El problema es la gente

    Sí, la gente. No el sistema, la gente. El sistema, el régimen, el gobierno, la dictadura, como cada cual prefiera llamar a los que han gobernado Cuba durante los últimos sesenta años, no es el problema, sino la gente. Peores gobiernos, aún más crueles y violentos, más repulsivos, han sido barridos por multitudes coléricas en cada esquina del mundo. En abril, el bestial dictador sudanés, Omar al-Bashir, fue depuesto en un golpe de estado después de que cientos de miles de personas se sentaran en el pavimento frente a la sede del alto mando del Ejército en Jartum, decididos a no marcharse hasta que los generales se deshicieran de aquel carnicero. Unos días antes, en Argel, una terca, implacable muchedumbre había impedido la farsesca reelección del presidente Abdelaziz Bouteflika, un hombre que está más muerto que vivo. En Hong Kong, China no sabe qué hacer, la gente lleva doscientos días en la calle. En Egipto, donde la vida no vale nada bajo el pesado mando del mariscal Abdel Fatá al Sisi, hubo protestas callejeras hace unos días, miles de personas salieron de las mezquitas el viernes a pedir la renuncia del presidente, sabiendo que la policía podía dispararles, y que aquellos que fueran arrestados podrían ser ejecutados, o torturados minuciosamente, o sepultados en prisiones de las que nunca ha salido nadie. Lenín Moreno, en Ecuador, tuvo que retirar un paquetazo de medidas económicas después de que rabiosas protestas arrasaran el país y lo hicieran a él mismo huir de Quito. En Cuba, Miguel Díaz-Canel tuvo la temeridad de ir a la televisión para anunciar a su pueblo que la economía del país estaba a punto de colapsar, que casi no quedaba petróleo para encender las luces, que la vida sería aún más dura de lo que normalmente es. A esa calamidad la llamó, cruelmente, cobardemente, una “coyuntura”. Los cubanos se encogieron de hombros, bajaron la cabeza, musitaron una queja, y en eso empezó la novela brasileña. Una nueva, buenísima, con Glória Pires. El problema no es Díaz-Canel. Ni Raúl Castro. Ni siquiera el fantasma de Fidel Castro, que ya no asusta a nadie. El problema son los cubanos.

    Nadie debería caer en la tentación de decir que los cubanos tienen lo que se merecen, que sería un dictamen fácil, pero inexacto, injusto. Algunos, muchos, sí, los feroces porristas de la policía y la Seguridad del Estado, los que se benefician descaradamente de las misérrimas prebendas que el gobierno cubano todavía puede otorgar a sus más dedicados seguidores, y también, todos los que justifican, con sinceridad o falsamente, este sublime desastre, los orfeos de la Revolución, periodistas, artistas, profesores universitarios, blogueros, una morralla de charlatanes que pretenden todavía que el túnel de estas seis décadas, y algunas que faltan, tiene una salida, que al final de este viacrucis se encontrarán los cubanos en el paraíso. Pero ellos, que son una minoría, no son el problema, sino la gente que no se merece las penurias, humillaciones, dificultades e inconvenientes de la vida en Cuba, la gente a la que su gobierno obliga a vivir una vida muy inferior a la que podrían tener, y la han aceptado. Muchos de ellos están plenamente conscientes de la injusticia de su situación, de estar atrapados en un círculo fatal de imposibilidades, de la mala suerte de haber nacido en Cuba. Esos buenos cubanos no son idiotas, se dan cuenta perfectamente de que la escasez de alimentos y las restricciones a los derechos políticos, sociales y económicos de los individuos no son problemas separados, uno más importante que el otro, sino exactamente el mismo problema. Pero nadie les ha dicho qué podrían hacer que no sea lo que han hecho los demás, irse, a la Conchinchina, o “luchar”. Esos cubanos, los que hacen su trabajo tan bien como los dejan hacerlo, los que van a la marcha del Primero de Mayo o a la reunión del CDR porque para qué se van a buscar un problema, los que no roban sino lo necesario, lo que nadie podría reprocharles haber robado, los que no mienten, sino cuando es inevitable, y lo hacen entre dientes, los que van en el P11 de vuelta a casa al final del día momificados por el hambre y el cansancio, pensando que esa noche hay Pánfilo, y toca la novela cubana, y que hay que comprarle unos zapatos nuevos al niño, y de dónde va a salir el dinero, esos cubanos, los míticos “cubanos de a pie” de los que les gusta hablar a los columnistas de Juventud Rebelde, son la parte más intacta de Cuba, los que podrían salvar al país, pero nadie les ha dicho cómo, y a estas alturas, cansados de esperar que les digan qué hacer, han concluido que a ese país no lo salva nadie. Esa resignación es el problema, no la Seguridad del Estado.

    Hay una parte del país que está demasiado dañada, que no tiene salvación. Son los cubanos que han sido corrompidos definitivamente por la miseria y la violencia en las que han sido enterrados vivos. El peor de los resultados del sinsentido cubano ha sido la creación de una subclase medieval que no reconoce ningún principio de ciudadanía, con la excepción de la obediencia gruñona a la fuerza física del Estado. Un grueso segmento de la sociedad cubana está profundamente criminalizado, sobrevive e incluso prospera en «la lucha», un sistema económico, social y moral parasitario, que saquea la economía oficial, succiona sus bienes y su capital, escarba en el caos para encontrar oportunidades de beneficio individual y familiar. Muchos ni siquiera tienen que “inventar”, sino que chupan golosamente de la teta de las remesas, los alimenta y los viste el dinero de sus familiares en el extranjero. El hombre nuevo del Ché terminó siendo, típicamente, un vividor. El colapso económico del castrismo a inicios de los 90 provocó el derrumbe, aún más estruendoso, de su ideología y su ethos. Una parte significativa de la sociedad cubana se quedó sin principios básicos de organización, disciplina y solidaridad, fue desterrada de la economía oficial pero también de la cultura y la moralidad de la Revolución, que, rotundamente desprestigiadas, dejaron de tener valor práctico para darle sentido a la vida cotidiana, se convirtieron en mitologías cuya única utilidad es retórica, sirven a Díaz-Canel para justificar la barbarie y a los periodistas de Juventud Rebelde para hilvanar odas pindáricas a la supuesta nobleza de lo que llaman “el pueblo”. Inevitablemente, el vacío moral que dejó el castrismo en retirada lo llenó un individualismo atroz, la ideología pirata de al abordaje. Esta es una Cuba podrida, soez, premoderna, de gente que habla un español rústico, casi infantil en su violencia y simplicidad, que no comprende ni acepta normas de urbanidad, que se revuelca, pelea, fornica entre escombros y suciedad, entre montañas de mierda y nubes de mosquitos. Es la Cuba bárbara y obscena del reguetón, que es su expresión más elocuente, su obra prima, la gramática de su concupiscencia, su egoísmo y su estupidez. Esa gentuza no necesita excusas, no reconocen ninguna autoridad humana o divina que los pueda juzgar en un país donde todo el mundo, desde el presidente de la República hasta las putas del Malecón, está tratando de resolver su problema, y solo los bobos, el de todo el mundo. Esos cubanos están perdidos para el país, son irrecuperables, su carácter, su conciencia, su honor, están demasiado estropeados, su incivilidad no es enmendable, pero hay en ellos una formidable violencia latente que el gobierno de la isla considera una amenaza más grande para su supervivencia que Donald Trump.

    Es esa destructiva energía, ahora contenida, la que, en ausencia de otra solución, podría desenredar el futuro de Cuba, lo que sería una tragedia irremediable, inimaginable, no quedaría mucho de Cuba si fuera arrasada por una marea de odio y venganza. No hay otra fuerza visible en Cuba que pueda derrotar al gobierno, solo un relámpago de cólera del populacho, que es lo único que temen Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel, que saben que Donald Trump va a pasar, pero que Nicolás Maduro también, y que sin Venezuela, incluso sin lo poco que Venezuela le da todavía a Cuba, los herederos del castrismo difícilmente podrían sostenerse en el poder, tendrían que intentar un último, fabuloso truco, el más mágico de todos, volver a la órbita de Rusia, treinta años después del fin de la Unión Soviética. La oposición política al gobierno cubano ha desaparecido, virtualmente, y los pocos grupos que no lo han hecho apenas pueden contener los asaltos continuos de la policía. En el país ya no quedan otras fuerzas que puedan forzar un cambio político. Los intelectuales, los artistas, las profesiones, las clases medias han capitulado, y los que han podido, han huido del país, el gobierno, astutamente, les ha abierto las puertas de par en par. El nuevo periodismo independiente cubano, con un estupendo coraje, ha plantado cara a Díaz-Canel y su corte, y sus reporteros han sido por ello gustosamente vapuleados, pero la mayoría de los lectores de esas revistas, incluido El Estornudo, no están en la isla, sino en el extranjero. Cuba parece incapaz de cambiar, un país que ya no puede generar su propio futuro, un ex país. Nadie en Cuba, ni siquiera el presidente, ve, aunque diga que la ve, la salida de esta “coyuntura” en la que el país entró hace sesenta años, y en la que, incluso si Venezuela cae, podría estar muchas décadas más. Si eso pasara, si Cuba se apagara como nación, como proyecto, como ilusión, los cubanos no tendrían que culpar a nadie más que a sí mismos. Quizás lo mejor que podría pasarle a la isla sería que los cubanos nos fuéramos todos y la ocupara un pueblo mejor.

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    Juan Orlando Pérez
    Juan Orlando Pérez
    Es, tercamente, el que ha sido, y no, por negligencia o pereza, otros hombres, ninguno de los cuales hubiera sido tampoco particularmente estimado por el público. Nació, inapropiadamente, en el Sagrado Corazón de La Habana. A pesar de la insistencia de su padre, nunca aprendió a jugar pelota. Su madre decidió por él lo que iba a ser cuando le compró, con casi todo el salario, El Corsario Negro. Él comprendió, resignadamente, lo que no iba a llegar a ser, cuando leyó El Siglo de las Luces. Estudió y enseñó periodismo en la Universidad de La Habana. Creyó él mismo ser periodista en Cuba durante varios años hasta que le hicieron ver su error. Fue a parar a Londres, en vez de al fondo del mar. Tiene un título de doctor por la Universidad de Westminster, que no encuentra en ninguna parte, si alguien lo encuentra que le avise. Tiene, y eso sí lo puede probar, un pasaporte británico, aunque no el acento ni las buenas maneras. La Universidad de Roehampton ha pagado puntualmente su salario por casi una década. Sus alumnos ahora se llaman Sarah, Jack, Ingrid y Mohammed, no Jorge Luis, Yohandy y Liset, como antes, pero salvo ese detalle, son iguales, la inocencia, la galante generosidad y la mala ortografía de los jóvenes son universales. Ahora solo escribe a regañadientes, a empujones, como en esta columna. La caída del título es la suya, no le ha llegado noticia de que haya caído o vaya pronto a caer nada más.
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    121 COMENTARIOS

        • Es facil decidir por los demas en el comodo exilio con aire acondicionado el Coche en la puerta haciendo barbecue churrasco costillas. Con los huevos en un comodo sofa.

        • Llevo tan poco fuera de Cuba.. aun tratando de adaptarme…pero tengo tan fresco en mi mente y en mi cuerpo todo la realidad triste de mi país y es así exactamente así como lo describe genialmente el autor, es desgarrador, las lágrimas no me dejaron terminar de leer, y voy a compartirlo con mis amigos en fb pero también me gustaría tanto que esos españoles que hablan de una Cuba qué no existe lo leyesen a ver si entienden algo, yo ahora con el asunto de Cataluña no me meto a opinar, pero ellos son expertos en mi país

        • Es que no somos los del exilio los que estamos sufriendo la dictadura, y ya no tenemos que enfrentar sus desmanes, sólo nos queda aconsejar y/o apoyar moralmente a ver si salen del letargo en que hace 60 años están sumidos.
          Si estamos muy cómodos en un sofá y con aire acobdicionado…
          Si lo desea, levante los suyos, y haga algo mejor por nuestros hermanos que criticar al exilio.

        • Podría ser nuestra la culpa….por no levantarnos y alzar la voz. Pero resulta que la voz suele ser silenciada muy fácil. Porque no es tan simple como se dice.
          La «decadencia» es perceptible cada vez más. «Decadencia»… esa palabra se me quedó grabada de una escena en Memorias del subdesarrollo….y si, estamos sumidos en la decadencia. Pero la solución no es decir de quién es la culpa. Y es muy fácil hacerlo desde fuera cuando se sabe que no irán a buscarte a tu casa. Porque eso pasa, y lo sabemos muy bien. Hay muchas formas de subyugar a un pueblo y no siempre es con las armas.
          Y a esos que muchos llaman valientes por «hablar» no se hasta que punto llamarlos «valientes». Hay también valentías enmascaradas.
          Yo ahora escribo y estoy fuera, es verdad, pero en unos días regreso a mi «situación coyuntural». Y no es tan simple. Usted no encuentra su título de Doctor. Yo tengo el mío como graduada en Historia del Arte colgado en la sala de mi casa. Simplemente colgado… Escribir solía ser una de las cosas que más amaba, sin embargo, la realidad se impone, y si eres un poco práctico debes elegir entre ejercer tu profesión y no tener nada, o ser mesero y al menos garantizar lo básico para la familia. Esa es la realidad de la gran mayoría de los cubanos.
          No puedo usar palabras tan fuertes como las suyas. Me duele hacerlo.
          Y espero que en algún punto mi país cambie. Y la gente sea libre otra vez. Y la palabra democracia no sea una simple palabra usada en los discursos. Y que yo pueda al menos hacerme la idea de que elegí mi presidente y no fue impuesto. Y que una guerra civil no sea el único medio para llegar a ese fin. Son tantos «y». Tantas suposiciones…
          Hablar suele ser más fácil que hacer. Y ahí nos quedamos siempre. Entre las palabras…

      • Yo soy de los que creo que se tiene lo que se merece.. Incluso los pueblos y Cuba no es una excepción tan visible..

        Es como el dicho: El que aguanta una piedra en el zapato aguantará un tarro..

        • Que hay del análisis q se podría hacer, de como se le metió poco a poco, calculadamente el socialismo al pueblo cubano, en unas circunstancias q parecían justas para aquel pueblo cuya mayoría no tenía idea del contrato q estaba firmando?

        • La nota de press es muy buena y creo que todavia se puede argumentar mas por lo pronto solo voy a decir que en 1994 ocurrieron hechos en contra del gobierno Cuba no que no dieron apoyados por la gente como fue el maleconaso y la crisis de los balsero de Guantanamo, estos Ultima hoy en dia son el Unicom group de personas que tienen prohibido por el gobierno regress a Cuba de visit a lo que significa que causation daño a sus planes.

      • El problema son los cubanos. Eso sí es verdad, los que preferimos irnos y hablar por aquí, los que están allá y no hacen nada, los que vestidos de disidentes buscaron una visa, los que ven el problema de todos los cubanos como una oportunidad de negocio. Los que crean organizaciones y cobran proyectos para tumbar al comunismo y viven como millonarios a cuenta del comunismo. Es verdad el problema son los cubanos.

        • El articulista habla cómodamente desde el Reino Unido. Yo, que estoy en España, me niego a reprocharles a mis compatriotas que ni hayan hecho lo que yo no me atrevo a hacer. Un poco más de coherencia no le vendría mal. O como se dice en buen cubano: «El que empuja no se da golpes».

        • El articulista habla tambièn por èl. O es que no lo percibes? Cubanos somos todos, estemos donde estemos, hayamos escogido residir donde querramos, por razones diversas.

        • Totalmente de acuerdo con usted, Luis Luque. En pocas palabras ha resumido lo que cualquiera debía ver en ese -«genial» (para muchos)- artículo.

        • Que bien dicho todo lo que dijo señor Luis Manuel de Lima, describio cada posición ocupada por cada cubano con exactitud.

      • Desgraciadamente, sin sociedad civil y oposición , la cual Castro extermino en los primeros años, la única iniciativa tendrá que venir de….. arriba! A no ser que las condiciones de vida experimenten una crisis tan grande que no puedan contener a la gente. Pero si, todos somos culpables.

      • Es facil decidir por los demas en el comodo exilio con aire acondicionado el Coche en la puerta haciendo barbecue churrasco costillas. Con los huevos en un comodo sofa.

      • Antonio ya me precedió diciéndolo de un modo que nada se puede añadir: ¡Genial!
        ¡oh! perdón:
        Algo si se puede y debe ser añadido.
        No solo es genial… Es horriblemente exacto y verdadero.
        S. Polón

      • Yo no culpo los cubanos al extremo expresado en este text. El sistema titánico que ha existido en Cuba por sesenta años ha sido total y sin fallo desafortunadamente porque Cuba es un pueblo rodeado por mares que forman un gran foso que sirve como una barrera gigante e impenetrable. En todos los países notado en el text, todos tienen aunque sea una o más fronteras, cuyas puedan ofrecer una salida, una oportunidad de cruzar y reorganizar fuerzas para darle una resistencia a los poderes tiránicos, que le cuesten a esas tiranías sangre y tesoro. Siendo no más que un barco amarrado y anclado en el medio del mar, la isla de Cuba no tiene las opciones que se le pueda ofrecer a otros países. El control del gobierno cubano en estas circunstancias es total, y él pobre que se atreva confrontar esa fuerza con todas sus espías implantados en cada rincón de cada aldea y pueblo, no tiene jamás ni una distante esperanza de dar ni un surtido de resistencia mucho menos un golpe de estado. El pueblo de Cuba no se merece condenación si no mucha piedad y oraciones.

      • Es totalmente injusto decir que es el pueblo cubano es culpable de la tragedia de Cuba. El engranaje represivo sobrepasa al ciudadano común. No existe un líder qué arrastre tras de sí a la causa. De lejitos se dice o se culpa a un pueblo. Desde adentro es otra cosa. Atrévete atrevido. Háganselo mejor y vallan y háganlo, no con sus letras sino con su pellejo. Abusadores

      • Genial! Me adscribo a lo dicho; lamentablemente por cuanto toda una nación está feneciendo por obra y gracia de un desalmado megalómano que la retrotrajo a ´´épocas pretéritas desvistiéndola de sus valores ético-morales,religiosos,espirituales , aunque sigo siendo optimista y creo que Cuba resurgirá .Me aferro a ello !

      • La nota de press es muy buena y creo que todavia se puede argumentar mas por lo pronto solo voy a decir que en 1994 ocurrieron hechos en contra del gobierno Cuba no que no dieron apoyados por la gente como fue el maleconaso y la crisis de los balsero de Guantanamo, estos Ultima hoy en dia son el Unicom group de personas que tienen prohibido por el gobierno regress a Cuba de visit a lo que significa que causation daño a sus planes.

      • Algo que sabía pero le ha dado un excelente texto y lloro como cndo Leo algo que hace Yoani y hago una catarsis y después hago lo único que puedo hacer esparcir este artículo entre mis más de 5 mil seguidores en tw GRACIAS

      • Magistral escrito,,todavía hay esperanzas de ese pueblo cubano,,,que de todo lo malo y sucio de 62 años de una dictadura brutal,,nazcan cubanos como Juan Orlando Pérez,,,

    1. No se puede olvidar la historia de cada pueblo. Donde las multitudes solo se lanzan a las calles cuando el gobierno se desploma, no puede darse una rebelión popular como las que cita el autor. Tal es el caso de Cuba y sus dos reconocidas dictaduras del pasado. La historia cubana insinúa otro rumbo, que es el de ese «sargentico llamado Batista». Un anónimo militar de baja graduación que en un momento determinado se convierte en líder de una sublevación castrense.

    2. No se puede olvidar la historia de cada pueblo. Donde las multitudes solo se lanzan a las calles cuando el gobierno se desploma, no puede darse una rebelión popular como las que cita el autor. Tal es el caso de Cuba y sus dos reconocidas dictaduras del pasado. La historia cubana insinúa otro rumbo, que es el de ese «sargentico llamado Batista». Un anónimo militar de baja graduación que en un momento determinado se convierte en líder de una sublevación castrense. Entonces, ese pueblo se lanzará a las calles, para tomar venganza.

    3. Devastador, devastado paisaje humano, expuesto de manera tajante e inobjetable. Obra minuciosa y perversa la de Fidel Castro en ese quebrar las voluntades, en tejer unas rejas de carcel en las esperanzas, en matar las ilusiones, con su diseño básico con x y de corrupción y miedo.

    4. Muy buen artículo.pero preciento que usted es uno de esos cubanos.
      Que escribe desde lejos porque emprendio las de Villa Diego
      Y no contribuyo a nada contra el régimen

    5. Me uno a su análisis, celebro la precisión y veracidad de la perespectiva. Ésa es la sociedad cubana; donde discrepo es en su tesis.
      Para lanzarse al ruedo y destruir un sistema, como lo han hecho otros, se requiere mas que armas, incluso, vencer la maldita circunstancia que va más allá de un verso y es hoy, una realidad sólida que pesa sobre la isla. Hay una deformación, una disminución en los niveles de la autoestima social que han atrofiado todo comportamiento defensivo natural del grupo. Si valoramos el paralizante y estudiado sistema de acceso a la vida material que ha ido en detrimento durante 60 años, que donde único sucede es en Cuba y tal vez en su mini-me, Venezuela; nos mostrará que cuan inviable resulta la comparación con cualquier revuelta mas o menos victoriosa, en todo caso, nos remitiríamos a la dictadura de Chavez Maduro, parámetro lógico y encontrariamos que todo intento lo único que ha cosnsegido es sangre joven y mayor represión.
      Los obstáculos para la libertad de Cuba no son solo subjetivos, las guerras son costosas y el cubanos al que usted apela vive de los residuos del suspiro. No va a suceder, no puede y es humano entenderlo.
      Otro punto en el que coincido es en que a NADIE MÁS le corresponde el acto de liberación, incluso el acceso a un posterior gobierno; al resto nos tocará la alegría de cooperar. Luego, si se quiere y se tiene la sabiduría demostrada, hasta asesorar; pero las decisiones corresponden a los que viven en el area, como en cualquier estructura gubernamental del mundo.
      No veo suerte para Cuba, cuando muera el ultimo Castro y los cobardes que lo secundan se sientan capaces de alimentar con hechos sus ansias de poder, puede que se desmorone desde arriba y seria un gran momento para aprovechar y reconstruir en lo que la tiranía se auto destruye, pero eso es una posibilidad, las mafias se auto regulan.
      No hay esperanza para Cuba.
      El día algún ente del poder se llene de decencia y quiebre una lanza por su patria o por la dignidad humana, que es ya lo mas acuciante, puede ser que ese fragmento aludido de pueblo responda como se sugiere, porque si somos honestos, están fisica y moralmente diezmados, solos y bloqueado por agua, necesidades y miserias de toda índole.

      • Josue

        Haz el tiempo, deja de dormir si es preciso, se que me tomo el atrevimiento de pedírtelo, pero lo hago de forma respetuosa, no es que tu descanso no sea importante, pero que hacer?

        Que podemos hacer para que nuestra isla paradisiaca sea el paraíso terrenal.

        Si los cubanos fuéramos tan incapaces hubiéramos fracasado en cada rincón del mundo donde nos encontramos, es cierto que no a todos nos ha ido bien, pero la mayoría ha sobrevivido la distancia, el dolor del desarraigo y el ser extranjeros, entre muchos otros.

        En fin…

        Gracias.

        • Cierto mi querido Edgar,,,todavía hay una lus al final del camino,,pero creo q esos poquitos cubanos buenos no sean suficientes para un cambio positivo de la isla perdida,,

    6. Este texto es la perreta de un adolescente porque lo dejó la novia. Es una perreta que ese adolescente descarga sobre sus socios a través de un teléfono fijo todas las tardes, y que sus amigos escuchan pero no es que les agrade, porque es el pataleo histórico del lastimado. Y eso es precioso. JO se aferra más a Cuba que la gente que está adentro. Este hombre merece más los rastrojos de nación que el propio Raúl. Bueno, en verdad, más allá de que Raúl merezca o no los restos, habría que ver si los quiere. Pero JO sí quiere esos restos de país, quiere armar astilla por astilla algo, aunque quede un poco feo el resultado. Este texto es su reverso, y el autor lo sabe.

    7. Gentuza! Acepten que uds son una minoria… que el pueblo de cuba sabe bien quienes son sus enemigos… Y no van a caer en sus mentiras haciendo pasar a los defensores de los intereses del pueblo cubano por sus enemigos.

    8. Muy buen análisis y veo que ha inspirado a los comentaristas a hacer uso amplio de la gramática para perfeccionar su lenguaje , pero sin dudas muy certero ,sobre todo esa conclusión para ver si los nuevos cubanos son mas unidos ya que aún desde lejos continúan frágiles por ese individualismo inculcado durante 6 décadas, tal vez eso ayude a pensar a quien dijo que el escrito está hecho desde afuera, lo importante es que está

      • Y tú de dónde saliste?? Que no eres capas de ver la realidad. tus palabras solo denotan envidia hacia esa gentuza según usted, la cual ha sido capas de mantener a su gente en cuba y fuera de cuba ha construido una comunidad próspera y llena de futuro. Tu escrito té acentúa ser un gran perdedor.

    9. ¡Bárbaro, tremendo artículo!

      Quizás lo mejor que podría pasarle a la isla sería que los cubanos nos fuéramos todos y la ocupara un pueblo mejor, eso lo he pensado en más de una ocasión. Por esa misma línea, la población de la Isla envejece, la tasa de natalidad está en picada y su juventud emigra. La fuerza productiva de Cuba está en el exterior, los que envían las remesas. EE.UU., Cuba y Puerto Rico son los países del continente americano con más alto porcentaje de personas mayores de 65 años. En el caso de EE.UU. la inmigración, con o sin Trump, llena el vacío de mano de obra, y la automatización y tecnología eficiente mitigan el efecto. Pero, ¿pero qué será de una Cuba envejecida con menguada fuerza laboral? ¿vendrán los rusos al rescate?

      Y Carlos, comentario 9:10 AM, por supuesto que JOP tomó las de Villadiego, igualmente que casi todos, por no decir todos, los que aquí comentamos. De eso se trata el artículo, el autor es libre para poder escribirlo, algunos en Cuba podrán leerlo y apreciarán las virtudes del mismo, pero quién se atreve exigirle la renuncia a la corruptela que dirige a Cuba, como hicieron los ecuatorianos, argelinos, etc. Todo sea en nombre del «pueblo».

      Saludos

    10. Juan Orlando Perez:
      La vida que llevamos algunos en este exilio auto impuesto ( por lo menos en mi caso- pues nadie me pidió, mucho menos me obligó a “irme de Cuba”) – no me han permitido leer tu artículo hasta el final – pero después de las seis primeras oraciones, decidí que es uno de esos que no se pueden leer a la carrera – y he decidido reservármelo para esta tarde – Aun así- tengo el presentimiento de que me gustaría leer más de lo que escribes – aunque no seas 100% de los míos!
      (esto debería ser un elogio) – Dónde te puedo encontrar? A mi me encuentras en [email protected]

    11. Verdades todas. Esperaba que las nuevas carencias tal vez podrían ser el detonador para otro Maleconazo, pero viendo como Putin está en ascendencia lo dudo mucho. La tablita salvadora de la tirania está en Moscú. Excelente articulo.

    12. El escenario es adverso en todos los sentidos y una de las cosas que mas lastra es la carencia de liderazgo, la falta de organización… No imagino como podría organizarse una protesta en Cuba sin una cabeza o un grupo pensante que logre se reunir a mas de 1000 personas contra el gobierno frente a la plaza de la Revolución… en los casos que se citan: Sudán y Argelia ambos tuvieron oportunidad de organizarse, el primero llegó a tener el apoyo de los militares y en el segundo sobresalió, entre otras, la figura de Mustafa Buchachi… ahora… en Cuba no existe figura a seguir, alguien que le haga ver al pueblo que es lo que quiere y sepa representar sus intereses… porque estoy seguro que preguntas en las calles y aparte de encontrar altos índices de resignación encontrarás que las personas no saben ni que es lo que quieren (en el mejor de los casos salir del país)… el pueblo se siente huérfano e inútil… todos están esperando que un día aparezca alguien que les diga algo que les guste, que les de motivos, que les inyecte valor, alguien con el carisma necesario para sumar a todos los sectores de la sociedad cubana a su causa (incluido el numeroso ejército)… y es que lo digo y lo pienso y me parece casi imposible en un país tan represivo contra la oposicion como el nuestro… pero lo más extraño del caso es que las manos que van a reprimir las protestas son las de personas que sufren como uno las carencias y miserias del país… Nunca entenderé que los mueve, cuales son sus ambiciones o por que reprimen a alguien que esta en contra de los problemas que ellos mismos padecen… Para aquellos que no fuimos tallados con la madera que se tallan los líderes y que anciamos ver el cambio en nuestro país sólo nos queda esperar a que esa persona haya nacido o que al menos lo haga en este siglo.

      • A mi modo de ver, lo que ha pasado con toda la oposición en Cuba desde el propio 1959 es que tomaron la Senda de impulsar proyectos particulares, ceñidos a cada organización, habiendo un proyecto que unificaba a todos los cubanos que es la constitución de 1940 que Fidel Castro se comprometió a restaurar cuando tomara el poder, promesa que sabemos no cumplió. Esa constitución,que tutela un estado democrático con todas las características de uno como tal se oponía directamente al proyecto autoritario, pero todos nos olvidamos de ella aún cuando, al no aplicarse el procedimiento contenido en la misma para su modificación, se mantenía y se mantiene completamente vigente. Incluso los opositores de estos tiempos la ven como algo del pasado, pero su vigencia Se mantiene Y sí, pueblo la hiciera suya, pudiera ayudarlo a entender que ahí están contenidas las soluciones de los problemas que sufre. El problema de Cuba será resuelto cuando se elimine el autoritarismo y se restauróela democracia donde no haya un partido que sea el único órgano rector de la sociedad, sino cuando cada uno de los que se funden esté en pie de igualdad ante los otros porque todos los ciudadanos serán iguales ante la ley. Pienso que si los opositores trabajarán dando a conocer esta Constitución al pueblo, llegará un momento en que esté tome conciencia y reclame su restablecimiento, dejando en evidencia la ilegitimidad del régimen actual ante las democracias del mundo. Ese único objetivo: La restauración de esa Constitución es lo que puede llevar a que un día 100.000 o más Se sienten en la Plaza de la Revolución y no se levanten hasta que no lo logré.

    13. Es tremendamente triste, pero cierto. Cuba está funcionando desde hace mucho tiempo como un ex país, una nación en la cual no hay un proyecto social y político (mucho menos económico) con un gobierno que lo único que se ha ocupado de preservar es la posición de poder, sin importar ninguna otra razón de existir. Creo, no obstante, que la culpa no puede recaer en la gente. Para oponerse a un gobierno, cualquiera que este sea, tiene que haber un liderazgo opositor, uno o varios ciudadanos que sean capaces de conseguir prestigio entre la gente y que sostengan las ideas que apoyen a toda la oposición. En ese sentido el régimen cubano ha sido despiadado consiguiendo desarticular cualquier liderazgo opositor, desde la encarcelación, la descalificación y el desprestigio a los opositores, hasta el asesinato solapado cuando los demás métodos se suponía que no funcionarían, como ocurrió con Osvaldo Payá. Pero, repito, para que se produzca un levantamiento es preciso que exista un liderazgo y eso es lo que se han ocupado de que no exista.

    14. Lo que más siento en mi corazón de exiliada es la idea de que la isla sea ocupada por un pueblo mejor. Sin concebir la pérdida de mi identidad, tal vez ese pueblo ya está aquí. Esa gente como usted la llama somos un poco nosotros mismos y estoy segura que la patria no nos contempla orgullosa.
      Muchas gracias por su escrito.

    15. Retratados todos los Cubanos. Es, por mucho, lo mas «inclusivo» que nos hayan escrito y dedicado como Cubanos, ahora que esta tan de moda el el termino.
      Realmente Cuba se merece repoblacion total por quien la merezca.
      Gracias por el articulo. Evoca verguenza ajenas y propias.

    16. Juan Orlando Perez, le trasmito toda mi admiración y respeto, su escrito es brillante, es doloroso leerlo pero UD dice una verdad a mas grande que un templo. Ojalá algún dia tenga el honor de estrechar su mano.

    17. Pero me gustaría que el escritor analizara el vivo ejemplo de Venezuela.
      ¿Cuantas veces el pueblo entero ha tomado las calles Y NO HA CAMBIADO NADA, NI CAMBIARÁ.!
      En Cuba tiene culpa todo el mundo, LOS DICTADORES, LOS PRIMEROS QUE SE FUERON EN EL 60, LOS QUE NOS FUIMOS DESPUÉS, LOS QUE QUEDAN. Tienen culpa muchísimos países, muchísimos reyes (Ridículo un rey comiendo churro en la calle) y muchísimos príncipes y princesas que han ido a Cuba a reirle la gracia al gobierno y han ignorado la realidad del pueblo Cubano…
      Hecharle la culpa al pueblo es lo más injusto que se pueda hacer con nosotros mismos. Un pueblo cansado, un pueblo manipulado, chantajeado, adoctrinado, un pueblo dominado, dañado psicologicamente…
      Es mi opinión…

      Nacho

    18. Es lamentable, pero tan cierto que duele, soy como otros muchos un producto de esa sociedad y país inevitablemente perdido, que escogió con un lamento triste el viaje a lo desconocido, pero menos problemático de la inmigración, cierto, los que nos fuimos somos unos cobardes que no tuvimos entrañas para luchar desde dentro, porque antes vivimos de a poco con lo que «luchabamos», somos lo mismo que los de adentro, que también luchan, solo que estos no tuvieron la oportunidad o el valor de salir, en cualquier caso, lo que si es cierto es que no hemos hecho nada para cambiar las cosas, pobre pueblo, pobre isla

    19. El texto es muy bueno sin duda, es abrumadoramente triste. Pero creo que el pueblo es así hoy como consecuencia de 60 años de esclavitud (vida salvaje y de sobrevivencia), adoctrinamiento, desinformación intencional, ignorancia de nuestros derechos, etc….. por tanto, la culpa sí es del Castrismo, en mi modesta opinión (no es una cuestión genética o por culpa del calor). Y quisiera tener fe en que revistas como estas, intelectuales y artistas puedan hacer algo mas que irse o replegarse.

    20. Excelente exposición de la realidad del pueblo cubano. Batista pudo hacer lo que hizo, porque existía el sentimiento de la «honestidad y la amistad»; Fidel Castro impuso su Tiranía Comunista»porque no se destrulleron todos los «Derechos Humanos»,no se atacó la dignidad y la moral de la família y los corructos políticos y militares traicionaron a Batista y además, Batista le dio poder a los Comunistas. La ingratitud y la hipocresia de los políticos de la República hizo que se aboliera la: «Enmienda Plat». El pueblo cubano actual prefiere inventar cómo coseguir un plato de lentejas, que combatir a quien le prohíbe conseguir el plato de lentejas.

    21. Yo creo que el peor problema que tenemos los cubanos es que el exilio ha sido la via de escape, o más bien el despertar de esa pesadilla, y aun fuera de Cuba aunque hagamos lo que hagamos, no tiene impacto real e inmediato. La diferencia en el año 94 cuando la gente se encabronó y se tiro a la calle, el regimen abrió las fronteras para que se fueran y bajó la presion. Es triste pero no veo la manera de que sto se resuelva.

    22. vNo había leído análisis tan conciso objetivo y descarnado de la realidad que incluso los cubanos queremos ignorar. En algo no estoy de acuerdo con el autor: Si tenemos el régimen que nos merecemos porque o no hemos encontrado quién nos guíe para salir de este atolladero o el cinismo y el terror ha calado tanto en nosotros que nos inmovilizan. Como quiera que sea ahí seguimos, aguantando un día tras otro.

      • Genial! Es duro, pero es así. Ese pueblo apático y de valores blandos, somos todos. No creo que el autor esté huyendo de la culpa, al contrario, se resigna, como al final, todos hemos hecho en ese país.

        • Felicidades por esta erudición. Da gusto leer sus argumentos y sentir que esos diálogos que afloran en tantos espacios se van filtrando entre nosotros los no doctos, comunes de a pie. Sin embargo me parece una simplificación histórica del sujeto histórico, del sujeto político.

    23. El sistema totalitario y basado en el odio que se impuso en Cuba en 1959 a dejado a la «sociedad» cubana animalizada terminalmente, el artículo es devastador pero muy certero.

    24. Excelente escrito, una verdad cruda y dura de lo que esta pasando actualmente, agradecido en el alma de leer algo que en mas de una ocasión he sentido y escuchado…..

    25. Para mi hay dos cosas: esa no es una dictadura corriente, es un régimen que ha usado métodos estudiados que hace que2 la gente sienta miedo de todo y sobre todo miedo a que lo hagan una piltrafa moral ante los demás. Lo segundo es que cuando por los metodos anteriores esos regímenes se logran sostener sobre el toro empieza la sustitución de generaciones y para los que nacen y viven en eso «las cosas siempre han sido así. Para entenderlo bien, la fabula de los cinco monos

    26. Totalmente de acuerdo. El mayor problema es que el pueblo se preocupa más por sobrevivir el día a día que por recuperar sus derechos y libertades fundamentales.

    27. ¿La Conchinchina? Menudo etnocentrismo. Permíteme carcajearme y decirte que en la Conchinchina viven lamentablemente los que se quedaron en Cuba. En la Conchinchina geográfica, temporal y espirtual. Con un régimen de la Edad Media, sin un carro para ir tan siquiera al Vedado sin tener que oler la peste a grajo de gente desconocida, malviviendo en la periferia global sin saber lo que es coger un avión o tener internet a todo tren. Ya lo decía Jorge Mañach: la arrogancia es otro de las trabas del progreso en la identidad del cubano. En el Primer Mundo -y en el segundo- a la gentele cuesta imaginar una Conchinchina como lo que es Cuba hoy. Por eso, ratraea tantos turistas. Saludos!

    28. Escrito magistralmente, no coincido con el enfoque del autor. Ninguno de los ejemplos que pone fueron dictaduras estalinistas totalitarias. Ninguno de los ejemplos duraron en el poder 60 años. Ninguno de ellos tuvieron los mecanismos de control social y de monitoreo individual de la discrepancia. En Cuba los muertos son a fuego lento. Si se les pregunta a los ciudadanos si quieren que los cambios los haga el gobierno o una revuelta popular, la mayoría dirá que quiere que los cambios vengan del gobierno. Ya viven hace demasiado tiempo en un país con las reglas de la jungla, y sálvese quien pueda, para además querer cambiar con revueltas populares, un caos social de consecuencias impredecibles incluyendo la cuota de vandalismo y sangre. Estoy segura que el propio autor descubrió los derechos humanos una vez que vive en un país con esos derechos. Un gobierno que trata a los ciudadanos como «los buenos salvajes coloniales» o como súbditos durante 60 y con el mismo nivel de represión, desinformación, sin formación, termina desconociendo sus propios derechos. Las reglas de la jungla la viven hace seis décadas. Ellos se dicen y con razón, ni una revuelta más. El enfoque del autor es pueril por desconocimiento, e irresponsable: los demás deberían hacer lo que yo no hice. Estoy de acuerdo que ese régimen político y económico produce constantemente la marginalidad social, precisamente porque la población está excluida de todos los derechos.

    29. Me he quedado de piedra leyendo el articulo, ha puesto en palabras mi pensamiento, lo que siempre digo con respecto a Cuba, a la Cuba de mañana se le pueden reparar los baches y los balcones, surtir las tiendas, quitar la libreta y largos etc,etc etc, lo que va a costar otros 60 años va a ser cambiar la mentalidad del hombre-experimento castrista, civica y moral, economicamente hablando se podria ir rapidamente en ascenso, pero que hacemos con las costumbres?con lo torcido? Con el daño pertinaz de varias generaciones, realmente asusta.

    30. EXCELENTE artículo sobre la eterna coyuntura de desgracia y miseria en que está sumido el pueblo cubano, sobre su otrora cultura, idiosincrasia, y de país que han hundido en el mar. Yo diría que la resignación es el problema, junto con el terror, poder del Estado y la paulatina destrucción generacional de una sociedad. “Hay una parte del país que está demasiado dañada, que no tiene salvación. Son los cubanos que han sido corrompidos definitivamente por la miseria y la violencia en las que han sido enterrados vivos” El descalabro socio-cultural-económico-total de esa gran coyuntura-fisura, sólo ha dejado la filosofía del cubano-pirata al abordaje amoral, siempre con la papa en la boca, aunque sean “profesionales” De todas formas, esta es una tragedia de los cubanos, y recomiendo a los no cubanos que se abstengan de hacer el ridículo y que no hablen de lo que no conocen. Obviamente, también los cibernautas esbirros de la seguridad cubana han comentado desde la amarga frustración de su fracaso y de la eterna coyuntura de miseria en que está sumido el pueblo cubano, que habla más que cualquiera de los comentarios. Tristemente, si la isla pudiera salvarse después 60 años debacle de socialismo caribeño, y aunque remplazaran los cubanos por suecos, probablemente necesiten 120 años para reconstruir el daño, la diseminación y la destrucción que han ocasionado.

    31. Las dictaduras pueden ser derrotadas por levantamiento popular, los sistemas totalitarios no, esos colapsan bajo su peso y su base debilitada. En Alemania no hubo levantamiento popular, en China se sofocaron con tanques en Korea ni se vislumbra, Cuba intentó por 8 años de Gerrilla sacudirse a los Comunistas y falló como está fallando Venezuela y todos las victimas del totalitarismo populista.

    32. 60 anos em luta contra um criminoso Bloqueio , que é muitas vezes condenado, na ONU , por TODO o Mundo, não tem valor , para alguns cubanos, pero o Povo cubano e o resto do Mundo progressista, sabe que em Cuba nadie se rende … VIVA CUBA LIVRE !

    33. El problema no son, sino, somos los cubanos, porque ahora nos encanta la papeleta de espectador. En mi caso, por ejemplo, luego de la decepción y la renuncia, no me alcanzó el valor Para alzarme en la Sierra, como lo hizo un grupito de la generación del centenario, a la cual después su propio líder y los comunistas del PSP, les arrebataron la victoria!

    34. Estoy de acuerdo salvo en un punto: El problema es la gente, cierto, pero porque es el triste y criminal resultado de años de adoctrinamiento social. El mayor crimen que ha cometido la Revolución a mi modo de ver no es la mala economía, no es la miseria repartida, para mi el mayor crimen ha sido el éxito logrado en despojar al cubano de voluntad propia, de empuje, de rebeldía, de imbuirlo de resignación y desesperanza, de que nada cambiará haga lo que haga.

    35. El articulo de Juan Orlando Pérez esta muy bien escrito y parece como si cada párrafo estuviera magistralmente elaborado con pasos muy bien pensados para darle fundamento lógico a cada aserción hecha a pesar del carácter tan descabellado de muchas de sus aserciones.
      No es difícil darse cuenta, con un análisis más detenido, que su texto es una pieza magistral en auto genocidio mental y emocional hacia el propio pueblo y la tierra que le dió nacimiento. Fue precisamente la frase final de su articulo la que me dejo algo alarmado aunque al mismo tiempo meditativo. La frase nos dice:
      “Quizás lo mejor que podría pasarle a la isla sería que los cubanos nos fuéramos todos y la ocupara un pueblo mejor.”
      Juan Orlando Pérez, el escritor del artículo arriba mencionado, no ha meditado a cabalidad la envergadura de su posicionamiento con la dualidad binaria que, aun con tener existencia legítima, le ha empujado y forzado en su propia frustración y euforia al otro extremo de la culpabilidad: El pueblo como agrupación amorfa y abstracta tiene la mayor parte de la culpa y está condenado a su destino pírrico de cualquier manera que intente resolver su miseria.
      Esta tesis de la miseria fatalista e inevitable de algunos lugares y culturas subdesarrollados se contrapone jocosa y jovialmente a la tesis inversa de la sobrevivencia y prosperidad de algunos lugares y culturas tecnológicamente avanzados. Estas dos tesis se expresan como dos tipos de resiliencias. Una es masoquista sonámbula la cual continúa la marcha en el martirio de la miseria y que sin ya importarle el incremento paulatino de la miseria solo le interesa exprimir el poco de placer que aun va quedando, hora por hora, dia tras dia y convertirlo en razón de júbilo altanero aunque engañoso.
      La otra tesis es la hedonista sonámbula que intenta a toda costa incrementa la marcha en el goce por la prosperidad y que sin ya importarle el incremento paulatino del estrés y el estar permanentemente “ocupado” solo le interesa el incremento del placer y la protección en contra del mismo incluso si el precio fuera la constante abstención calculada mientras ello se convierte en razón de júbilo altanero aunque engañoso.
      Fuera de Cuba se suele culpar al gobierno castrista y sus secuaces de todo lo que pasa en Cuba y se toma al pueblo cubano como víctima. Sin embargo, esta vez, Juan Orlando Pérez ha decidido tomar como agente “activo” de todos sus males al mismo pueblo cubano al punto de casi insinuar e incitar a una variante de genocidio basada en desaparecerse de la isla y poner a un pueblo mejor.
      Esto no es nada nuevo, ni desde un punto de vista histórico ni desde un punto de vista filosófico. Históricamente se ha vivenciado con los moros, los judios, los africanos, los haitianos, los martiniquences, los palestinos, los kurdos, los musulmanes, en fin con todo pais colonizado, neo colonizado, esclavizado, marginado o en éxodo por el mundo.
      Juan Orlando Pérez escribe como si estuviera describiendo un fenómeno oriundo de Cuba y los cubanos. Por supuesto que él no lo dice, pero su falta de contexto histórico en el entendimiento de un fenómeno que es común en los países del tercer mundo le hace pensar que Cuba es una excepción porque los países tercermundistas ahora se clasifican como economías emergentes mientras en Cuba el pauperismo aumenta cada vez mas.
      El problema aquí no es solo Cuba y los cubanos, pero fundamentalmente, Juan Orlando Pérez y su visión de Cuba y de sí mismo como cubano.
      Malcolm X una vez dijo:
      “¿Quien te enseño a odiarte a ti mismo?”
      Frantz Fanon nos hizo saber en su libro, Piel negra, máscaras blancas:
      “El negro esclavizado por su inferioridad, el hombre blanco esclavizado por su superioridad se comportan de acuerdo con una orientación neurótica.”
      Y Edward Said dijo en su libro, Orientalismo:
      “Los árabes, por ejemplo, son vistos como lecheros de carne de camello, terroristas, de nariz de gancho y venales, cuya riqueza inmerecida es una afrenta a la civilización real. “
      Hay una definición muy clara para lo que describe Juan Orlando Pérez, la endofobia. La endofobia se conoce como el rechazo de las características o rasgos del grupo al que uno pertenece. Es el racismo contra los propios compatriotas de la nación o el rechazo a la cultura propia.
      Sin embargo, la endofobia puede estar mezclada con la idealización de un pasado o futuro que nunca viene ni vendrá, pero que en sus bases sostiene un rechazo repugnante a la cultura propia presente que parece irremediablemente condenada al fracaso y mejor casi sería exterminarla o hacer borrón y cuenta nueva con ella.
      Hay cosas muy ciertas en lo que dice Juan Orlando Pérez, pero otras cosas simplemente forman parte de su imaginario y seguramente de su raíces como intelectual frustrado con su propio origen étnico y cultural.
      Al no darle menos protagonismo al gobierno cubano por la miseria del pueblo y enfocar la responsabilidad más en el pueblo Juan Orlando Pérez exonera su mea-culpa como intelectual comprometido con su país y su identidad nacional.
      Juan Orlando Pérez sabe perfectamente que ningún pueblo lleva a cabo ni ha llevado a cabo cambios importantes en la sociedad sin el apoyo de la clase media y de la misma clase intelectual a la cual él mismo pertenece mientras contempla su país desmoronarse desde afuera o al menos viviendo afuera.
      No es que yo le pida a Juan Orlando Pérez que se vaya a vivir a Cuba si quisiera ser coherente con sus postulados acerca del pueblo cubano, pero no está bien que un intelectual de origen cubano se arrogue el derecho de culpar al pueblo cubano, su pueblo, de la miseria en la que vive mientras al mismo tiempo trata de ser un portavoz de lucidez sobre la situación de esos cubanos cuando él, como intelectual, dejó la isla por esos mismo problema y privó a sus compatriotas del elemento de liderazgo intelectual que todo pueblo requiere para hacer cambios sustanciales paulatinos y no simplemente ruidos roñosos de protestas.
      El mismo individualismo que Juan Orlando Pérez mencionó en su artículo fue el mismo que le llevó a irse de Cuba en busca de una vida mejor en el exterior. Juan Orlando Pérez es un contribuyente pasivo de la depauperación en Cuba, es un contribuyente de la misma pasividad y apatía política que los cubanos muestran y, por tanto, él es también responsable de Cuba tener el pueblo que tiene hoy.
      Esa falta de modestia y responsabilidad es inaceptable y le quita a Juan Orlando Pérez toda moral para hablar del pueblo cubano de la manera en la que lo ha hecho en este artículo.
      Juan Orlando Pérez nos dice:
      “Esta es una Cuba podrida, soez, premoderna, de gente que habla un español rústico, casi infantil en su violencia y simplicidad, que no comprende ni acepta normas de urbanidad, que se revuelca, pelea, fornica entre escombros y suciedad, entre montañas de mierda y nubes de mosquitos.”
      Primero, no creo que el pueblo cubano pueda ser reducido a eso. Ningún pueblo es un pueblo en abstracto, todo pueblo es pueblo porque tiene líderes que representan sus voces. Tales líderes son siempre unos pocos y suelen ser gentes con educación y cultura intelectual. Cuba no tiene lideres para un cambio de la situacion depauperante tanto moral como economicas porque todos han terminado o terminan iendose.
      Todo intento de transformación social que vaya en contra del status quo socialista lleva a la mayoría de sus abanderados intelectuales o ilustres activistas a dejar la isla no porque el pueblo cubano sea un pueblo “que se revuelca, pelea, fornica entre escombros y suciedad”, sino porque presiones, necesidades y carreras individuales son más apremiantes para tales individuos que ayudar a su pueblo a efectuar los cambios que mejorarían a la mayoría.
      El problema de Cuba y de los cubanos también es que intelectuales y profesionales como Juan Orlando Pérez y yo abandonaron y continúan abandonando a Cuba y a su pueblo. Es obvio que si muchos de los cubanos que llegan a ser educados y convertirse en intelectuales públicos terminan de una manera u otra dejando la isla, la culpa obviamente no es solo del pueblo cubano sino igualmente de su sector calificado e intelectual como Juan Orlando Pérez y yo mismo que abandonan y abandonaron la isla tan pronto como tuvieron la oportunidad.
      Si yo decidiera hablar públicamente del pueblo cubano como lo hago ahora me siento responsable de haber dejado a Cuba y aunque comparto algunos de los males del pueblo cubano a los que se refiere Juan Orlando Pérez, no puedo hacerlo con el espíritu nihilista y alienante de Juan Orlando Pérez.
      Juan Orlando Pérez nos dice:
      “Cuba parece incapaz de cambiar, un país que ya no puede generar su propio futuro, un ex país.”
      Es muy fácil decir algo como eso cuando Juan Orlando Pérez no pudo generar su futuro como cubano en Cuba entre cubanos y ahora escribe tan despectivamente de ellos. A veces las cosas para entenderlas mejor hay que reducirlas a una escala menor o mas manejable. En el caso de Cuba se trata de la relación del pueblo cubano con su gobierno. Tal relación puede ser analizada con las mismas complejidades que la relación entre dos personas. Pero, permítanme hacer una digresión antes.
      Sin dudas, es una verdad de perogrullo decir que un pueblo siempre tiene la razón sobre su gobierno. Sin embargo, lo que se pasa por alto aquí es que la razón de un pueblo siempre es articulada por alguien o/y un grupo de personas que lo representan o desean representarlo.
      La razón del pueblo no existe en abstracto y, a menos que una gran mayoría de ese pueblo exprese por medio del voto sus razones y sus propuestas, hablar del pueblo siempre significa la voz o las voces de unas personas hablando por ese pueblo. En tal sentido en este artículo no es el espíritu del pueblo cubano lo que testificamos sino las ideas de Juan Orlando Pérez acerca del pueblo cubano. Esto es algo que él debió de haber dejado bien claro por obvio que pueda parecer.
      Muchos cubanos exiliados o aquellos que dejaron o dejan la isla por otras razones, incluyéndome a mí mismo, tienen una tendencia a adquirir lo peor de la derecha o de la izquierda política en los países que lo acogen. En realidad, no es de sorprender que tal sea el caso.
      La derecha cubana fuera de Cuba no reconoce en lo absoluto la legitimidad de la revolución cubana incluso cuando Fidel Castro recibió ayuda desde el interior de Cuba ante y después de desembarcar en la isla para llevar a cabo la revolución.
      La izquierda cubana fuera de Cuba está más enfocada en criticar al gobierno americano que al cubano y cuando critica al cubano lo sigue haciendo bajo el no cuestionamiento de la existencia de un partido único por encima de la constitución y la posesión por ese partido de los medio fundamentales de producción. En general la izquierda cubana con residencia en el exterior es muy suave con el gobierno cubano y muy duro con el gobierno americano.
      En Juan Orlando Pérez existe una crítica acérrima a la “chusma” popular cubana. Sin embargo, él olvida que ello es el espejo vivo invertido (con opulencia) de los mismos cubanos en Miami.
      Juan Orlando Pérez nos dice refiriéndose a la vida en Cuba:
      “Es la Cuba bárbara y obscena del reguetón, que es su expresión más elocuente, su obra prima, la gramática de su concupiscencia, su egoísmo y su estupidez.”
      ¿No es acaso esta descripción un espejo fehaciente de la Cuba miamense? ¿No es el reguetón cubano vis-a-vis con el reguetón miamense? ¿Está Juan Orlando Pérez criticando la situación política en Cuba o la gestalt popular cubana que puede ser encontrada tanto en Cuba como en Miami, tanto en un país pobre o como en uno rico?
      Está claro que Juan Orlando Pérez desprecia el populacho y su cultura, sea pobre o sea rico y, sin dudas, en sus ojos, la pobreza hace tal cultura aun mas fea. Sin embargo, Juan Orlando Pérez no nos dice nada de la gestalt cubana miamense la cual exhibe el mismo regetón y la misma cubania popular exportada.
      Tal vez porque comentarios despectivos dirigidos a la cultura latina miamense le haría racista en contra de los latinos. Mientras tanto, hablar tan bajamente de los cubanos que viven en Cuba parece hacer de Juan Orlando Pérez una persona políticamente “lúcida”.
      Pero reduzcamos este problema, como dije anteriormente, a una escala menor o mas manejable. Si entre dos personas una quiere someterse voluntariamente a ser esclavo de la otra a cambio de protección y afecto y ambos están perfectamente de acuerdo, un observador externo que rechazaría tal acuerdo y enjuiciaría tal situación como un abuso de poder o estupidez de parte del “esclavizado” sería simplemente un intento fallido de querer ponerse en la situación del “esclavizado” sin ser el “esclavizado” y por tanto no poder ponerse en la situación del “esclavizado”.
      Si el pueblo cubano sacrificó voluntariamente sus posibilidades de prosperidad por el experimento socialista anhelando una igualdad de prosperidad para todos pero terminando en una igualdad de miseria para todos mientras uno pocos en la cúpula política militar siguen siendo ameritados improductivamente y aun así el pueblo, sonambulamente, no se opone a su miseria creciente es sin duda porque ese pueblo necesita de un espíritu colectivo diferente que el que los unió en 1959 cuando recibieron a Fidel Castro por toda la isla y finalmente en la Habana.
      O tal vez, la noción de lo que podemos considerar hoy como espíritu colectivo debería de cambiar tanto para los que están en el poder en Cuba como para los que se oponen a ese poder por medio de delegar ese poder a organizaciones colectivas más locales.
      El Estado cubano debería de hacerse un Estado secular y dejar de tener protagonismo absoluto en la sociedad cubana. Sin embargo, tal transición a un capitalismo no corporativo parece un sueño tan iluso como la fracasada transición del socialismo al comunismo en el pasado.
      El Estado cubano está en pura bancarrota y aunque Cuba requeriría para su futuro más de un capitalismo emprendedor que de uno corporativo, la única manera en la que Cuba podría transitar a un Estado secular es por medio del gobierno cubano hacer negociaciones con corporaciones americanas.
      No va a ser lo político sino lo económico lo que permitirá generar nuevos sentimientos colectivos en Cuba, puesto que hoy en día la política vigente es incapaz no solo de generar nuevos vínculos colectivos a nivel nacional pero incapaz de generar productividad económica. Y la razón es simple. La política nunca ha sido un factor generador de productividad económica incluso cuando puede ser un catalizador de la misma.
      Hay una ironía mordaz y jovial en todo esto. El gobierno americano y los cubanos en Miami tendrían que olvidarse del carácter socialista del gobierno cubano y dejar que el intercambio económico por sí mismo haga el trabajo de secularización y de-estructuración de la política socialista en Cuba hasta que devenga capitalista-corporativa en su propio funcionamiento. Una vez que ello ayude a re-estructurar la sociedad civil entonces podría hablarse de pasos futuros hacia demandas más sólidas desde el sector civil lo cual pudiera incluir reformas por un espíritu más emprendedor y menos corporativo-estatal.
      Esta es la solución que yo veo a corto y largo plazo. Remover el embargo bajo algún contrato inicial de negocios y permitir el flujo libre de comercio entre Cuba y las corporaciones americanas. Unificar la moneda cubana. Permitir que los cubanos trabajen libremente en los proyectos de empresas entre Cuba y las corporaciones americanas y hacer convenios gubernamentales que permita a los cubanos trabajando en compañías mixtas pedir créditos para entrenamientos y educación. Ello también implicaría fomentar el intercambio entre universidades americanas y cubanas.
      En fin, creo en el poder de lo económico sobre lo político a largo plazo y aunque las posiciones polarizantes de muchos cubanos en el exterior, en particular en Miami, tienen elementos válidos que deberían ser tomados en cuenta, no creo que sea a través de cambios políticos inmediatos que los cubanos podrían salir de la miseria de la actual sociedad civil.
      El panorama político y social que motivó los movimientos sociales de los años sesentas ha cambiado no solo en Cuba sino internacionalmente. Los metarrelatos políticos emancipatorios y grandes movimientos de unidad nacional ya no existen. Incluso el nacionalismo alrededor del mundo se ha convertido en un movimiento político identitario que es marginal y visto con sospecha por asociarse a la supremacía blanca y el populismo vulgar.
      Juan Orlando Pérez nos da ejemplos de revueltas en Sudan, en Argel, en Hong Kong, en Egipto y en Ecuador, pero Cuba ya tuvo su gran rebelión política en 1959. Los países arriba mencionados nunca han tenido una revuelta tan radical como la de Cuba, por tanto la comparación no es válida.
      La misma estructura ideológica del partido comunista de Cuba está basada en el principio de que no pueden existir dos ideas opuestas que puedan coexistir con peso similar de validez sin que una de las dos no este completamente equivocada y por tanto para dos ideas ser realmente válidas sólo podrían tener diferencias cosmética. Sin embargo, cuando tal es el caso es mejor optar por la unanimidad que la pedantería protocolar innecesaria de crear otro partido para satisfacer una diferencia cosmética.
      Las preguntas que se hace oportuna aquí son, ¿por qué no pueden existir en el gobierno cubano ideas opuestas que puedan coexistir con peso similar de validez? Por qué las diferencias políticas en Cuba suelen ser tan cosmética al punto de que se hace irrelevante autonomizarse en diferentes frentes políticos? Por qué la existencia real de ideas opuestas se hacen tan beligerantes que no pueden existir cívicamente a manera de diversidad parlamentaria?
      La respuesta es en realidad más simple de lo que parece. La estructura económica y cívica en Cuba es tan homogénea que incluso si los cubanos quisieran tener ideas políticas diferentes se verían obligados o a proponer variaciones cosméticas de las ideas existentes o proponer ideas tan opuestas a las lines del partido comunista que no habría manera cívica de mantenerlas coexistiendo sin la inmediata supresión de las doctrinas claves del partido.
      Esto es mucho más que un problema político, es sobre todo un problema cognitivo. Una sociedad puede tener la tendencia natural al unipartidismo o al pluripartidismo en correspondencia con su nivel de secularización.
      La secularización de toda sociedad, sin embargo, está íntimamente conectada con los niveles de diversificación de los conocimientos y las tecnologías los cuales permiten ver las soluciones de diferentes problemas desde diferentes ángulos en correspondencia con la magnitud de la división social y tecnológica del trabajo.
      En otras palabras, los diversos campos de conocimiento que adquieren relativa autonomía empresarial y financiera pueden permitir cuestionar cualquier sistema jerárquico centralizado sin necesariamente alienarse de la sociedad o estar en guerra con ella. El unipartidismo y el pluripartidismo político son consecuencias directas o indirectas del monocromatismo y policromatismo de las ideas y estructuras económicas existente en una sociedad.
      La sociedad cubana es naturalmente unipartidista debido al monocromatismo de su estructura económica, financiera y cognitiva en la que en última instancia todo es decidido centralizadamente por el partido comunista aún aunque el partido comunista como entidad política no tiene ni el conocimiento ni la experiencia para hacerlo.
      La pregunta relevante aquí no es ¿cual seria la inutilidad de dos partidos políticos cuando solo hay diferencias cosméticas entre ideas “opuestas”?, sino ¿por qué es imposible para dos partidos existir en el mismo espacio y por qué sus diferencias fundamentales solo los llevaría a la eliminación violenta del uno por el otro? ¿Por qué no pueden coexistir cívica y pacíficamente?
      Dos ideas diferentes podrían mutilarse entre sí si lo que se reconoce como verdadero en una se reconoce como falso (o se hace falso por coerción) en la otra. En otras palabras, lo que afirma la existencia de una cosa puede basarse en negar la existencia de otra. Otra pregunta, sin embargo, aun requiere respuesta. ¿Puede haber algo que en su verdad esencial este opuesto a otra cosa que en su verdad esencial es lo opuesto de esa cosa y sin embargo se complementan? La respuesta es en realidad más simple de lo que parece. La respuesta es, sí y no, pero no al mismo tiempo.
      Es sí, si todo lo que es verdadero y falso sobre uno y otro se mide en grados de aproximación. No lo es, si todo lo que es verdadero y falso sobre uno y el otro se mide con absoluta certeza. Este es el problema cognitivo fundamental que enfrenta la política cubana: La verdad del mantra comunista se mide por la certeza absoluta y no por los grados de aproximación a la verdad que otras ideas no comunistas puedan tener.
      El problema con las ideas del partido comunista de Cuba es que no acepta la existencia de otras plataformas políticas o cultural que no estén regidas por los principios comunistas incluso si no fuera anti comunista e incluso si no fueran plataforma políticas en lo absoluto. Toda organización no política en Cuba está obligada a funcionar bajo los principios políticos del único partido político existente.
      En Cuba la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), la Union Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAI) y cualquier otra organización no política tiene que regirse obligatoriamente por los principios políticos del partido comunista de Cuba.
      Estos son principios de coerción cívica incluso antes que cualquier organización no política tome ninguna posición política. El acatamiento a los principios políticos es un principio de coerción por defecto y por diseño en Cuba. Aun así uno sigue preguntándose, ¿por qué esta necesidad de hacerlo todo político o someterlo todo a una misma línea de pensamiento esencial?
      Sin duda, no es algo descabellado querer organizar a personas bajo unos mismos principios. Casi toda sociedad humana tiene leyes las cuales todos sus ciudadanos tienen que seguir de lo contrario son penalizado. Lo peculiar de Cuba es que no ser comunista no es un crimen, por el contrario, es un mérito a ganarse. El único problema es que tal mérito es mucho más importante que cualquier otro mérito o calificación profesional que se tenga.
      Esto sin dudas es un problema grave. En realidad la conciencia política, sea comunista o no, no debería ser un mérito tan directamente atado a la vida profesional de las personas al punto de casi determinarlo. Esto a largo plazo causa que las gentes le den más importancia a la política y el carácter moral de las gentes que sus reales habilidades para desempeńar la profesión que tiene. Esto es precisamente lo que ha venido causando el colapso de la sociedad civil cubana. Los cubanos terminan obedeciendo las directrices políticas incluso si las directrices profesionales demandan cosas diferentes.
      Por tanto, plantear el problema de la sociedad cubana como un problema cuya culpabilidad la tienen fundamentalmente los cubanos es no solo exonerar indirectamente al gobierno cubano presente de su responsabilidad con la situación de los cubanos, sino una forma de Juan Orlando Pérez exonerarse de su propia responsabilidad como cubano y intelectual público.
      Sería absurdo negar la simbiosis entre la revolución de Fidel Castro y el pueblo cubano. Tal ha sido esa simbiosis que podría decirse que fue una revolución del pueblo y para el pueblo cubano. Negarle a Fidel Castro las cualidades como líder sería absurdo y negar el increíble apoyo popular que el ha recibido por décadas de socialismo sería absurdo también.
      En Papua Nueva Guinea, la tribu de Korowai todavía practican el canibalismo. Los Aztecas solían hacer rituales de sacrificio humano que eran celebrados y justificados por su sociedad. En India la práctica de matrimonio gestionado por los padres aun es popular y celebrado.
      Con todo lo expresado anteriormente no estoy diciendo que personalmente este de acuerdo con ninguna de esas prácticas, pero en vez de decir que esas sociedades están equivocadas por practicar tales actos barbáricos prefiero decir que si la mayoría de sus participantes lo aceptan y forman parte de su historia y cultura no creo que sea válido de mi parte juzgarlos negativamente.
      De hecho pudiera decir que las posturas de Juan Orlando Pérez me recuerda mucho el personaje principal, Sergio, de la película cubana dirigida por Tomás Gutiérrez Alea, Memorias del subdesarrollo. Sergio era un escritor que representaba a esa clase media aburguesada que la revolución empezó a marginalizar, la cual sintiéndose tanto humillada como autocondescendiente decidió marcharse fuera de Cuba para Miami.
      Sin embargo, los sentimientos de aversión de Sergio por el populacho revolucionario no tenían nada que ver con el socialismo, Fidel aún no había declarado el carácter socialista de la revolución, sino simplemente con un desprecio altanero por la “chusma” popular típica de intelectuales mimados en los buenos gusto de la alta sociedad. Ese fue mi sentimiento leyendo el artículo de Juan Orlando Pérez.

      • Que buen analisis. Coincido 100%. Llevo rato tratando de articular la idea de la «religiosidad» del estado cubano. Plasmada indecorosamente en la nueva constitucion. Me tinca que los cubanos ya estamos listos para atajar este problema. Este articulo es un buen comienzo. Gracias!

    36. Que hay del análisis q se podría hacer, de como se le metió poco a poco, calculadamente el socialismo al pueblo cubano, en unas circunstancias q parecían justas para aquel pueblo cuya mayoría no tenía idea del contrato q estaba firmando?

    37. Nos han hecho creer siempre que los problemas de Cuba son culpa del Norte, de los enemigos… y la verdad es que la única responsabilidad de la realidad cubana recae sobre los cubanos. Somos nosotros los únicos culpables y los últimos responsables de la libertad de Cuba. No obstante no se puede olvidar que durante mucho tiempo el pueblo cubano ha sido formado e informado por una única directiva y por medios exclusivamente «revolucionarios». No se puede olvidar tampoco la maquinaria represiva estatal que ejerce una presión e impone una autocensura que en ningún país de los que menciona el artículo existe.

    38. Y tu no cuentas los presos politicos mas viejos del mundo,ni las DAMAS de Blanco ni los fusilados,ni los ahogados.Cuando un gobierno controla lo que tu comes,te tienen medio domesticado y si le caes pesado al chivato del CDR,te pueden meter preso en el Combinado del Este,sin celebrarte juicio,sin haber causa.Que pais tiene esas leyes?Que no son leyes.Yo lo se ,por mi mismo,nadie me lo conto.El escrito esta muy bueno pero,porque no lo escribiste el La Habana o en Santiago de Cuba.Cuando el Maleconazo yo fui a la calle 8 y me afilie a Alpha 66,para invadir a Cuba.Me mandaban cartas para reuniones que nunca fui,sino habia Invasion
      La historia se escribe con sangre.

    39. Algunos cubanos se quejan del formidable escrito porque les hiere su orgullo y no se acuerdan o no quieren acordarse de la realidad. Todos sin excepción de alguna manera estamos reflejados ahí, incluso los que hoy escribimos con aire acondicionado y los guebos sobre el sofá. Triste realidad que nos tocó vivir consecuencia de la ignorancia, la envidia, el oportunismo, el miedo y otros males que no valen la pena ni mencionar. Lo felicito por tanta habilidad expresando nuestra realidad…..a pesar de lo crudo y triste.

    40. Juan Orlando – Nuestra version cubana de Christopher Hitchens. (Me refiero a la belleza de la prosa con la que escribia sus opiniones incendiarias.)
      Entiendo perfectamente tu estado de animo. Creo que hasta Diaz Canel lo entiende. Sin embargo, por mucho que nos creamos especiales, el caso cubano encaja bastante bien en los modelos stardard de comportamiento de sociedades a lo largo de la historia.
      Los sistemas totalitarios no son derribados por los pueblos heroicos enardecidos. Son abandonados, por edicto, por quienes los dirigen. Cuando el sistema no les da para mas.
      La propsperidad y el desempeno exitoso de los cubanos fuera de Cuba prueba que somos, bueno, como todos los demas pueblos. En alguna parte lei que los hombres, en general, actuan de manera racional, aunque el sistema en que viven sea irracional. La corrupcion, represion, auto-contencion, etc, no son mas que la prueba de ello, bajo un regimen totalitario.
      En cuanto al regueton, yo te propondria que lo vieras como lo que es: la expresion del empoderamiento de los pobres. No te quepa dudas que Diaz Canel no sabe que hacer con el regueton. No lo puede controlar. Y por eso no le gusta.
      Hay mucha gente en Cuba que entiende la situacion, como si leyeran el NY Times o el Wall Street Journal todos los dias. Es incluso muy posible que el lenguage de los conciliabulos del alto mando sea muy diferente del lenguage publico.
      No nos queda de otra que esperar, Juan Orlando.

    41. Tu cansancio me cansa. Espero que tengas claro, Juan Orlando, que lo tuyo no son análisis, sino descargas. Los cubanos no pueden ser los ingleses que tú sueñas que sean. Con Castro o sin él, ese texto tuyo sería casi el mismo. Padeces el mismo desprecio de Mañach, Fernando Ortiz y tantos otros. Afortunadamente, los cubanos no serán jamás ese pueblo europeo que tienes en mente. Al final lo tuyo es hasta racismo, autoxenofobia. Si sientes que Cuba no te dio lo que querías, deja de llorar, ya emigraste, ya puedes ser feliz. Búscate un psicoanalista que resuelva tus problemas de infancia, tu complejo edípico nacional; y no nos contagies de tu mal humor. Ese texto, ojalá lo sepas, habla mucho de ti, y muy poco de los cubanos. Te aconsejo que termines de ejecutar esa ruptura que vienes anunciando, rompe ya, libérate, olvídanos.

    42. Pocos tocan la verdadera esencia del conflicto cubano ya ubicado en el callejón sin salido. F Castro fue el mejor agente de la CIA de todos los tiempos. Einsenhower ordenó la puesta del comunismo en Cuba el 17 del 12 del 58… y Kennedy la reafirmó traicionando a la 2506. Así los cubanos irían -una parte- hacia la Florida a drenarla y hacer lo que es hoy y los otros seríamos utilizados en guerras por el mundo donde USA vendería armas a un bando y URSS a otro. La revolución nació en Miami y es allí donde los cubanos se deben manifestar para pedir a USA que quite a la mafia militar que puso en Cuba. Dentro no hay nada que hacer. Sobre este tema tengo un libro que estoy reparando, dada la cantidad de datos recibidos tras su publicación. Los cubanos se enfrentan durante 61 años a un enemigo oculto y si no lo ven nada podrán hacer. Ya nos mataron los sentimientos de nación que impidió a USA (tras varios intentos de comprar a Cuba) colonizarla en el 1898. Si alguien me quiere contactar: [email protected]

    43. Tengo otra opinion, solo le recomiendo ver el filme La vida de los otros o leer Rebelion en la granja o mejor 1984 y vera como se estructura un Sistema basado en el miedo y la desconfianza , es asi como poco a poco el pueblo se convierte en No personas.

    44. Que viaje más por América Latina . Para que vea que tendríamos que vaciar el continente. O no sería mejor para toda América , vaciar los EEUU?.

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