Cuando todo apuntaba a que el dólar rebasaría durante el mes de mayo los 400 pesos por unidad en el mercado informal cubano, a mitad de mes el valor de la moneda estadounidense comenzó a desplomarse, sin cambios sustanciales en las condiciones que han conllevado a que las divisas en Cuba alcancen valores impensables en su comercialización no oficial.
Este último martes, el dólar se cotizó a 320 pesos por unidad, diez pesos menos que en la víspera, según la tasa representativa del mercado informal (TRMI) que elabora el medio independiente El Toque, basada en valores de referencia calculados a partir de la mediana de los números escritos en anuncios de compra y venta de divisas en grupos de redes sociales y sitios de clasificados.
También el euro reportó esta jornada una caída de diez pesos de un día para otro (de 350 a 340 CUC), mientras que la virtual Moneda Libremente Convertible (MLC) bajó cinco pesos en relación con el valor anterior, para cotizarse a 275 pesos.
Con estos precios, ya son 13 días consecutivos con tendencia a la baja en los valores de las tres principales divisas que se compran y venden en el mercado informal en la isla, y no son pocos los que se preguntan cuáles son las causas de estos cambios bruscos en la comercialización informal de monedas extranjeras en la isla, cuando la inflación sigue sin freno en el país y hoy aún es más grave el panorama económico-social de los ciudadanos en la isla, a pesar de la prometida, pero aún sin despegar, estrategia oficial para la estabilización macroeconómica del país.
Para entender lo que está pasando con este fenómeno, hay que partir de que el peso cubano coexiste con tres tasas de cambio: una tasa informal (con seguimiento en las plataformas independientes elToque, Mdvi.pro y Cambiocup, entre otras) y dos tasas de cambios oficiales (una de 24 CUP por 1 USD y otra de 120 CUP por 1 USD), que se ha mantenido inamovible en los últimos tres años, aunque las autoridades prometieron que habría otras para 2024.
Incluso, la expectativa por una nueva tasa de cambio oficial generó en los últimos días una noticia, calificada como falsa por las autoridades cambiarias en la isla, en la que se indicaba que a partir del 27 de mayo se comenzarían a vender dólares en las Casas de Cambio (CADECA) a 375 pesos por unidad.
Algunos análisis afirman que la diversidad en las tasas de cambio en Cuba distorsiona las señales de precios relativos, afecta las decisiones de productores y consumidores, además de ampliar las desigualdades y complicar la resolución de la crisis económica interna.
De enero de 2021 hasta abril de 2024, el peso cubano se ha depreciado 660 por ciento frente al dólar estadounidense en el mercado paralelo, de acuerdo con el Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), el cual ofrece información y análisis sobre el comportamiento del mercado cambiario cubano y la evolución de indicadores financieros del mercado informal y del contexto económico interno.
El economista cubano Pável Vidal, investigador principal del OMFi, en un reciente análisis apunta que «los factores fundamentales que explican los desequilibrios internos y externos de la economía no han variado, por tanto, no se debería asociar la inflexión actual de la TRMI con una modificación de la tendencia»; además, puntualiza que «los modelos macroeconómicos del OMFi sugerían que una tasa alrededor de 400 CUP por 1 USD era consistente con el tamaño de los desequilibrios previstos para 2024 en la economía cubana».
«La tasa se estimó a partir de la magnitud del déficit fiscal presupuestado para este año, del estancamiento del producto interno bruto (PIB), del aumento de la cantidad de dinero en circulación y de la tasa de inflación doméstica e internacional», abundó el experto, quien también observó que «los escasos datos del primer cuatrimestre y las nuevas crisis del obsoleto y descapitalizado sistema eléctrico nacional apuntan hacia un empeoramiento de la situación económica para los actores económicos, lo cual tendría un reflejo en la tasa de equilibrio para 2024».
«El crecimiento del turismo se ha ralentizado, las exportaciones de bienes quedaron por debajo de lo esperado y la zafra azucarera sigue sin lograr la estabilización de la producción. Al cierre de febrero de 2024, el desbalance en el presupuesto del Estado acumuló más de 20 mil millones de pesos», expuso el economista cubano.
Vidal también añade que en «los últimos cuatro años el valor del peso cubano ha presentado una permanente tendencia a la depreciación que es consistente con el elevado déficit fiscal, la excesiva emisión de pesos cubanos, la contracción de la producción nacional y las exportaciones, la creciente dependencia de productos e insumos importados, la dolarización, la emigración y la inflación generalizada y persistente en los mercados».
Asimismo, subraya que «la tendencia del valor del peso cubano en el mercado informal ha reflejado —y lo seguirá haciendo— los desequilibrios fundamentales de la economía».
Por tanto, considera que la causa de la caída en los últimos días de la TRMI, después de cuatro meses de incrementos consecutivos en el valor del dólar y del euro, podría estar en el llamado efecto «sentimiento de mercado», tras el restablecimiento el 9 de mayo último de los servicios de envío de remesas a la isla a través de Western Unión y la cercanía por esa misma fecha al valor cerrado de 400 CUP x 1USD.
El Profesor, titular en la Pontificia Universidad Javeriana Cali, en Colombia, igualmente explica que esas dos acciones «pudieron influir en las expectativas», por lo que pudo comenzar a conformarse, desde el 17 de mayo, «un nuevo balance en el consenso y en la actitud de los participantes del mercado [informal]».
A su juicio, desde ese día «un número creciente de personas» comenzaron a «considerar que el precio de las divisas estaba excesivamente alto y optó por vender antes de una posible caída», por lo que ese comportamiento aceleró la disminución de la TRMI desde mediados de mayo, a pesar de que el peso cubano en los últimos cuatro meses se depreció en un 40 por ciento.
No obstante, señala el economista, «desde mitad de mayo el panorama cambió y se produjo un incremento notable en la oferta de divisas (de acuerdo con la muestra monitoreada en espacios virtuales), aunque se mantienen los factores fundamentales que explican los desequilibrios internos y externos de la economía cubana. Por tanto, no se debería asociar la inflexión actual de la TRMI con una modificación de la tendencia».
A su juicio, «es normal que los mercados se aproximen a su valor de equilibrio de manera irregular, con desiguales velocidades en la trayectoria de los precios, con excesos y ajustes, así como que alternen períodos de calma con mayor volatilidad». Además, en los mercados de divisas (y financieros), el proceso de ajuste del valor de equilibrio «es más tormentoso» debido a la variabilidad de las expectativas, la especulación, los comportamientos de rebaño y las sobrerreacciones (overshooting), este último fenómeno descrito como un aumento excesivo en el precio de la divisa extranjera con que se establece el tipo de cambio nominal, el cual viene impulsado por las expectativas que generan determinados cambios en las políticas económicas.
«Es natural que se produzcan correcciones temporales después de un extendido período alcista en el mercado», concluye Vidal, quien recuerda que desde 2022 se han observado en Cuba seis caídas pronunciadas y consecutivas durante varios días (y semanas en algunos casos) en la TRMI.
«Si el mercado cambiario cubano operara en condiciones de mayor estabilidad monetaria, las caídas deberían ser más frecuentes. Pero, debido a que el mercado de divisas se inserta en un entorno altamente inflacionario, las correcciones a la baja en la tasa de cambio son esporádicas. El déficit crónico de dólares frente a la expansión constante y abultada en la cantidad de pesos cubanos en circulación imprimen la deriva alcista en la trayectoria de la tasa de cambio informal», argumenta el economista.
En tanto, destaca que los actuales movimientos en la TRMI muestran «la autonomía y aleatoriedad con que se mueve el valor informal del peso», ya que este se encuentra dentro de «un mercado descentralizado y competitivo» y sus participantes «operan bajo la condición de precio aceptantes, aunque algunos alberguen la ilusión de poder controlarlo».
Vidal considera que solo el gobierno cubano tiene las herramientas de política económica (incluidas las financieras y fiscales) para implementar reformas que estabilicen y cambien el rumbo de la tasa de cambio. «Mientras no lo haga, la tasa de cambio seguirá mostrando el precio del inmovilismo, del continuismo y de la incertidumbre», concluyó.
Por su parte, el economista cubano Emilio Morales, en recientes declaraciones a la periodista Tania Costa, de CiberCuba, aseguró que es «imposible» una revalorización por si sola del peso cubano, cuando, insistió, «Cuba no produce. ¿Dónde está el respaldo productivo para que eso ocurra? Probablemente eso vaya a recuperar su cauce y supere la barrera de los 400 pesos».
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