2024: Otro año de fracaso económico en Cuba

    El gobierno cubano admite que han sido insuficientes las medidas adoptadas para salir de la crisis económica. Hasta ahora no hay resultados significativos, afirmó el primer ministro Manuel Marrero Cruz en el IX Pleno del Comité Central del PCC.

    A dos semanas para que concluya 2024, el gobierno cubano acaba de admitir el fracaso de su estrategia para reimpulsar y corregir las principales distorsiones de la economía cubana, como parte del reacomodo de los «Lineamientos de la Política Económica y Social y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030» tras el fiasco de la Tarea de Ordenamiento Monetario (TOM).

    En el recién finalizado IX Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), el primer ministro Manuel Marrero Cruz afirmó que, a un año de haberse implementado la actual política, aún no se han alcanzado «los resultados necesarios, a pesar de todas las acciones desarrolladas».

    Especificó que las disposiciones implementadas no fueron suficientes para generar resultados significativos en aspectos claves como la estabilización macroeconómica, la reducción del déficit fiscal y el aumento de la producción nacional. Tampoco hubo avances en la reducción de subsidios y en el control de la fiscalidad. Por otra parte, el funcionario señaló que la falta de insumos, combustibles y energía ha sido un obstáculo durante este año para la producción, mientras que los resultados de la zafra azucarera fueron particularmente decepcionantes.

    El paquete de medidas con que se ha intentado salir de la profunda crisis económica que desde hace años vive el país incluyó aumentos en los precios de combustibles, electricidad, transporte público, así como la eliminación de subvenciones a la canasta familiar y la aplicación de algunos impuestos a servicios básicos. 

    «Tenemos la insatisfacción de que no se ha avanzado con la necesaria celeridad, sobre todo en aquellas cuestiones que más demanda la población», aseveró Marrero Cruz, quien justificó esta situación acudiendo al contexto global y, una vez más, a las medidas de presión del embargo económico de Estados Unidos.

    En cualquier caso, subrayó voluntariosamente que, pese a la «insatisfacción» del momento actual, «esta trascendental tarea, conducida por el gobierno, y bajo la guía y control del Partido, continuará siendo el hilo conductor de[l] trabajo, conscientes de que es la alternativa más viable para enfrentar los retos de la recuperación y el reimpulso de la economía, en condiciones de guerra económica y de una agudización de la crisis económica y financiera a nivel mundial».

    Tras analizar lo que trascendió de la citada reunión del PCC, el economista cubano Pedro Monreal resumió en X: «Ya se conoce que no es que haya habido poco avance, sino que en 2024 se ha retrocedido: decrecimiento económico y menor nivel de vida de los hogares». 

    Consideró, además, que resulta totalmente irrelevante lo informado en relación con avances en la estabilización macroeconómica del país. «En 2024 no hubo tal cosa, sino estanflación (decrecimiento del PIB + alta inflación)», sostuvo el experto, en cuya opinión «las causas internas de la crisis estructural y la carencia de políticas efectivas para superarla son un problema esencialmente político, sin salida probable con el modelo vigente».

    En un reciente análisis, el también economista cubano Pavel Vidal, investigador principal del Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), puso de relieve que «la economía cubana no sale de una recesión para entrar en otra, sin lograr superar de forma definitiva los niveles productivos prepandemia». 

    «Las cifras de decrecimiento de las exportaciones, la agricultura y las producciones manufactureras meten miedo», dijo Vidal, para quien «la emigración masiva, el deterioro de la infraestructura, los bajos niveles de inversión y de mantenimiento en maquinarias y equipos, y el colapso del sistema eléctrico, han reducido de forma permanente los niveles productivos a los que puede aspirar la economía en el mediano plazo».

    Hasta agosto de este año, de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), calculado por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), la inflación en la isla se ubicaba en una tasa anual del 30.1 por ciento. En 2023, la inflación cerró en 31.3 por ciento y, en 2022, en 39.1 por ciento.

    «A pesar de que los datos oficiales de inflación subvaloran significativamente la verdadera inflación (dado que en su cálculo los mercados no estatales están subrepresentados), el IPC muestra la persistencia de la inestabilidad monetaria y una tendencia sostenida al incremento de los precios que no se ha podido detener. Dada la magnitud y permanencia en el incremento de los precios, está claro que las aisladas acciones tomadas por el Gobierno cubano no han sido suficientes para corregir los desequilibrios macroeconómicos que alimentan la inestabilidad monetaria», concluyó en su diagnóstico Vidal.

    La inflación en los precios de los alimentos afecta a la mayoría de los cubanos
    La inflación en los precios de los alimentos afecta a la mayoría de los cubanos, quienes obtienen sus salarios en una moneda muy devaluada. / IMAGEN: YouTube/France 24 Español (captura de pantalla)

    En enero de este año, otros economistas entrevistados por El Estornudo advirtieron que 2024 iba a ser para los cubanos un año todavía más difícil que el anterior, tras la implementación de una nueva «terapia de choque», tal como fue definida la estrategia oficial para salir de la crisis económica.

    «Económicamente hará más vulnerable a los cubanos», afirmó en esa ocasión Emilio Morales, presidente y CEO de The Havana Consulting Group & Tech (THCG & Tech), radicado en Florida, Estados Unidos. «No creo que escape de esta situación ningún segmento poblacional, todos se verán afectados. Aumentaran los problemas sociales, la pobreza y la delincuencia. Aumentará la inflación y disminuirá considerablemente el poder adquisitivo de la población».

    Por su parte, Omar Everleny Pérez Villanueva, asesor académico del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo en Cuba, consideró entonces que la economía estos 12 meses estaría tan mal como en 2023, y tal vez más, «porque va a haber otra espiral inflacionaria», vaticinó: «las medidas no tienen fuerza en la esfera de la producción, que es lo necesario». 

    Ahora, los propios datos del gobierno cubano confirman el acierto de esos pronósticos. En noviembre, el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, adelantó en conferencia de prensa que la economía cubana volverá a contraerse este 2024 —un año plagado de interminables apagones, incluidos dos colapsos totales del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), además de dos fuertes huracanes y hasta un par de sismos en la región oriental del país.

    «Hemos tenido meses de bajos niveles de producción por eventos energéticos y climatológicos, y este impacto nos va a ratificar que no debe crecer la economía», dijo Alonso Vázquez, quien quiso recordar que «el desarrollo económico de un país depende en gran medida de la energía, y nosotros hemos tenido afectaciones eléctricas durante todo el año… Por otro lado, no hemos contado este año tampoco con un suministro estable de combustible. Hay déficit de gasolina, de diésel, etcétera… y la economía para dinamizarse necesita de energía», insistió.

    Esta sería la segunda caída anual consecutiva del Producto Interno Bruto (PIB), tras la contracción de 1.9 por ciento en 2023. Para este año, el gobierno había previsto un crecimiento de dos por ciento —una predicción inmediatamente cuestionada por diferentes expertos y organismos regionales.

    En diciembre de 2023, el economista Pedro Monreal aseguraba en X: «el estimado oficial de crecimiento económico del dos por ciento en Cuba en 2024 es cuestionable. Un cálculo rápido indica que las exportaciones reales tendrían que crecer aproximadamente en un diez por ciento y la formación bruta de capital (inversión) en seis por ciento. Difícilmente ocurriría eso».

    Por su parte, en mayo de 2024, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó —optimistamente— que la economía cubana solo crecería 1.3 por ciento durante 2024. Incluso así la isla registraría uno de los crecimientos más bajos de la región, solo por delante de países como Haití y Argentina. Igualmente, dicho organismo económico estimó una caída anual del 15 por ciento en las exportaciones cubanas, afectadas por la baja en la producción de azúcar y los precios del níquel.

    A finales de agosto último, el exministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, ya alertaba que los incumplimientos en el primer semestre del plan de importaciones, de inversión extranjera y de producción de alimentos auguraba un escenario económico complejo hacia finales de 2024. También señaló entonces que las proyecciones de crecimiento económico del país se verían considerablemente afectadas no solo por las sanciones estadounidenses, sino, más específicamente, por la disminución de las remesas, los impagos a proveedores, la escasez de combustible y los problemas en el SEN.

    A ello se añade el naufragio en las proyecciones de recuperación del turismo e para 2024, año en el que se aspiraba a superar nuevamente la barrera de los tres millones de visitantes internacionales. Según datos de la ONEI difundidos en X, Cuba solo se había recibido hasta octubre dos millones 490 mil 770 viajeros. Esa cifra representaba un 96.1 por ciento respecto a igual período de 2023; es decir, 101 mil 256 visitantes menos.

    El gobernante Miguel Díaz-Canel también admitió, en su discurso de clausura del IX Pleno del Comité Central del PCC, que este ha sido un año muy duro, en el que, dijo, «prácticamente vivimos al día». 

    Frente a esa realidad, siguió apelando verbalmente a «la resistencia creativa» como solución a los problemas. Y, contradictoriamente, ratificó que continuarán con la misma estrategia para reimpulsar y corregir las distorsiones de la economía cubana. 

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    Katia Monteagudo
    Katia Monteagudo
    Nació en el centro de Cuba, pero es ya chilanga por adopción. Pertenece a la generación del linotipo, a la mismísima era del plomo, pero sigue en el oficio por puro deseo casi 40 años después de haberse licenciado en la Universidad de La Habana.

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    2 COMENTARIOS

    1. En este comentario espero abrir muchas mentes encarceladas por creencias de un destino de miseria y pobreza, y que sé que causan mucha impotencia. Este es mi granito de arena como joven y como ciudadano; y espero que los representantes del Estado sean concientes de su trabajo e importancia, y que sean concientes que son una herramienta del pueblo y no al revés. Como sea, empezaré.
      Otros países nos quieren como un país solo de turismo. Debemos hacer al país que queremos, no el que otros quieren. Como saben el turismo en Cuba está muerto, y misericordia a los que no lo quieran ver, con infraestructura de energía desgastada, telecomunicaciones viejas y estancada, sin jóvenes y con un pueblo cansado y hambriento, claro adelante. Por favor, no traten de revivir a un muerto con inversiones que no llegarán a nada, porque les aseguro que ese dinero que vuelve lo volverán a gastar en mantener lo poco que tienen. Es un ciclo sin salida.
      Piensen por un momento como quieren ver este país económicamente. El turismo no es la esperanza, la esperanza está en líderes que entiendan de economía y que entiendan al pueblo que es por el que trabajan. Este el principio básico del crecimiento de un país
      Por tanto, consideremos otra alternativa a la industria turística, una que sea lo suficientemente capaz de reconstruir la economía. Y sí, es posible.
      China logró reconstruir su economía con lo que tenían, y lo vieron como oportunidades. Si lo que tenemos son Mipymes que solo importan y venden + una industria de producción extinguida, podemos tomarlo como una oportunidad. Así es: las Mipymes serán la clave del éxito, ya de por sí crean trabajos y hacen que los cubanos tengamos comida en la mesa. Por tanto hay que acrecentarlas en cantidades mucho mayores y así poder diversificarlas con incentivos, así más trabajo y más dinero que se gasta en comida para la casa. Seguramente los economistas y los de sentido común entienden. Sé que esto es un tema extenso y no es lo que busco la verdad, así que sigamos.
      También existe una oportunidad más, es gigante y ya se puede ver en el presente. Verán: en los próximos años la economía estará mayormente enfocada en el mundo digital. Y para salvar o mejor dicho «renacer» nuestra economía, debemos tenerlo en cuenta. Para ser más específico, estoy hablando de la producción masiva de semiconductores, microchips y baterías de alta calidad.
      Conocen un país que es una isla en la que producen lo mismo? Exactamente: Taiwan. Este país es un tanto complejo porque tienen problemas políticos con China y está en una encrucijada con EEUU.
      Si le diéramos una alternativa a la poderosa China: «una isla amiga que está en un territorio estratégico , donde se producirán los productos más valioso en los próximos 50 a 100 años», sin duda sería políticamente y económicamente un éxito para ambos países. De esa forma tendríamos el apoyo económico y el conocimiento de China + un negocio sumamente próspero entre ambos países.
      Si leyeron este comentario, les pido que lo comenten para que se haga viral y que llegue a los niveles superiores. También les pido periodistas que hagan su parte.

    2. @Fernando.

      Eso que pones seguro está lleno de buenas intenciones pero es fatuo de cara a la dictadura que nos desgobierna.

      El innombrable, que en paz no descanse, forzó los cambios económicos que destruyeron el país. No para «igualdad» y ni siquiera por el «Socialismo» que tanto nos machacó en sus discursos; lo hizo para centralizar y fortalecer su dominio absoluto de la nación. Él siempre supo, de primera mano, que eso no funcionaba, así que nos mantuvo 50 años a base de improvisaciones, campañas de distracción y cargando sobre su hombro al eterno totí que, como no, señalaba con su dedo huesudo como culpable de todos los problemas y fracasos: el «Imperio yanqui».

      Los herederos de aquel, igual de retranqueros e infinitamente mas egoístas, se niegan a moverle un tornillo a ese cachivache que todavía insisten en llamar Socialismo pero que al interior aglutina lo peor de ambos Sistemas. Rechazaron de plano el modelo Vietnamita y casualmente hace unos días China los criticó frontalmente por no hacer los cambios urgentes que necesitan. Trata de imaginarlo porque ambos modelos mantendrían para ellos el poder tras bambalinas a costa del «sacrificio» de permitir libertades económicas -o sea, menos control y chantaje- a los hambreados cubanos de a pie.

      Mientras ellos estén en el poder no habrá cambios ni aperturas de ningún tipo que pongan en peligro el modelo que ya escogieron para sí mismos: uno parecido al ruso, con un capitalismo de amigotes y parientes cerrado a cal y canto de cualquier tipo de interpelación o auditoria. Eso sin hablar de la deuda astronómica -China incluida- y su legendaria, bien ganada fama, de ser malas pagas.

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