‘Severo secreto’: el regreso imposible de Severo Sarduy

    Para Oneyda y Gustavo

    El travesti no copia: simula, pues no hay norma que invite y magnetice la transformación, 

    que decida la metáfora: es más bien la inexistencia del ser mimado lo que constituye el espacio, 

    la región o el soporte de esa simulación, de esa impostura concertada: 

    aparecer que regula una pulsación goyesca: entre la vida y la muerte.

    Severo Sarduy, La simulación

    1. Estructura construida a partir de una pregunta que se repite incansable: ¿Por qué Severo Sarduy nunca regresó a Cuba? 

    2. Severo secreto: Una biografía coral sobre Severo Sarduypublicado este año por Rialta Ediciones, es un álbum de fotos de la cultura cubana. Como todo álbum, invita al fisgoneo y al robo con fuerza. La fuerza radica en elegir la foto.

    3. La mayoría de las entrevistas fueron realizadas en momentos únicos, lo que a veces quiere decir ni un minuto antes ni uno después.

    4. Con este mamotreto de 500 páginas, Oneyda González realiza, a la manera de Severo Sarduy, un libro espiritual.

    5. Trabajar de madrugada lastra la lectura. Me faltaron entrevistas por leer. 

    6. Al momento de esta enumeración, recuerdo la anécdota de una novia que tuve a la que regalé mi único libro de Severo Sarduy comprado en la librería Alma Mater, de Infanta y San Lázaro, en Centro Habana. Ella también es camagüeyana, como Severo Sarduy, como Oneyda González y Gustavo Pérez. Compré los ensayos y luego los regalé.

    7. Al momento de esta enumeración, recuerdo la anécdota de un amigo cuya dirección de correo electrónico coincide con su nombre de usuario de Whatsapp: cerofijezas

    8. Después de tantos años investigando la vida de un escritor, su acción y su pensamiento, ¿cómo se actúa y cómo se piensa? ¿Se puede actuar y pensar, más o menos, como antes?

    9. Cuando Oneyda González, un día, me dijo que todo era construcción, ¿me lo estaba diciendo ella o Severo Sarduy a través de ella?

    10. El espíritu de Severo Sarduy debe aparecérsenos siempre con un atuendo distinto.

    11. La cualidad suya con la que mejor me identifico es con su cariño, y su lealtad. Es el mejor amigo que yo he tenido en mi vida. Una persona con un sentido profundo de las relaciones humanas. «Cariño» es la palabra que me viene a la mente.

    12. La película Severo secreto es una cosa y este libro es otra. Pero bien pudieran ser dos composiciones de una misma categoría hechas a partir de dos composiciones de una misma categoría. Es decir, no existirían sin un matrimonio.

    ‘Severo secreto. Una biografía coral sobre Severo Sarduy’ (Rialta Ediciones, 2022), de Oneyda González / Imagen: Rialta
    ‘Severo secreto. Una biografía coral sobre Severo Sarduy’ (Rialta Ediciones, 2022), de Oneyda González / Imagen: Rialta

    13. ¿De qué sirve el matrimonio?

    14. Sin melodramatismo, Severo nos ofrece una cultura cubana, uno de cuyos componentes es la violencia. «¡Atmósfera china, muchachas!». A todo lo que él aspira es a una atmósfera china. 

    15. He notado rasgos chinos en Oneyda González. Cuando una mujer llora, se achina.

    16. También yo tuve un amigo que fue mi mejor amigo y que en cierta época de nuestra amistad se obsesionó con leer a Severo Sarduy más allá de la comprensión. Ni él ni yo estábamos en posición de comprender nada, pero igual nos obsesionábamos. Es algo que hacemos fuera de Cuba, conservamos las memorias.

    17. Me pregunto si Oneyda González o Gustavo Pérez regresarán a Cuba. Una aerolínea llamada Severo de Aviación. Se les ofrece vodka a los pasajeros, se les ofrece whisky.

    18. No me importa lo que hay de Lezama en Severo Sarduy. No me importa que Severo Sarduy haya sido canonizado o no. La palabra noble y la palabra nobleza se repiten cuántas veces.

    19. ¿Por qué la entrevista a François Wahl aparece en el libro de tercera o cuarta? ¿Por qué François Wahl no fue el último en hablar? Cuando confiesa que Severo Sarduy y él siempre quisieron ser enterrados juntos, ¿no deberían ser las últimas palabras de este libro? ¿El cierre definitivo?

    21. Severo Sarduy no considera serio que Ramón Alejandro lea a Julio Verne. De niña, nunca leí a Julio Verne. Me pregunto si nunca regresaré a Cuba.

    22. Según Ramón Alejandro, Severo Sarduy se quedó sin referentes. Un escritor necesita referentes y Severo se quedó sin ellos. Severo describía París como un śūnyatā testicular. Es decir, ¡no había hombres! Los hombres se comportan de una manera tan neutra, que no son machos. Y las mujeres son tan exquisitas que tampoco son hembras. 

    23. Severo Sarduy no hablaba de política. No hacía falta.

    24. Todos recibieron en sus vidas el regalo de conocer a Severo. Todos se relacionaron con alguien que llegaba a seducirlos, a darles importancia. Esa era su nobleza.

    25. Llegados a este punto, ¿qué sentido tiene regresar a Cuba, si Cuba también es estar fuera de ella?

    Cartel de ‘Severo secreto’, documental de Oneyda González y Gustavo Pérez / Imagen: Cortesía de Gustavo Pérez
    Cartel de ‘Severo secreto’, documental de Oneyda González y Gustavo Pérez / Imagen: Cortesía de Gustavo Pérez

    26. La galerista Lina Dadivot responde algo sobre la obra plástica de Severo Sarduy que podría responder a casi cualquier pregunta: podría ser una clasificación inútil.

    27. Con este mamotreto de 500 páginas, Oneyda González realiza, a la manera de Severo Sarduy, un libro de lo lleno, no de lo vacío. 

    28. Dice Fausto Canel, refiriéndose a los que, fuera de Cuba, viven pensando en Cuba, un grupo donde me veo, a veces: y aunque regresen, ¿a dónde van a regresar? No hay que abandonar el recuerdo, pero sí el lado malsano del recuerdo.

    29. A este paso, he dejado de pensar en la literatura de Severo Sarduy y he empezado a imaginar que nada de esto me conviene, mucho menos ahora, que no he dormido.

    30. Estoy escribiendo con la linterna del teléfono encendida, para leer las frases que he marcado, en días anteriores. Se va a apagar el teléfono. Son las 4:41 a.m.

    31. Severo Sarduy se da cuenta de que es muy peligroso regresar. Pero Oneyda González lo sigue preguntando, como un estribillo de Celia Cruz o de Benny Moré, un estribillo cubano.

    32. Aparece de pronto Juan Goytisolo diciendo que recorrió toda Cuba y que fue a la tumba francesa con Walterio Carbonell, quien lo llevó a las comunidades haitianas y le explicó lo que significaba. Y que le encanta Cuba y que le encanta Severo. (Imagínense que la escritora cubana María Elena Hernández Caballero acaba de escribir una novela sobre Walterio Carbonell. Estoy paralizada).

    33. Pregunta: ¿por qué la portada de Severo secreto no fue la foto de Severo Sarduy que aparece en la entrevista de Goytisolo, posando desnudo delante de una de sus obras, imitando el vacío, o cualquier otra foto, mejor, secreta?

    34. Al momento de esta enumeración, recuerdo que en una de las visitas a la casa donde vivía con mi hijo de meses, les dije a Oneyda y Gustavo que, si había una editorial buena para publicar este libro o cualquier otro, esa era Rialta

    35. A mí también me interesa lo público, como solución a un problema de mímesis, adaptación que no acabo de concretar. En la dedicatoria de su libro para mí, Oneida González escribió: Para Legna, con inmensa gratitud por la cercanía con que alegras, de vez en cuando, nuestra casa. Abrazos prolongados, de Oneida y Gustavo. Su letra corrida, maternal.

    36. En la página 184, Severo Sarduy le propone matrimonio a Lourdes Gil. La propuesta ocurre en el ámbito de Caracas y Lourdes Gil confiesa que Severo Sarduy estaba influido por el gran deseo de tener un hijo. Incluso la presenta en público como su prometida. Ya anteriormente había concertado un matrimonio en la India, pero me dijo que se arrepintió a tiempo. Le resultaba más familiar, menos ajeno, el tener el hijo con una cubana que con una hindú. De lo que sucedió cuando estuvimos solos, únicamente te digo que comenzó a llamarme «mi mujer».

    37. Sin embargo, Severo Sarduy no encaja en el relato de Conducta impropia, precisamente por conducirse inapropiadamente, impersonalmente, literariamente. 

    38. Imaginé a Severo Sarduy regresando a Camagüey con Roland Barthes, caminando juntos por una acera muy larga, llena de portales que continúan. ¿Y cómo se llama esta calle? Avenida de los Mártires, se llama.  ¿Y qué cosa es aquella tarima? Los carnavales de Capdevila.

    39. ¿Cómo llora el que simula? ¿Cómo teme el que simula?

    40. Resulta que Ugné Karvelis también fue el hada madrina de Severo Sarduy, cuando ponía su casa a disposición de los cubanos que se instalaron en París durante esa época. Muchos años después, en La Habana, el dinero que me salvó la vida a finales del 2011 igual procedía de Ugné Karvelis, quien se había comprometido con escritores cubanos en la isla, al apoyar, incluso después de muerta, el Premio Iberoamericano de Cuentos Julio Cortázar, que yo gané ese año.

    41. Todos coinciden en que Severo Sarduy tiene miedo a regresar a Cuba, no por cuestiones políticas sino por cuestiones, cómo diría, profundamente políticas. Severo Sarduy tenía el mismo miedo que Virgilio Piñera. Miedo. No hay otra palabra para el miedo. Preocupación y miedo.

    42. En su entrevista, alguien comenta que debería hacerse una biografía de Severo Sarduy. Pero ya Oneyda González está haciendo una biografía de él.

    43. Severo Sarduy deseaba ser enterrado en Cuba, y deseaba ser enterrado en Camagüey. Su conciencia de vacuidad y de simulación tal vez le hizo desear varios enterramientos en varios lugares distintos y por razones distintas, a la misma vez.

    44. José Manuel Villabella recuerda a Severo Sarduy y a Luis Suardíaz juntos, en Camagüey, pero Lourdes Gil afirma que Severo Sarduy evitaba a Luis Suardíaz y a Lisandro Otero cada vez que los veía acercarse, en Caracas.

    45. Severo Sarduy pertenece a grupos, forma parte activamente de corrientes y grupos. Esa forma teatral de relacionarse, lo colectivo en Severo Sarduy, ¿podría ser, sobre todo, simulación?

    46. Me interesa la necesidad visual de conocer la obra de Severo Sarduy, su carácter, por parte de Oneida González y Gustavo Pérez. La necesidad de otra cosa que no sea conocer me resultaría falsa.

    47. Oneyda González ha accedido al conocimiento, es decir, a Severo Sarduy, de la única forma implacable.

    48. La gente cercana que amaba no aparece en las ficciones de Severo Sarduy. Su enfermedad tampoco. La proximidad de su muerte tampoco. Hay una muerte y una oscuridad, que le sirven a Severo para hacer metáfora. Suicidio metáfora. Tradición metáfora. El amor y el miedo no pueden escribirse.

    49.  A este paso, he dejado de pensar en la vida de Severo Sarduy y he empezado a imaginar qué hubiera sido de Oneyda González si no se obsesiona con Severo Sarduy.

    50. Oneida González no parecía francesa hoy. Llevaba tacones tan puntiagudos y caminaba tan natural con ellos que tal vez Severo Sarduy le hubiera propuesto matrimonio delante de Gustavo Pérez, pero no delante, en otra realidad.

    20. Al momento de esta enumeración, recuerdo la anécdota de Oneyda González y Gustavo Pérez trayendo a la casa donde yo vivía el documental Severo secreto recién terminado. Mi hijo estaba de meses y no presté suficiente atención. Ellos se sentaron en un sofá de dos puestos que combinaba con otro de tres puestos. La pantalla era grande pero tampoco era suficiente.

    51. La gente de El Ciervo Encantado también se obsesionó con Severo Sarduy. Le hicieron un altar como si Severo fuera un Dios. Es un Dios con orejas redondeadas.

    52. En Camagüey, la gente del Bachillerato lo recuerda, pero es un recuerdo metáfora. Casi una ficción. Hay fotos, pero son fotos metáforas. La mujer que lo recuerda lo recuerda bien. Es una mujer metáfora.

    53. Mientras yo leía lo que había escrito, Gustavo Pérez grababa la presentación con una cámara de video. Tenía un diafragma. ¿Cuál es la importancia del diafragma, en este sentido y en cualquiera?

    54. Cuando se acabó la presentación le dije a Gustavo Pérez: no entiendo lo que ha pasado con un libro como este, nadie habla del libro, no he oído hablar del libro, todo el mundo debería tenerlo, todo el mundo debería leerlo.

    55. Había sillas vacías. Severo Sarduy estaba sentado en el vacío.

    56. Con este mamotreto de 500 páginas, Oneyda González realiza, de una manera transpersonal y trágica, en el sentido de coro, el regreso imposible, involuntario y místico, de Severo Sarduy.

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    1 COMENTARIO

    1. El 19 me há lembrado cuando Sarduy y Wahl pensaron que iban a morir en un accidente y se dieron las manos!
      Yo tengo sus Obras Completas mas me gustaria tener los textos teóricos. Me gusta mucho Escritos Sobre Um Corpo!
      Gracias

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