Para William Riera, como para muchos de sus coterráneos, “Chago” es la forma más entrañable de referirse a su natal Santiago de Cuba. Riera nació en aquella ciudad oriental y no se movió de allí hasta que en tiempos universitarios se trasladó a la Habana. Luego, en el año 95, a sus 27, emigró a la Florida.

En 1999, Riera vuelve por primera vez a una ciudad que, según sus palabras, va haciéndose cada vez más irreconocible. Pasados los años, entre 2014 y 2016, desarrolla esta serie fotográfica que retrata “la lucha” cotidiana de su gente, la dura vida de los santiagueros.

  • William Riera, Santiago de Cuba.

Riera nos muestra una ciudad derruida, pesimista. La estética grunge acentúa el testimonio de la decadencia. No hay en estas imágenes demasiada esperanza, salvo esa cuota irreductible simbolizada por la Virgen de La Caridad o los juegos infantiles.

Esta no es la ciudad de su infancia y juventud. La gente del barrio no es la misma; muchos, como Riera, se han marchado definitivamente. Los lugares de su infancia ya no existen o están a punto de desaparecer. La casa familiar está habitada por desconocidos.

  • William Riera, Santiago de Cuba.

Las fotografías nos cuentan el extrañamiento del fotógrafo en su “retorno al país natal”, la íntima imposibilidad de reconocer en la ciudad de estos días a “Chago”, el Hogar.