Esta es una serie de fotos realizada entre 2003 y 2018. Es un recorrido que comienza en La Habana y sigue hasta Nueva York, el mismo que ha hecho su autor en los últimos tiempos.
En La Habana-New York se suceden símbolos políticos, históricos, y hasta anímicos si se quiere: un niño que mira curioso junto a una imagen de Camilo Cienfuegos; un cartel de «Viva Fidel» y decenas de personas sin nombre ondeando banderas de papel; José Martí y una mujer exhausta a su lado.
Hay también una niña que mira a través de una reja gastada; los personajes de la calle Monte —el hombre que descansa en el suelo, el policía, los paseantes apresurados—; dos señoras que van de compras; una especie de clown; gente que mira, gente que espera, gente que enciende una vela y acude a misa.
El Capitolio contra el cielo azul de Cuba. La destrucción, el desastre. El Hotel New York. Otro cartel que ya no existe.
Y, por último, el Martí del Central Park. No el Martí de los bustos en La Habana sino el neoyorquino que cae de su caballo justo en la 116 West y la 64. Allí lo encontré por el destino de mis pasos inocentes en esta ciudad.
Esta historia que comienza en La Habana podría haberlo hecho en Nueva York: desde ese Martí de Manhattan hasta el niño curioso junto a la silueta de Camilo Cienfuegos. Si se hace el mismo recorrido a la inversa los símbolos históricos y políticos seguirían allí.
La esteticidad y la estaticidad de Cuba seguirían siendo las mismas.
(Texto y fotografías por Arien Chang Castán).