Las fotografías de David López muestran el antiguo estupor del hombre asomado al fuego: ese estado del alma primitiva hecho de arrobamiento y pavor ilimitado frente a una potencia inabordable. El elemento se podía domesticar, pero no vencer; se podía incluso apagar, pero solo a condición de perder el calor y la lumbre.

El fuego es, por definición, aquello que no podemos tocar.

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

De modo que alguna gente fue hasta el malecón —en el sector opuesto de la bahía— para sentarse, a una distancia prudencial, rodeando la gran hoguera. 

A su manera, el fotógrafo hace lo mismo. Encandilado, fotografía su propio miedo.

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

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Los informes oficiales sostienen que un rayo, durante una tormenta eléctrica, comenzó hace cinco días, en la base de Supertanqueros de Matanzas, el peor incendio de la historia de Cuba. 

Hasta la fecha, cuatro de ocho tanques con capacidad para almacenar hasta 50 mil metros cúbicos de petróleo han sido alcanzados por las llamas, sin que el cuerpo de bomberos y la fuerza aérea cubanos, y decenas de especialistas velozmente llegados de México y de Venezuela, hayan conseguido evitar los derrames, reducir suficientemente la temperatura de los depósitos vecinos, y así cortar el encadenamiento fatal de la candela.

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

Los matanceros han visto y han escuchado estallar los tanques de crudo. (La primera explosión fue quizá como la que una mañana hace tres meses sintieron los habaneros en dirección al Saratoga. Pero quién sabe…).

Una columna de humo se eleva y se hincha y se hace grumos y gira en una espiral lenta e incomprensible y se va alargando torpemente desde el viernes 5 de agosto. Y se ha convertido en una nube oscura que gravita incluso sobre La Habana y buena parte del Occidente de Cuba.

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

No parece que el fuego vaya a cesar de inmediato, mientras haya combustible para alimentarlo. 

Las siempre belicosas autoridades cubanas han informado a la opinión pública que están en marcha estrategias defensivas (o sea, de contención, para evitar el comprometimiento de otros depósitos; para sofocar las llamas en la vegetación colindante; etc.) y ofensivas (cuyos focos serían, por supuesto, los tanques abrasados). Pero ni el agua de mar arrojada por los helicópteros ni los ataques con espuma retardante han surtido hasta ahora un efecto masivo, definitivo.

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

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Muchos vecinos de la Base de Supertanqueros de Matanzas se marcharon tan pronto como comprendieron la magnitud del siniestro. La amenaza terrible. 

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

Las cifras que reportan medios locales son las siguientes: 904 personas evacuadas y tres mil 840 autoevacuadas en casas de familiares y amigos. 

Hasta el cierre de este martes se cuentan 128 personas lesionadas (20 aún hospitalizadas: cinco reportadas en estado crítico, dos graves y 13 de cuidados) a causa de la gran deflagración.

Solo se ha confirmado la muerte del bombero Juan Carlos Santana Garrido, de 60 años, natural de Cienfuegos. En tanto, 14 hombres se consideran oficialmente «desaparecidos» tras haber enfrentado las llamas en los primeros momentos del desastre. 

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

Es el magro combustible de una tragedia enorme.

Según testimonios de familiares y conocidos en redes sociales, citados luego por medios de prensa independientes, entre estos últimos se cuentan varios jóvenes que cumplían como bomberos el periodo obligatorio de servicio militar.

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

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La dimensión del impacto ambiental resulta por el momento incalculable. El empeoramiento en la calidad del aire y las probables lluvias ácidas, con alto contenido de polución, son los primeros riesgos acerca de los cuales han advertido las autoridades sanitarias.   

Estas flores nos cuentan el último rocío. Las noches claras, inflamadas, y los días absurdamente turbios en los campos que rodean la ciudad de Matanzas.

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

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Si nos fijamos, el chorro de humo también parece delatar un tren que no sale en estas fotografías. ¿De qué hablan las señales de humo? ¿Es la presencia o es la ausencia del tren lo que vemos?

Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López
Gran incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba / Foto: David López

Estamos en la pequeñísima localidad de Mena. La enorme bocanada negra viene a contramarcha desde el otro lado de unas colinas de plomo.

Diríamos que ese tren se ha marchado definitivamente hacia alguna parte que no puede ser, de ninguna manera, el paraíso…

(Publicamos estas fotografías, hasta ahora inéditas, con autorización de David López Cruz).