No sabemos si la foto de portada es un guiño a los icónicos Pilluelos (1896), de Juana Borrero. Aquí la alegría es más explosiva, una triple pirueta lindamente aterrizada ante nuestras miradas; el comentario social que traen estas sonrisas no es ácido, pero es también disruptivo.

Los chicos que vemos son skaters cubanos y su actividad, en una época no lejana, habría sido una forma paradigmática del diversionismo ideológico.

  • Ariel Gómez. Cuban Skateboarding.
    Ariel Gómez. Cuban Skateboarding.

Es evidente que todos estos pillos han sucumbido a influencias extranjerizantes (¡yanquis!), y que se deslizan cada día fuera del establo de la cultura (y el deporte) nacional.

Ariel Gómez. Cuban Skateboarding.

Ariel Gómez. Cuban Skateboarding.

El skateboarding ha ido proliferando —con mucho entusiasmo, pero difícil acceso a equipamiento, pocas áreas adaptadas para su práctica, y solo eventual apoyo oficial— en La Habana y otras ciudades del interior del país. Es parte de una movida underground que durante años ha impulsado en la isla géneros musicales como el metal o el rap, tribus urbanas de diverso pelaje, e incluso deportes como el surf.

En 2016, Ariel Gómez (1990) comenzó esta serie (en progreso) que incluye fotografías analógicas y digitales, y cuyo objetivo es documentar todo sobre el skate en Cuba.

Ariel Gómez. Cuban Skateboarding.

Ariel Gómez. Cuban Skateboarding.

El propio autor pertenece a un grupo de skateboarding que se denomina 23 y G, tal como una de las esquinas más concurridas en las noches underground del Vedado habanero.

Los muchachos de 23 y G han construido, solo con sus medios, un parque de skate en el antiguo gimnasio de Ciudad Libertad, en tiempos la primera fortaleza militar de Cuba.

  • Ariel Gómez. Cuban Skateboarding.
    Ariel Gómez. Cuban Skateboarding.

(Fotografías autorizadas por Ariel Gómez).