado por los medios oficiales y la Seguridad del Estado cubanos para desacreditar y amenazar a activistas y opositores anticastristas dentro y fuera del país. 

    Artículo 135.1: Quien, con el fin de obtener el pago de un sueldo u otro tipo de retribución o beneficio personal se incorpore a formaciones militares, o empresas militares privadas, integradas total o parcialmente por individuos que no son ciudadanos del Estado en cuyo territorio se proponen actuar, incurre en sanción de privación de la libertad de diez a 30 años, privación perpetua de la libertad o muerte.

    Artículo 135.2: En igual sanción incurre quien colabore o ejecute cualquier hecho encaminado, directa o indirectamente, a lograr el objetivo señalado.

    Amistades peligrosas

    Las sospechas sobre una posible implicación directa de los gobiernos de Cuba y Rusia en el registro militar de mercenarios cubanos se sostienen, sobre todo, en los vínculos cada vez más estrechos que existen entre ambos regímenes. 

    Desde la caída de la URSS hasta el año 2014 poco apuntaba a que los nexos entre La Habana y Moscú fueran de una especial complicidad. Sin embargo, justo cuando se ajustaban detalles para el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, el Kremlin decidió condonar el 90 por ciento de la deuda del Estado cubano: es decir, 32 mil millones de dólares. Apenas un año después, Rusia le prestó al gobierno de Raúl Castro nada menos que mil 500 millones de dólares, presuntamente para la construcción de una central térmica. 

    Cuba y Rusia, además, tienen un régimen mutuo que no exige visados para viajes de turistas, el cual incluye un permiso de residencia por 90 días. Antes de que la pandemia de COVID-19 se volviera un problema global, un promedio de 25 mil cubanos viajaban a Rusia anualmente. Esta cifra, sin embargo, también disminuyó a raíz de que Nicaragua eximió a los cubanos del requisito de visado, y, por supuesto, desde el inicio de la invasión a Ucrania. Según la Asociación de Operadores Turísticos de Rusia, unos 11 mil cubanos viajaron a ese país en 2022 (se desconoce cuántos no regresaron a la isla), mientras que cerca de 70 mil ciudadanos rusos volaron a Cuba durante el primer trimestre de 2023. 

    Para enero de 2022, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, declaró en una entrevista para el canal RTVI que no descartaba ni confirmaba el despliegue de infraestructura militar rusa en Venezuela y Cuba. Las palabras de Riabkov tomaron una gran relevancia apenas un mes después, cuando inició la invasión militar a Ucrania. Por esas fechas comenzaron las primeras sospechas sobre una posible colaboración en materia militar entre el régimen de La Habana y el Kremlin. 

    Miguel Díaz-Canel y Vladimir Putin / Fuente: Reuters

    A ello hay que sumar el reciente viraje prorruso del gobierno cubano, que no solo pretende seguir las orientaciones del Instituto Stolypin, designado para planificar una estrategia de rescate de la colapsada economía de la isla, sino que le ha ofrecido tierras en usufructo a las empresas rusas por un periodo de 30 años. También han sido muchas las visitas de altos funcionarios rusos a Cuba durante el último año: Serguéi Lavrov (canciller), Dimitri Chernishenko (viceprimer ministro), Viacheslav Volodin (líder la de Duma) y Pyotr Kucherenko (viceministro de Ciencia y Educación Superior; fallecido en el viaje de regreso de Cuba a su país), entre otros.

    En marzo de 2023, Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, fue recibido en La Habana por Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, quien rara vez se ha dejado ver en los medios desde que abandonó oficialmente sus cargos políticos. Poco después fue Manuel Marrero Cruz, primer ministro de Cuba, quien realizó una visita oficial a Rusia. Marrero, exministro de Turismo, se reunió entonces con miembros del Consejo Empresarial Rusia-Cuba, cuya vicepresidenta, Tatiana N. Mashkova, declaró en la reunión: «Con ningún otro país del mundo [los rusos] tenemos relaciones tan familiares, relaciones verdaderamente de una familia. Somos carne y uña desde hace ya mucho tiempo». A esta visita siguió la del general de división y ministro del Interior, Lázaro Alberto Álvarez Casas.

    Por esas fechas ocurrió la corta sublevación del grupo paramilitar de mercenarios Wagner, por desacuerdos entre su líder, Yevgueni Prigozhin, y la jerarquía del Kremlin. Inmediatamente, Miguel Díaz-Canel envió un «mensaje de solidaridad» a Vladimir Putin, a sabiendas de la desaprobación que tendría este gesto por parte de la mayoría de los gobiernos de Occidente. Apenas unas semanas más tarde, el ministro de las FAR, Álvaro López Miera, viajó a Rusia para reunirse con su homólogo, Serguéi Shoigú. «Cuba ha sido y sigue siendo el aliado más importante de Rusia en la región [de las Américas]», declaró entonces Shoigú, quien también habló de los planes de ambos ejércitos para desarrollar de manera conjunta una serie de «proyectos en el campo técnico-militar». Antes de regresar a su país, López Miera recibió de Putin la Orden de la Amistad. 

    Finalmente, en lo que pudiera percibirse como un acto de provocación dirigido específicamente hacia Estados Unidos, Cuba permitió a principios de julio de 2023 que el buque escuela de guerra Perekop, perteneciente a la flota del mar Báltico, navegara en sus aguas y arribara al puerto de La Habana.  

    Una chispa que puede provocar incendios

    Las «imprudencias» de Cuba en el manejo de sus vínculos con Rusia pueden tener graves consecuencias políticas, sobre todo en circunstancias tan tensas como las que vive el mundo desde el inicio de la invasión a Ucrania. Partiendo de esta situación, la noticia del reclutamiento de cubanos por parte del ejército ruso puede ser la chispa que desate una verdadera catástrofe diplomática para la isla. Que el régimen castrista coquetee con el Kremlin no significa que esté dispuesto a ser arrastrado hacia el aislacionismo absoluto que sufrió durante la Guerra Fría; de ahí que haya intentado recalcar su desvinculación con estos hechos. 

    Además, no parece ser este un buen momento para manchar aún más su imagen a ojos de Occidente.  

    El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dejó muy clara su preocupación respecto al apoyo de Cuba a Rusia durante la visita oficial a la isla que efectuó entre los días 25 y 27 de mayo de 2023. El gobierno cubano parece haber apostado a mantener su cercanía con el Kremlin sin perder sus buenas relaciones con la Unión Europea (UE). El escándalo de los reclutamientos de mercenarios isleños para el ejército ruso puede ser una espada de Damocles pendiendo sobre el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación Cuba-UE (ADPC). 

    En noviembre de 2023 viajará a La Habana el representante especial de la UE para Asuntos de Derechos Humanos, Eamon Gilmore. Díaz-Canel y sus acólitos saben que el ADPC depende de los avances de su gobierno en materia de derechos humanos, y que dichos avances no existen; saben, además, que hasta el momento un grupo de altos funcionarios del bloque europeo han logrado contener las iniciativas de varios europarlamentarios para anular dicho acuerdo, y también que la invasión a Ucrania es un tema en extremo sensible para los europeos, quienes consideran a Vladimir Putin su principal enemigo. Por tanto, si el régimen cubano pretende seguir recibiendo ayudas de la UE, hace bien en no cruzar esta última línea y procurarse apenas, en el peor de los casos, una timorata recomendación por parte de Gilmore. 

    Eamon Gilmore, representante especial de la UE para Asuntos de Derechos Humanos / Fuente: sitio web de Eamon Gilmore

    Un escándalo también afectaría al gobierno cubano de cara a la próxima Cumbre del G77 + China, que se celebrará a mediados de septiembre de 2023 en La Habana; Cuba posee actualmente la presidencia pro témpore de la organización. El evento —al que asistirán varios líderes mundiales, además de Antonio Guterres, secretario general de la ONU— estará enfocado en los «retos actuales del desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación»; su importancia para Cuba consiste principalmente en que es otra oportunidad para dar una «buena imagen» y sumar puntos como actor diplomático internacional. 

    Nada de esto será posible si la noticia sobre los mercenarios cubanos reclutados por Rusia alcanza mayores dimensiones. Y esto no es descartable. 

    Recientemente, el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento ucraniano, Oleksandr Marezhko, escribió en su cuenta de X (Twitter): «El régimen comunista finge que no tiene nada que ver con este tráfico de personas. En realidad, este régimen totalitario está del lado del agresor. ¡La Unión Europea debe dejar de financiar inmediatamente a este régimen totalitario prorruso!»

    Captura de pantalla del tuit de Oleksandr Marezhko, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento ucraniano.

    Por su parte, Washington ha actuado con prudencia y sobriedad tras la noticia. La pasada semana, Vedant Patel, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, declaró en una conferencia de prensa que la Casa Blanca, aunque está al tanto del hecho de que existen cubanos en las tropas invasoras rusas, «está evaluando la información», puesto que, de momento, no cuenta con pruebas que involucren directamente al gobierno cubano en las actividades de reclutamiento de mercenarios.

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    Darío Alejandro Alemán
    Darío Alejandro Alemán
    Nació en La Habana en 1994. Periodista y editor. Ha colaborado en varios medios nacionales e internacionales.
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