En la búsqueda de autoconocimiento y reestructuración del espacio privado me encuentro conmigo mismo frente al lente.
Es que la empatía también se aprende de los golpes, y entre las heridas brotan flores y héroes. Drags, jotos, maricones, pájaros, travestis y otros degenerados me enseñaron que siempre se puede amar más y mejor.

El retrato liberador, casi resplandeciente, de las figuras que se alzan inmunes ante la mirada ajena. El temor no existe cuando los cuerpos hablan tan claro.

El cuerpo al desnudo se ofrece a la realidad para inmortalizar un instante y convertirse en reflejo eterno de la vida humana.
Del espacio, lo privado; de la vida, la existencia toda. Jamás borrar ese momento, esa historia, ese rol que decidimos asumir hoy.

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Armando Hernández Sorzano. La Habana; 22 años. Egresado de la Academia de Bellas Artes San Alejandro de La Habana en la especialidad de arte digital. Incursionó en la fotografía a partir de sus 16 años, y desde entonces ha explorado su intimidad a través de disímiles temas, estilos, técnicas y proyectos.
Posee un interés particular en la producción audiovisual y, según él mismo, busca integrar su obra «de manera orgánica con el cine y nuevos medios». Estudia en Ciudad de México la carrera de Comunicación Transmedia con el objetivos de «articular lenguajes narrativos».
(Fotografías y texto autorizados Armando H. Sorzano).