Siempre he sido una entusiasta de la estética pin-up. Empieza la primera cuarentena y me quedo sin nada que hacer… Una amiga me convence de que empiece a usar Instagram y enseguida me hago una usuaria compulsiva. Cómo no serlo si es una inyección de adrenalina directa al ego.
Al principio eran fotos típicas inspiradas en Elvgren y sus chicas, pero quería que no fuera algo tan serio. ¿Cómo dejar ver las cosas que me interesan estéticamente? Empecé a coger toda la ropa reciclada que tengo guardada y a inventar el personaje de unicorn_bitchm. Suerte que tengo un jevito que sabe hacer fotos con buen gusto, usar Photoshop, y que tenemos un montón de referencias en común.

Me acuerdo que el primer montaje lo ponía incómodo: «No, tuta», me decía, «eso de intervenir así tal cual películas no me gusta». Era yo en el cartel de Faster, Pussycat! Kill! Kill! Al final, la foto quedó genial. Él se rindió y dejó de intentar poner su visión. Yo me volví adicta a buscar más y más ideas.

Oye, ¿y si hago una con Moonrise Kingdom? ¿Y de Maila Nurmi?

Y, a cambio de fregar yo los platos, al menos dos semanales hay que hacer. Siempre es divertido; todo el kitsch, el pop y los Universal Monsters a mi disposición. Hasta R. le ha cogido el gusto a hacerlas.
Mi máquina de coser, cosas recicladas, ayuda de mis amigos, y un amor por el noir, las femmes fatales y las novelas pulp.

Sin R., la verdad, quizá no habría encontrado las ganas de divertirme así con esto. Pero él se sienta con toda la paciencia del mundo a hacer realidad cada capricho: «Ponme en esta con Mastroianni… y en esta con Jesús Resucitado».

Todo el proceso es divertido, desde hacerme un par de guantes hasta buscar ropa, accesorios y crearme un vestuario para el personaje en cuestión. Trabajo ahora en el Bar Melodrama, lo cual me da menos chance de sentarme a coser o a hacer fotos, así que preparo cuatro o cinco ideas y tratamos de sacar lo más posible en cada sesión, con un pedazo de tela azul como recortador y un par de lámparas de hospital.
R. trata de enseñarme a hacer los montajes, pero él es bueno en el Photoshop y yo cocino mejor, así que le cambio una foto por cocinar, y así vamos. Además, soy «una modelo» muy pesada: «Mira, chico, la quiero exactamente así». Es difícil encontrar a alguien que te saque como lo tienes en tu cabeza.

Me gusta hacerlas, me entretiene imaginarlas, buscar luego imágenes con calidad… Maquillarme, peinarme y arreglar un vestuario acorde; hacer la foto antes de que me aburra y diga: «¡Ya! Quedó», a lo Ed Wood Jr. Después sentarme a escoger la imagen en que me quedaron menos ojeras, y torturar a R. hasta que creo que está lista. Ya, la verdad, después que la publico se queda ahí, y a la próxima. Mientras menos en serio me tome a mí misma, pues mejor.
R. quiere hacer hincapié en que él hace las fotos que yo le pido; no interviene, más allá de ser la herramienta… La mayoría de las veces tengo que insistir mucho para que se ponga pa eso… 😂
Mónica Ge Bravo. Aim a Barbie Bitch.
(Fotos y texto por Mónica Ge Bravo, aka unicorn_bitchm).