Bajo la luz del ocaso el fotógrafo cubano Ruber Osoria retrata a estos ancianos chilenos, escorados en un rincón, o bien aún altivos, procurándose el pan diario en las calles del sur.
«¿Cómo iremos a terminar?», se preguntaba ya el fotógrafo antes de salir de Contramaestre, en el suroriente de Cuba, es decir, antes incluso de hacerse con una cámara para empezar a cumplir su destino de artista.

A la vuelta de los años sigue preguntándose, mientras juega con la idea de regresar a la isla e instalarse en el campo: «¿Qué hacemos con los adultos mayores, que nos criaron y nos dieron la vida?».


La abuela murió en la distancia, y Ruber Osoria salió entonces a la calle: «Este tiempo por acá por Chile es un tiempo de autoeducación», dice. «Esta serie [como otras en las que ha trabajado en los últimos años] es un aprendizaje, una práctica de lo que quiero hacer en Cuba […] cuando regrese al Oriente».

Sostiene que el abandono de los ancianos es vergonzoso en Chile: «Y en Cuba es peor», dice. «Si como sociedad no somos capaces de crear un algoritmo mediante el que se velen desde los derechos del niño hasta los derechos de los adultos mayores, no estamos haciendo nada, no hemos avanzado…».


La fotografía para Ruber Osoria no promete jamás un camino de evasión. Por el contrario, funciona como un sextante que emplea la luz solar para ubicar las exactas coordenadas sociales y políticas.

«En esta serie trato de criticar al sistema neoliberal: cómo ha abandonado a los adultos mayores en un contexto de pandemia […], donde tienen que salir a la calle, día a día, a buscar el sustento», explica. «Y no solo hablar del olvido del Estado, sino del olvido de la familia».






«Yo creo que un fotógrafo tiene que ser consciente de su tiempo, de lo que está viviendo», dice: «no somos turistas, tenemos que ver siempre con ojos críticos, y criticar, ser una daga…».

Confiesa que hay aquí una clara intención de aportarle «un rumbo», «un peso» otro a la fotografía de calle. No se trata solo de atrapar la escena o el momento exactos mientras se deambula como un flâneur, sino de salir a «buscar» un motivo, una discursividad premeditados. Con total alevosía.






«La fotografía cubana carece de peso crítico, al menos la que yo he conocido, la que se hace en los medios tradicionales», opina finalmente Ruber Osoria. «La independiente tiene un poco más de fuerza, pero todavía no tiene ese pensamiento crítico».

(Fotografías autorizadas por Ruber Osoria).
Magnífica documentación de un mal que me parece es generalizado en el mundo occidental, el abandono de los mayores. Bravo Ruber. Saludos.