Rigoberto Oquendo ha fotografiado un sueño imposible. Lo que vemos aquí es el reverso extemporáneo, pero a fin de cuentas auténtico, de un viaje por toda Cuba que su familia siempre quiso, y jamás pudo, regalarle por los 15 años.
Hacia 1985 Rigoberto no solo era el más joven de su humilde estirpe, sino el orgullo del hogar. Sus seres queridos “apostaban todo por el que sería su héroe familiar”: el único miembro de la prole que nació después de 1959, aquel llamado a recoger los frutos de tantos años de compromiso y trabajo duro.
“Es mi madre quien primero me cuenta de este gran sueño familiar y del lugar que yo ocupaba en las expectativas de cada uno de los miembros de mi familia”, refiere Oquendo. Como símbolo de tal esperanza o como talismán de la buena suerte, le obsequiarían entonces, al arribar a esa edad decisiva, “un viaje por toda la isla de Cuba”.
Pero ese proyecto tuvo que aplazarse debido a las estrecheces económicas.
“El viaje, que comienza en 2009, es una serie que se vuelca totalmente al exterior, y constituye la realización anhelada de aquel (viaje que) no fue posible realizar en el año 1985”, dice Oquendo. “La protagonista es mi tía abuela, quien tuvo esta idea irrealizable. La muerte la sorprende en el año 2007 con la imposibilidad de cumplir el sueño”.
Otra vez, Rigoberto Oquendo rasga aquí la cuerda más íntima. Nos recuerda que él emprendió hace tiempo, cámara en mano, su propio viaje por las tercas provincias de la memoria y la soledad familiar.
Y que siempre, de alguna manera, en alguna parte, somos Home Club.
(Fotos cortesía de Rigoberto Oquendo).