Pablo Milanés falleció en Madrid en la madrugada de este 22 de noviembre. Tenía 79 años, y una larga vida domando, amortajando a la muerte con sus canciones.
Estos retratos enviados por Omar Sanz quieren evocar el destino contradictorio, trémulo del artista, melancólico y triunfal, solitario en la incesante compañía de la multitud, dolorido y eternamente dichoso, que él mismo andaba conjurando en sus primeros versos y melodías.

Mis 22 años
Hace tiempo, yo anhelaba
Encontrar la dicha eterna.
Siempre, a base de reveses,
Pude ver la realidad.
Le cantaba a mi tristeza,
A mi dolor y a mi muerte.

La tristeza en mí vivía,
Viniendo el dolor, a veces,
A acompañarme en la búsqueda
Del camino hacia la muerte.



Pero como ser humano,
Me contradigo y me opongo
Al pasado que pasó
Pasando por veintidós años
De penas y dolor.
Y de aquí sale mi canción.

Mi tristeza la sepultaré…
Y el dolor siempre del brazo de ella irá.
Nada habrá que me provoque más tristeza…
Y el dolor siempre del brazo de ella irá.


Y en cuanto a la muerte amada,
Le diré, si un día la encuentro:
Adiós, que de ti no tengo
Interés en saber nada.
Nada…
(Fotografías autorizadas por Omar Sanz).