Nueva York nunca será mi ciudad. Sin embargo, nunca he sido extranjero en ella, siéndolo de manera radical.
Hay en Manhattan algo muy habanero que me consuela. Y me da pánico.
Como en mi metrópolis natal, aquí hago fotos sin gente. La gente sobra en mis fotografías. No me gusta apuntar a las personas con la cámara (en Cuba) ni con el teléfono (en Estados Unidos). No me gusta narrarlas con sus propias imágenes, cuando en mi espíritu estalla el fuego del lenguaje articulado, ese milagro.
Es decir, no soy un fotógrafo.
Uso las imágenes como quien arrastra una manta tibia de cementerio en cementerio. Me repito, por supuesto, porque esa repetición es una búsqueda desesperada del hogar que no llegará antes del frío último, al que no me podrás acompañar ni con el recuerdo.
Tengo, en Manhattan, eso sí, un Audi y un amor.
Nadie debería preguntarse entonces qué ha sido de mí en los últimos años, desde que me fui de la isla con las aves más súbitas que huyen del exceso del sol hacia la niebla amiga.
Noche, detente, eres tan humana.
No tengo falta de fe. Ni pena, ni llanto que marquen mi sien. Escribo como un animal. Es decir, como los ángeles. Por el momento, sin apuro y sin miedo. Al menos, mientras no me maten la risa. Ya me la mataron, pero esto nunca se lo confesaré a nadie.
He sido feliz, muy feliz. He sido valiente, muy valiente. He sido libre, muy libre. He sido hermoso, muy hermoso. Habito en los tiempos compuestos. Con el tiempo y la distancia, la patria termina siendo un participio.
Vivir me alegra. Estar triste me alegra. No dejo un minuto de pensar en ti.
Hola, no conocía vuestra revista ni las fotografías de Orlando Luis sobre New York. Ahora las miro y recuerdo sus sorprendentes fotografías de La Habana, esa ciudad entre ruinas que perdió su magia bajo la palabrería hueca del Castrato.
Gracias,
Miguel Ituria.
Belleza hace fotografías de bellezas, a una ciudad que hace vivir aunque haya alguna que otra muerte bajo su manto. Si que sabes meterte adentro de las imágenes y llevas las tuyas propias en tus bolsillos. La Habana te ama y New York también. Poeta y pintor eres.
Belleza hace fotografías de bellezas, a una ciudad que hace vivir aunque haya alguna que otra muerte bajoBelleza su manto. Si que sabes meterte adentro de las imágenes y llevas las tuyas propias en tus bolsillos. La Habana te ama y New York también. Poeta y pintor eres.
Siempre conmovedor!
Tenemos dos patrias: la cámara y el smartphone.
Me gusta como revuelves las palabras y las ideas. Cuba piensa, luego existe todavía.
Os amo.