Damir Ortiz Ramírez permanece sentado en una escalinata afuera del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), ubicado en plena Rampa habanera. En un momento su madre le pide que se ponga de pie y se quite el casco. Damir obedece. El casco tiene la función de proteger un tumor que comienza en su ojo derecho y que ha empezado a extenderse por el cráneo, provocando un hueco en la parte baja de su cabeza.
«Desde los cuatro meses de nacido tiene un tumor en el ojo derecho. Nunca lo han podido, ni lo han sabido operar», dice Eliannis Ramírez durante una transmisión en vivo ante la cámara del celular de la activista Diasniurka Salcedo Verdecia, poco antes de ser detenida.
Hace seis años, autoridades médicas cubanas prometieron a Ramírez que buscarían una solución para operar a Damir del neurofibroma plexiforme en su ojo derecho. El niño, quien vive en Bayamo, pero recibe tratamiento en el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez de La Habana, tiene además un glaucoma congénito en ese mismo ojo y neurofibromatosis tipo 1. Ramírez sabe que la isla no solo no cuenta con insumos médicos para tratar a su hijo, sino que apenas hay profesionales de la salud que puedan hacerlo. La solución está en otra parte.
«Lo único que pido es una visa humanitaria; quiero sacar a Damir de Cuba. En Cuba no hay solución para Damir», dijo la madre, emplazada ante el MINSAP.
Este viernes 24 de noviembre un grupo de madres junto a la activista Dasniurka Salcedo se dieron cita a las afueras del MINSAP para exigir atención médica necesaria para sus hijos y muchos otros que en el país se encuentran en situación de salud vulnerable.
«Venimos a reclamar una mejor calidad de vida», dice Salcedo durante la transmisión en vivo de Facebook. «Exigimos que nos atiendan».
Luego de que las autoridades detectaran la presencia de las madres en el lugar, un funcionario del MINSAP identificado como «el doctor Fernando» las invitó a entrar al Ministerio.
«La única respuesta que les dieron es la que les dan siempre», asegura a El Estornudo la activista Havana de la Torre, quien en una acción coordinada con las madres a las afueras del MINSAP presentó en las oficinas del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Madrid una denuncia que documenta más de mil casos de niños cubanos en situación vulnerable no solamente médica, sino que carecen de una adecuada alimentación, vivienda y otras necesidades básicas.
Según De la Torre, las autoridades ministeriales cubanas recibieron todos los expedientes médicos que las madres llevaron consigo. «Recogieron los expedientes de sus niños. Les fueron diciendo que se fueran poco a poco. No van a solucionar nada; es más de lo mismo».
No obstante, la activista considera que era necesario visibilizar la situación en que permanecen estos niños en Cuba, como parte de una campaña, que desarrollan desde septiembre último, para exigirle a UNICEF que interceda por la salud de los menores cubanos.
«Lo que exigimos es una vida digna para estos niños, con medicamentos, con los alimentos que llevan cada una de las enfermedades», dice. «Muchos de estos niños están condenados a muerte solamente por vivir en Cuba, porque en otro país del mundo con esos padecimientos pudieran tener una mejor calidad de vida».
Mientras las madres protestaban este viernes frente al MINSAP, otro grupo de madres que se dirigían al lugar fueron detenidas en la esquina de 23 y M, en El Vedado. Asimismo, en un momento no se supo cuál era el paradero de Salcedo y su esposo.
«No se sabe absolutamente nada de Diasniurka», dijo De la Torre este viernes. «Primero habían dicho que la habían llevado a un hospital, pero ya se ha ido a dos hospitales cerca y en ninguno de los dos está. Estamos verdaderamente preocupados».
Unas horas después, desde su perfil de Facebook, Salcedo confirmó que ya estaba camino a casa. «No tengo mucho que decir, solo que vivimos en dictadura», escribió. Luego una oficial de la policía llegó a su casa con una citación; ella se negó a firmar y presentarse en la estación policial.
Estos hechos tuvieron lugar durante el segundo día de visita en La Habana de Eamon Gilmore, representante especial de la Unión Europea para los Derechos Humanos, quien copresidió el IV Diálogo sobre Derechos Humanos, tal como fue establecido hace seis años en el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba. Entre los reclamos que los activistas cubanos hacen al funcionario irlandés, estarían visitar las cárceles cubanas, reunirse con los familiares de presos políticos, y visitar los hospitales para que conozca la crítica situación sanitaria en el país. Luego Gilmore confirmó en una conferencia de prensa que se había reunido con familiares de presos políticos, pero no ofreció detalles al respecto.
El país vive desde hace varios años una crisis sanitaria que ha sido denunciada por pacientes y médicos, y que fue agravada tras la pandemia de coronavirus. A la escasez de medicamentos e insumos médicos, se suma la falta de personal médico. Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), 12 mil médicos salieron el pasado año del sistema de salud público cubano. Por su parte, el gobierno cubano sostiene que el embargo económico de Estados Unidos a la isla es la causa principal de esta situación. Según un informe del MINSAP, al país «se le niega el derecho de adquirir tecnologías, materias primas, reactivos, medios diagnóstico, medicamentos, dispositivos, equipos y piezas de repuesto necesarios para el mejor funcionamiento de su Sistema Nacional de Salud».
Aunque no hay una cifra exacta de la cantidad de niños que están siendo desatendidos por el sistema de salud cubano, lo cierto es que cada día se suman más familiares a denunciar la situación de sus pequeños en redes sociales. El pasado 19 de septiembre De la Torre presentó ante UNICEF los casos de cinco niños con trastornos como acondroplasia (trastorno del crecimiento de los huesos), glaucomas, parálisis cerebral infantil o atresia esofágica, entre otros.
No obstante, UNICEF sigue evitando pronunciarse sobre esta situación. A inicios de octubre, Garry Conille, director regional de la entidad, visitó La Habana y se sentó a hablar con el presidente Miguel Díaz-Canel, quien dijo al funcionario que «para Cuba es una prioridad el bienestar de nuestros niñas, niños y adolescentes». Conille, por su parte, aseguró el compromiso del organismo internacional de «ayudar a cerrar las brechas para satisfacer las necesidades de los niños, adolescentes y familias más vulnerables».
