«Mujeres cubanas, vendedoras ambulantes, con difícil situación económica y responsabilidades familiares…», dicen los autores de estas fotografías.

Esta galería de retratos que firman Marirosa Beltrán y Julio Saurí viene a actualizar la figura tradicional de la vendedora ambulante en Cuba. «Luchadoras», diría cualquier habanero ante estas fotos, realizadas en su mayoría en la franja más céntrica del litoral capitalino.

Marirosa Beltrán y Julio Saurí. Errantes.

Marirosa Beltrán y Julio Saurí. Errantes.

Hasta hace unos meses, antes de la llegada del coronavirus, estos rostros, historiados, hermosos, frecuentaban los rincones de La Habana Vieja, Centro Habana y el Vedado.

Maní, turrones, flores sintéticas, peluches, caramelos, sombreros, café… por unos cuantos pesos.

«Para vender pregonan, sonríen, tratan de lograr una empatía que no siempre resulta. Marginadas y multadas constantemente (…). Muestran tristeza, preocupación y otros sentimientos…», apuntan Beltrán y Saurí.

A menudo, se trata de jubiladas que buscan complementar sus magros ingresos. Todas, madres y abuelas nuestras.

Errantes: una serie fotográfica que detiene apenas un instante el andar de estas «luchadoras» y, con ese gesto, sitúa en primer plano uno de los rostros ocultos de «la mujer cubana».

(Fotografías autorizadas por Marirosa Beltrán y Julio Saurí).