App CBP One: la larga espera de los cubanos en México

    Al cierre del año fiscal 2023, tras finalizar septiembre, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) informó que había admitido desde enero último unos 22 mil cubanos mediante la aplicación CBP One.

    Alejandro* llegó a la alcaldía de Iztapalapa, Ciudad de México, en octubre último y desde entonces solicita cada día una cita para buscar refugio como cubano en Estados Unidos a través de la aplicación CBP One —correspondiente a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés)—, una herramienta digital habilitada en enero de 2023 como parte de la actual estrategia de la Administración Biden para enfrentar la crisis migratoria en la frontera sur.

    Alejandro paga 200 dólares mensuales para compartir con otros diez un pequeño departamento en la colonia Sector Popular, cerca de la estación de metro Escuadrón 201. Allí fue ubicado por el coyote que lo trasladó desde Nicaragua hasta Tapachula, en Chiapas, considerada la principal puerta en el límite sur de México para ingresar irregularmente desde Guatemala.

    «La verdad, estoy desesperado. Mi familia ya no puede seguir sosteniendo los costos de mi travesía. Llevo más de dos meses estancado aquí. Tengo que salir a buscar trabajo, aunque me arriesgue a ser detenido por la policía o migración. Me la tengo que jugar», comenta Alejandro en uno de tantos grupos de WhatsApp creados por migrantes irregulares de la isla que permanecen varados desde hace meses en la capital mexicana. Poco a poco, muchos isleños han ido encontrando precario acomodo en la gran urbe tras el último colapso de la situación en Tapachula, donde hay más de diez mil cubanos solicitando refugio, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). 

    En diálogo con El Estornudo, Alejandro dijo conocer a varios compatriotas suyos ubicados en la zona de Cerro de La Estrella, una de las zonas más peligrosas de Iztapalapa, la más populosa —con un millón 835 mil 486 habitantes, según el censo de 2020— de las 16 demarcaciones territoriales de la Ciudad de México.

    «Ahí ni los taxis quieren entrar, y mis amistades pagan por mes 11 mil pesos mexicanos (unos 635 dólares al cambio actual) por un apartamento de un solo cuarto», detalla vía WhatsApp, aplicación que igualmente le sirve para comunicarse con su familia en Cuba y en Estados Unidos, así como para mantenerse informado, gracias a los distintos grupos a que se ha integrado, sobre la cuestión de las citas estadounidenses.

    Por otra parte, confiesa que también se siente abrumado por la cantidad de «cosas» que se comparten en esos grupos: cada quien expone su experiencia o bien cualquier supuesta información sin el más mínimo filtro que asegure su certeza.

    «Lo mismo te proponen llevarte por tierra que por avión hasta el DF [Ciudad de México], que hacerte el registro en la aplicación CBP One para que te llegue la cita en tres días, y nadie sabe si eso es verdad o mentira», dice Alejandro, quien nos recomparte este mensaje: «Si deseas llegar al DF o puntos fronterizos, estamos a la orden. Tenemos travesía completa desde Tapachula. Pueden escribirme al privado, con gusto lo atiendo».

    Los grupos son, además, una especie de consultoría múltiple donde cada usuario cuenta su experiencia con la aplicación CBP One: las veces que ha cambiado de puerto de entrada o cómo hacer registros en grupos. Tampoco allí faltan las ofertas de «registro eficaz» a cambio de 100 dólares, un procedimiento que es totalmente gratuito.

    «Yo tengo mis dudas, hoy hace seis días que estoy pidiendo cita y soy 146… pero mi pregunta es: ¿han visto algún 146 salir? Si alguien del grupo es 146 y le ha salido su cita, déjame saber. No es desesperación, solo esclarecer mis dudas. Yo era 134 y por hacer el registro con irresponsables, ya ven que perdí 38 días de antigüedad. Pero seguimos con fe», ha escrito en WhatsApp alguien que se identifica como La Mulatica.

    En ese mismo grupo, se refiere que la aplicación del CBP One solo funciona en el centro y el norte de México, y quienes usaron VPN para hacer su solicitud fueron denegados por fraude.

    En efecto, el subsecretario adjunto principal de Comunicaciones del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés), Luis Miranda, lo ha confirmado recientemente a través del canal oficial de CBP One en WhatsApp: «La aplicación CBP One aplica solamente desde Ciudad de México para arriba, es decir, desde el centro de México hacia el norte», precisó.

    De manera que solo puede accederse virtualmente a una cita, aparte de la capital mexicana, desde Jalisco, Nuevo León, Baja California, Sonora y Chihuahua. Aquellos en estados como Oaxaca, Chiapas o Quintana Roo quedan descartados.

    El funcionario estadounidense también advirtió sobre quienes intentan aprovecharse de los migrantes y cobrar por ingresar su solicitud en la aplicación de la CBP desde zonas no habilitadas. «Les pedimos que estén atentos a ese tipo de fraude, […] que nadie les cobre por el uso de la aplicación CBP One. No hay cobro alguno para hacer estas citas», subrayó Miranda.

    «Subir para el DF»

    «No queda otra que subir para el DF», dice Miguel, quien lleva dos meses con sus dos nietos, su hijo y su nuera, en un departamento de la colonia Fuego Nuevo, Iztapalapa, a la espera de la cita que solicitaron como grupo familiar.

    Mediante videollamada, Miguel cuenta a El Estornudo que cada semana cambia de puerto para ver si tiene suerte de «pescar» la cita, con la que podría solicitar refugio de manera segura junto a su familia. Si tiene suerte, podría incluso viajar en avión hasta la frontera con Estados Unidos, evitando los riesgos de la travesía terrestre.

    «Tapachula es un infierno. De ahí nos fuimos lo más rápido que pudimos; aunque para llegar hasta aquí gastamos miles y miles de pesos. Contratamos para salir un ómnibus, que detuvieron en el primer retén. Por poco nos deportan, pero por suerte nos separaron del grupo, y mi nuera le dijo al guardia nacional que ella lo ayudaría si nos dejaba ir. Ese hombre nos dijo que le dejáramos 800 pesos en un baño y que saliéramos caminando por el otro lado de la carretera. Así hicimos y aquí estamos; después de pasar de pueblo en pueblo y tomar un autobús que nos trajo hasta aquí y pagarles a todos los guardias que se subían para recoger lo suyo», rememora Miguel, quien no necesitó coyote alguno para llegar a la capital del país.

    «Perdimos los miles de pesos del ómnibus. Y, luego, fueron miles y miles gastados en el trayecto de pueblo en pueblo. Cuestión no prevista, desde luego. Ya aquí hemos pagado dos meses de renta (11 mil pesos mexicanos por mes). Eso más la alimentación. Realmente es demasiado. Y la cita no cae», lamenta.

    Miguel había prerreservado ese apartamento desde Cuba, y asegura que ha ayudado a otros cubanos a instalarse en el mismo edificio.

    Mientras llega la cita

    «Mi esposa y mi niño de tres años hicieron la travesía solos desde Nicaragua hasta Tapachula, donde los esperé, porque no pudimos salir juntos de Cuba. Fue un viaje muy duro para ellos. No quiero que vuelvan a pasar por esa experiencia», escribió Fernando en un grupo de WhatsApp donde muchos relatan cómo llegaron al país y cómo se las arreglan en la Ciudad de México.

    Fernando dice que ya está trabajando en una rosticería de pollo. Aunque no le pagan mucho, prefiere estar ahí que mirando «desesperado» su celular para ver si llega o no la cita.

    En todo caso, comenta que lleva mes y medio aplicando cada día, mediante la App CBP One, para conseguir la dichosa cita que le permita luego entrar por cualquiera de los ocho puertos (Ports of Entry; POE) habilitados en la frontera de Estados Unidos con México 

    Los POE se ubican en Texas (Brownsville, Paso Del Norte en El Paso, Eagle Pass, Hidalgo y Laredo), California (Calexico y San Ysidro) y Arizona (Nogales).

    No son pocos los migrantes cubanos que aseguran en los referidos grupos de WhatsApp que apenas salen de las casas donde están rentados por miedo a ser asaltados o, todavía peor, descubiertos por las autoridades, que podrían deportarlos a un país donde, en muchos casos, vendieron todas sus pertenencias, incluidas sus casas, para costear una travesía valorada entre cinco mil y seis mil dólares por persona. Unos costos que pueden ser incluso superiores en dependencia de la ruta escogida y, a menudo, del componente de seguridad o riesgo que implique el viaje.

    Algunos se agobian con noticias falsas sobre una posible cancelación de las aplicaciones al finalizar este año.

    «No tiene nada de cierto ese rumor. La aplicación CBP One la estamos usando para los puertos de entrada donde se procesan esas citas y eso no va a parar ni hay ningún plan para suspenderla. El rumor de que la aplicación terminará en diciembre es falso. Tengan paciencia y no crean en esas mentiras que se reparten por las redes», ha dicho la semana pasada el subsecretario adjunto Miranda a través de WhatsApp de la CBP. 

    El último informe de la CBP apunta que desde que se introdujo esa función en la app CBP One, en enero de 2023, y hasta finales de octubre, casi 324 mil migrantes programaron citas para presentarse en uno de los ocho puertos habilitados en frontera.

    Sin embargo, las nacionalidades con más citas programadas hasta esa fecha eran la haitiana, la mexicana y la venezolana, señala el citado reporte. Esta pudiera ser otra de las razones por las que hay tantos migrantes cubanos varados en México, ya no solo en localidades fronterizas, sino, como nunca antes, en la zona capitalina, donde se supone que hay aún más vigilancia de las autoridades.

    Al cierre del año fiscal 2023, tras finalizar septiembre, la CBP informó que había admitido desde enero último unos 22 mil cubanos mediante la aplicación CBP One.

    Cómo funciona CBP One

    A finales de octubre de 2020, la CBP lanzó la aplicación móvil CBP One™ en las tiendas Apple App y Google Play como un portal único para una variedad de servicios, indica la web oficial de esa entidad federal estadounidense.

    Exactamente desde el 18 de enero de 2023, CBP One también admite programar citas para solicitar refugio; diariamente, las 9: 00 a.m. (hora de la Costa Este) se habilitan nuevas fechas hasta con 14 días de anticipación. 

    Los migrantes pueden descargar la aplicación gratuita en su dispositivo inteligente o acceder sitio web de CBP One™. Una vez creada una cuenta, el solicitante debe marcar la opción «traveler» («viajero», es decir, «no ciudadano»), el medio de viaje (tierra, aire o mar), y, luego, la opción de «Submit Advance Information» («enviar información de viaje por adelantado»).

    A continuación, podrá seleccionar su idioma e ingresar los datos personales, así como de su grupo familiar. También se requerirá información sobre el lugar de destino (necesitará una dirección en Estados Unidos) y un contacto en caso de emergencia. Finalmente, elegirá el puerto de entrada y la fecha de la cita, según la disponibilidad en ese instante.

    Respecto a los tiempos de espera, un comunicado del Departamento de Estado afirmó en agosto último que, desde que fue ampliado el número de citas, más de dos tercios de los solicitantes concretaron una fecha en un plazo menor de ocho semanas.

    La entidad federal destacó que el uso de esta aplicación —además de sus ventajas organizacionales para obtener datos biográficos e información anticipada de viaje, así como para otorgar automáticamente las citas disponibles— implica un proceso más seguro para los solicitantes de asilo, ya que estos no necesitan estar in situ para gestionar su cita, lo que reduce la necesidad de entregarse y pagar a las redes de tráfico de personas para llegar hasta —e incluso cruzar— la frontera.

    Por supuesto, tales redes siguen operando de sur a centro o norte de México, y sacan provecho de miles de migrantes en concepto no solo de viaje, sino también de alojamiento, etc., mientras pasan los meses en espera de la cita de CBP One. 

    *Todos los nombres de los entrevistados, quienes se encuentran en tránsito y en medio de trámites migratorios, fueron cambiados a petición suya.

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    Katia Monteagudo
    Katia Monteagudo
    Nació en el centro de Cuba, pero es ya chilanga por adopción. Pertenece a la generación del linotipo, a la mismísima era del plomo, pero sigue en el oficio por puro deseo casi 40 años después de haberse licenciado en la Universidad de La Habana.
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