Tras la Revolución Haitiana, entre fines del siglo XVIII y principios del XIX, el meridiano de la producción cafetalera mundial se movió de la antigua isla de La Española al Oriente de Cuba. Gran parte de los productores que huían de los «jacobinos negros» encontraron refugio en zonas que hoy corresponden a Santiago y Guantánamo.

Edgar Brielo. Hacienda Fraternidad.

Pronto Cuba ganó preeminencia en el comercio de café a escala internacional, aunque algunos años más tarde fue superada por otros enclaves. Pero aquellas haciendas fundadas por colonos de ascendencia francesa se convirtieron además en centros semiautónomos de vida, donde se cosechaban legumbres, frutales, plantas medicinales, etc. Su principal legado ha sido la cultura del café que aún perdura en el sudeste —y también en áreas de Occidente y el Centro— de la mayor isla del Caribe.

La Hacienda Fraternidad, ubicada en el municipio santiaguero de Songo La Maya, es parte de esa herencia y, en particular, del Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras del Sudeste de Cuba, constituido por 171 fincas cafetaleras y declarado en el año 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

  • Edgar Brielo. Hacienda Fraternidad.

La Fraternidad —que remite a los valores proclamados por la Revolución Francesa (1789): «Liberté, Égalité, Fraternité»— perteneció a Domingo Heredia, padre del poeta decimonónico francés José María de Heredia.

En estas imágenes del fotógrafo Edgar Brielo destella aún el antiguo esplendor de la Hacienda Fraternidad: la sobriedad, amplitud y solidez de la casa mayor, con techo a cuatro aguas, balcones sombreados y amplios ventanales para domar la canícula tropical; la piedra cruda de los barracones, testimonio del alto costo humano de todo sistema de plantación en esta parte del mundo.

Edgar Brielo. Hacienda Fraternidad.

A dos siglos de distancia, el conjunto arqueológico ha sido sometido a rehabilitación: tanques de fermentación, acueducto, rueda de agua, molino… En cierto modo el ojo testimonial de Brielo se asoma a la grieta efímera pero inquietante que suele emerger entre la belleza de la ruina y la aséptica ficción del objeto restaurado.

Sin embargo, no hay que asombrarse, tal vez el gran protagonista de esta selección fotográfica sea una vez más el paisaje rural cubano: la luz y los tonos exultantes del Trópico, el vitalismo natural del escenario donde fue plantarse hace mucho aquella industriosa huella de piedra y plantío.  

  • Edgar Brielo. Hacienda Fraternidad.

(Fotos cortesía de Edgar Brielo).

1 Comentario

  1. Destruyeron casi todo y lo poco que crearon está destruido también. Lo peor: han destruido la moral, la decencia, la conciencia cívica.

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