New York in November

    Por estos días resisten en Nueva York las últimas señas del otoño. Ciertas escenas de las calles de Manhattan y Brooklyn, recortadas contra el cielo gris de la tarde, recuerdan los versos de Raúl Hernández Novás: «el árbol estira una mano esquelética/ en medio de un aire detenido». La caída incesante de amarillas hojas húmedas acolchona las aceras, suelo vegetal, y el sol frío de noviembre produce una inquietante combinación de luz y recogimiento. Aún más en medio de una plaga que en la primavera última convirtió la ciudad en cuartel general de la muerte, por lo que los transeúntes y los pasajeros del subway se mueven todavía con extraña precaución.

    Llegaron entonces las elecciones en Estados Unidos, y como parte de su espíritu recuperado, del reencuentro gradual que a lo largo de este año Nueva York ha pactado consigo misma, la gente salió a la calle a celebrar, a manifestarse, y a reconocer en el estallido de los cuerpos propios y ajenos la derrota de Donad Trump. Derrota que, sin embargo, Trump todavía no ha reconocido y que, en cualquier caso, parecen decir los neoyorkinos, no hace más que alargar el estado de exaltación y de eléctrica gestualidad en uno de los feudos demócratas del país.

    Arien Chang. Desajuste de noviembre en Nueva York.
    Arien Chang. Desajuste de noviembre en Nueva York.

    Trump se tiene que ir, y los jóvenes que juegan a la revolución se incineran sin mucho coste en las llamas de la incomodidad y la euforia en predios de Union Square. Adolescentes de Prospect Park entonan en círculos apretados canciones pop de los noventa, y personajes excéntricos y fisgones se dan cita entre los carteles rutilantes de Times Square, emblemas del capitalismo global. Emigrantes, ancianas y afroamericanos cantan alrededor de un auto descapotable el rap FDTFuck Donald Trump»), tema devenido himno de YG & Nipsey Hussle.

    Arien Chang. Desajuste de noviembre en Nueva York.
    Arien Chang. Desajuste de noviembre en Nueva York.

    Arien Chang, destacado fotógrafo cubano que en los últimos meses ha desandado la ciudad de arriba abajo y vivido en los sitios más impensados —la magnificente Nueva York está llena de recovecos, las distintas clases se mezclan sin solución de continuidad—, ha retratado con la sensibilidad del ojo periférico el desajuste de este noviembre. Esto es: lo que ocurre en la elección, pero también lo que ocurre fuera de ella y a pesar de ella, desde las descargas con saxo del DJ nigeriano Eli Fola y el hombre desnudo en la fuente del Washington Square Park hasta la chica que lee el periódico en el metro y el colega medio dormido encima del semáforo de Broadway y la 44 St.

    Arien Chang. Desajuste de noviembre en Nueva York.
    Arien Chang. Desajuste de noviembre en Nueva York.

    A todas estas, hay dos cisnes apacibles, orondos, en la orilla del East River, y tal parece que siempre han estado ahí, quizá como la representación de que algo no se mueve. Lo que me lleva al estribillo de «Mr. November», el delicioso tema de The National: «I’m the new blue blood, I’m the great white hope./ I’m the new blue blood./ I won’t fuck us over, I’m Mr. November. I’m Mr. November, I won’t fuck us over».

    • Arien Chang. Desajuste de noviembre en Nueva York.
      Arien Chang. Desajuste de noviembre en Nueva York.

    (Fotografías autorizadas por Arien Chang).

    Una versión de este artículo fue publicada en la revista Vice.

    spot_img

    Newsletter

    Recibe en tu correo nuestro boletín quincenal.

    Te puede interesar

    Maykel Osorbo: «A mí tienen que asesinarme de frente»

    El pasado jueves 18 de abril, el rapero Maykel Osorbo, preso político en la cárcel de máxima seguridad de Kilo 5 y Medio, Pinar del Río, y condenado a nueve años de privación de libertad, casi pierde de una mordida la hélice de la oreja izquierda luego de que cuatro reos comunes lo agredieran en complicidad con las autoridades de la penitenciaría y la Seguridad del Estado cubano.

    Similares / Diferentes

    Similares, diferentes… Gemelos como incógnita y confirmación de la...

    «Un país se construye desde sus comunidades»

    Cuando los activistas cubanos Marthadela Tamayo y Osvaldo Navarro hablan, usan palabras como «ciudadanía», «articulación», «comunidad», «barrio» o «sociedad civil». Cualquiera diría que son términos válidos solo para las sociedades en democracia, y no para un país cerrado, donde parece que todo el mundo se marchó.

    No hay frenos para la inflación en Cuba

    La inflación oficial en Cuba se aceleró durante marzo...

    Pedro Albert Sánchez, el profe, el predicador, el prisionero

    Pedro Albert Sánchez es abiertamente «cristiano». Algo de mártir tiene. Y también de profeta. Cada una de sus acciones, consideradas «exitosas» solo en un plano simbólico, tributa al orgullo de haberse mantenido fiel a sus ideas. El profe condensa en sí mismo todo el imaginario cristiano. El sacrificio es su satisfacción.

    Apoya nuestro trabajo

    El Estornudo es una revista digital independiente realizada desde Cuba y desde fuera de Cuba. Y es, además, una asociación civil no lucrativa cuyo fin es narrar y pensar —desde los más altos estándares profesionales y una completa independencia intelectual— la realidad de la isla y el hemisferio. Nuestro staff está empeñado en entregar cada día las mejores piezas textuales, fotográficas y audiovisuales, y en establecer un diálogo amplio y complejo con el acontecer. El acceso a todos nuestros contenidos es abierto y gratuito. Agradecemos cualquier forma de apoyo desinteresado a nuestro crecimiento presente y futuro.
    Puedes contribuir a la revista aquí.
    Si tienes críticas y/o sugerencias, escríbenos al correo: [email protected]

    Carlos Manuel Álvarez
    Carlos Manuel Álvarez
    Bebedor de absenta. Grafitero del Word. Nada encuentra más exquisito que los manjares de la carestía: los caramelos de la bodega, los espaguetis recalentados, la pizza de cinco pesos. Leyó un Hamlet apócrifo más impactante que el original de Shakeaspeare, con frases como esta, que repite como un mantra: «la hora de la sangre ha de llegar, o yo no valgo nada». Cree solo en dos cosas: la audacia de los primeros bates y la soledad del center field.
    spot_imgspot_img

    Artículos relacionados

    Similares / Diferentes

    Similares, diferentes… Gemelos como incógnita y confirmación de la...

    Cerdos

    Ruber Osoria investiga el alarido sobre el que se...

    Selfies / Autorretratos

    Utilizo el IPhone con temporizador y los filtros disponibles. Mi...

    Güines, entre la esencia y el descenso

    Doscientos años después, Güines resulta un pueblito venido a menos, sin cañas ni azúcar, poco a poco olvidado y abandonado, tanto por los jóvenes que emigran como por la administración y el relato nacional. Un lugar que vive de sus antiguas glorias, cada vez más lejanas.  

    1 COMENTARIO

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí