Pneuma: aire, respiración, espíritu…
El artista visual cubano Eldy Ortiz parece ser —en tanto fotógrafo y diseñador de estas escenas— un buscador incesante de imposibles evidencias metafísicas.
Ya hemos visto otras series fotográficas suyas: Ágalma, In Vitro.
El cuerpo femenino, o bien la presencia/ausencia de cierta feminidad, como primer y último territorio verificable para la exploración.
Un metafísico que es un alquimista. Y viceversa.
La luz, la carne, las sombras, el aliento, el escorzo dramático, los mudos espacios…
Expresionismo.
Soplo espectral. Rezo visual. Muerte vital.
Aura. Mujer. Aparición.
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«Vengo del universo de la pintura con un procedimiento que te involucra físicamente», ha dicho Eldy Ortiz en esta entrevista para Rialta Magazine. «Es un mundo de mezclar pigmentos, aceites, aglutinantes, diluyentes, barnices, etc. Son procesos muy artesanales y hay que dedicarles tiempo si se quiere obtener buenos resultados. La fotografía analógica tiene eso: un curso artesanal. Existe una belleza y un misterio en las imágenes, siendo completamente aleatoria y dando paso a posibles accidentes. Es un proceso químico y físico, por lo que el producto puede sorprenderte. Estos resultados no son inmediatos y se necesita estar muy claro a la hora de disparar y proceder con calma en cada disparo. Es un noble arte para entrenar la paciencia».
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«La mujer que se desvanece, la que escapa en vano de sí misma, la que es espíritu, aire, soplo, viento, la mujer que respira despacio y se ahoga, respira pronta y se ahoga, no respira y se hace alma», ha escrito sobre esta serie —evocando a Emily Dickinson, «diosa tímida»— el actor, dramaturgo y director escénico Charles Wrapner. «Es la misma mujer que ha aparecido ante el joven fotógrafo y, como si su lente fuera una navaja, le ha dicho: “Aquí está mi carne,/ ráyala con/ el filo del inox,/ surca el tajo/ que debajo de la piel/ está el alma”».
(Fotografías autorizadas por Eldy Ortiz).