Beca
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Napoleón y la Muerte
La dirección de la universidad había ordenado a la FEU (que en teoría era independiente) que “espontáneamente” se encargara de la hercúlea tarea de adecentar la cola del comedor. Para ello, los “líderes” juveniles organizaban unos horarios que ponían, por ejemplo, que el martes tocaba cuidar la cola a la Facultad de Ingeniería Eléctrica, el miércoles a Mecánica, etc.
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La beca
Cómo fuimos tan felices entonces, no lo sé. Pero a lo que iba. El centro de La Vana estaba en la beca. Para el que no dormía allí, la beca tenía el atractivo de una moderna Babilonia.
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