«Bienvenidos a la patria», otro experimento del régimen 

    El Gobierno cubano anunció el 16 de mayo pasado un grupo de medidas en el orden migratorio. La mayoría de los cambios estaban relacionados con el pasaporte de los ciudadanos de la Isla. Ampliaron el periodo de validez de este documento, redujeron su costo y eliminaron el requisito de prórroga.

    Ernesto Soberón, director de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), vendió los cambios como una «ratificación del camino emprendido con el Diálogo de 1978 —primer acercamiento del régimen con la diáspora que había creado—, bajo la guía de Fidel y la voluntad de nuestro Gobierno de continuar fortaleciendo los vínculos con nuestros nacionales en el exterior».

    Para Soberón no representa un problema recordar la puesta en escena organizada por Fidel Castro en noviembre de 1978. Una representación condicionada de la comunidad cubana en EEUU llegó a La Habana después de casi 20 años sin que ningún cubano exiliado pudiera regresar. El régimen los hospedó en hoteles caros y controló estrictamente hasta lo llevado por los visitantes (como tal fueron tratados) a sus familiares en la Isla.

    En ese diálogo, que derivó en la liberación de un grupo de presos políticos, Fidel Castro dijo: «Durante estos años hemos puesto en libertad a más de 12 mil presos. Estos fueron los que van quedando, pero claro, nunca hemos hecho una liberación masiva, sino así, progresiva. Yo creo que realmente se crearon las condiciones para esto. Esto no se pudo hacer antes, ¡ni pensarlo!, porque había una situación de hostilidad de Estados Unidos muy grande en la época en que la CIA y el gobierno de Estados Unidos preparaban el asesinato de los dirigentes de la revolución, los sabotajes, la contrarrevolución, los desembarcos de armas, que sostenían una guerra activa contra la Revolución Cubana. Por lo tanto, hay circunstancias nuevas. Esas circunstancias nuevas permiten la posibilidad de hacer una política de este tipo, antes no se habría podido hacer. Yo creo que ahora se está haciendo lo que puede hacerse y lo que debe hacerse en circunstancias en que es posible hacerse».

    ¿Qué acciones de un Gobierno extranjero pueden culparse ahora de que haya más de mil presos políticos en las cárceles cubanas, o de que el pasaporte de la isla sea uno de los más caros de la región? ¿Por qué ahora quienes se fueron antes de 1971 tienen que utilizar su pasaporte para entrar a Cuba? ¿Estos últimos tendrán plenos derechos como ciudadanos de la Isla después de que el propio Castro los llamara traidores?

    Soberón dijo en el programa radiotelevisivo Mesa Redonda que «estos cambios se estaban estudiando» y «responden a aspiraciones planteadas por los nacionales en el exterior».

    Los pasaportes emitidos desde el 1 de julio pasado tienen una validez de diez años (en vez de seis) para los ciudadanos cubanos de 16 o más años de edad. Quienes tengan menos de 16 años tendrán un pasaporte con cinco años de validez. Los pasaportes emitidos antes del 1 de julio no podrán acogerse a esos rangos de durabilidad. 

    Otra novedad es la suspensión de las prórrogas. Antes, los seis años de validez que tenían estos documentos se dividían en tres periodos de dos años cada uno. Un cubano debía prorrogar la validez de su libro de viajes cada dos años.

    El pago correspondiente a la obtención de un pasaporte ahora quedó fijado en 180 dólares o euros para mayores de 16 años, y en 140 dólares o euros para los menores de 16 años. 

    Según la web CubaTrámite, antes de estos cambios el costo de obtener el pasaporte cubano en EEUU ascendía a 350 dólares, en Canadá costaba 230 dólares y en México 257 dólares. Eso convertía al pasaporte cubano en uno de los más caros de la región. A pesar de la rebaja en el costo, esa realidad aún no ha cambiado. Un pasaporte jamaicano, por ejemplo, puede solicitarse por primera vez en la embajada de ese país en Cuba por un costo de 90 euros.

    Haití tiene un precio más barato para su pasaporte. Según la web de la embajada de ese país en Chile, un adulto debe pagar 145 dólares para solicitar su libro de viaje. Los menores de edad pueden obtenerlo por 120 dólares.

    Pero lo peor de este pasaporte no es su precio, sino lo inoperante que resulta. De acuerdo con el índice anual que da a conocer la consultora Henley & Partners, especializada en inmigración e inversiones y con sede en Londres, el documento de viaje de Cuba ocupa el puesto 80 entre los 199 países del mundo analizados para ese ranking en 2023. Igualado con el de Ghana y Marruecos, el pasaporte cubano apenas permite al acceso sin visado a 65 países. En Latinoamérica, solo Haití tiene un libro de viajes que permite viajar a menos países.

    ¿Por qué ahora se les exige a los cubanos emigrados antes de 1971 su pasaporte? Ante tal pregunta, Soberón dijo en Mesa Redonda: «Esto responde al reconocimiento en la Constitución del principio de reconocimiento a la ciudadanía efectiva».

    Según el Artículo 44 de la constitución cubana, «el Estado crea las condiciones para garantizar la igualdad de sus ciudadanos… El Estado hace efectivo este derecho con la implementación de políticas públicas y leyes…»

    O sea, el Gobierno cubano antes no reconocía a esos cubanos, los emigrados antes de 1971, como ciudadanos de la Isla. Con la nueva política, el régimen pretende congraciarse con ellos, o al menos llamar su atención, y al mismo tiempo los obliga a pagar el pasaporte cubano si quieren viajar a su país natal.

    Hasta ahora, según Soberón, «estos ciudadanos podían visitar Cuba y entrar con su pasaporte extranjero, pero tenían que solicitar un permiso de entrada en un consulado cubano». Por decisión del régimen, todos los cubanos deben presentar el pasaporte de la isla para entrar a ella (aunque tengan otra nacionalidad y, por ende, otro pasaporte).

    «Esto eliminará una medida que pudiera ser considerada en cierto modo discriminación», reconoció Soberón, «porque era un nacional que debía pedir permiso de entrada para su país de origen».

    Otra medida adoptada es que se equipara el tiempo de estancia en la Isla de los cubanos residentes en el exterior y sus familiares extranjeros (cónyuges e hijos). Los cubanos residentes permanentes en el exterior pueden quedarse en la Isla hasta un año, sin embargo, sus familiares que no son ciudadanos cubanos solo podían permanecer seis meses. Ahora, esos familiares que no son ciudadanos cubanos pueden permanecer un año también.

    Sin embargo, los pasaportes emitidos antes del 1 de julio de 2023 no pueden acogerse a los cambios anunciados. «No es posible aplicar esta medida de manera retroactiva, por lo que se ha tenido un enfoque práctico y realista. Los pasaportes con vigencia de seis años y los que se han emitido desde el 1 de julio coexistirán en el tiempo, hasta el primer semestre del 2029», aclaró Soberón.

    En cuanto al costo de los libros de viaje emitidos dentro de la Isla, el coronel Mario Méndez Mayedo, jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería (DIIE) del Ministerio del Interior (MININT), dijo en la Mesa Redonda: «Los pasaportes emitidos en Cuba, que se hacen en las oficinas de trámites, no varían en su precio, que continuará siendo de 2.500 pesos cubanos. No variarán el costo ni la moneda para efectuar el pago».

    Méndez precisó que tampoco se han modificado los requerimientos necesarios para obtener el pasaporte de los menores de edad: «Los requisitos en pasaportes para menores de edad no han cambiado. Entre ellos, los documentos notariales de respaldo de ambos padres para viajar al exterior se mantienen, así como la Instrucción 79 del Tribunal Supremo para cuando uno o ambos padres no estén».  

    Según el citado coronel, establecer la edad de 16 años como margen para estos trámites está basado en las regulaciones de la Organización de la Aviación Civil Internacional. «Hasta los 16 años, se considera que el rostro es dinámicamente muy variable y, por tanto, hay que reducir el tiempo de emisión del pasaporte, cambia la fisionomía», dijo Méndez.

    El impacto de estas medidas también fue valorado por Méndez: «Hay que tener en cuenta que el cambio más fuerte es en el exterior, en el precio del pasaporte. El comportamiento de las oficinas (dentro de Cuba) será diferente al de los consulados. Hay una situación normal. Incluso, con tendencia a menos presencia de personas».

    A propósito de los cambios introducidos, Méndez dijo que están haciendo un «experimento» en los aeropuertos cubanos: «Estamos comunicando a las personas cuando llegan a la frontera, haciendo un experimento hace un tiempo atrás: se les dice a todos los cubanos ‘Bienvenidos a la patria’, porque es un concepto esa frase».

    Vale recordar que esta «bienvenida» no incluye a activistas u opositores que han sido impedidos por el régimen de entrar a la isla históricamente. Los casos de Anamely Ramos, Omara Ruiz Urquiola y el director de esta revista, Carlos Manuel Álvarez, han expuesto los métodos represivos del régimen cubano hasta fuera de sus fronteras.

    Con estos cambios el Gobierno cubano quiere llamar la atención de sus connacionales en el exterior. Que estos viajen masivamente a la isla podría contribuir a la meta de afluencia turística que el régimen se planteó para este año. Los cambios aplicados quizás buscan revertir la tendencia que mantuvo vacías a siete de cada diez habitaciones hoteleras en Cuba durante los primeros seis meses de este año.

    Al cierre de su comparecencia en Mesa Redonda, Soberón dijo que «a partir de estas medidas, se espera una mayor afluencia de ciudadanos cubanos a nuestros consulados». Hasta julio pasado, la comunidad cubana en el exterior aportó 210 mil 19 viajeros internacionales a las estadísticas de afluencia de turistas a Cuba.

    El negocio será redondo si hasta la emisión de pasaportes aumenta. «Se reducirán los trámites de prórroga, pero debe tener un impacto en materia de solicitudes de pasaporte», vaticinó Soberón. Los intereses que representa este funcionario no persiguen un acercamiento verdadero hacia el exilio cubano. El régimen solo busca más dólares, su «bienvenida» es caramelo envenenado.

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    1 COMENTARIO

    1. Que verguenza¡¡ Los comunistas, dueños del país, nos dan una limosna….. puede quedarse toda la familia 1 año, mira lo bueno que somos¡¡¡¡¡
      Que verguenza¡¡ No tiene límites esta gentuza

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