Es 11 de septiembre de 2021. Es Nueva York. Veinte años después de aquella mañana en que todos vimos estrellarse dos aviones de línea contra las Torres Gemelas del World Trade Center.
Las fotografías del cubano Arien Chang muestran, a la vez, la grandilocuencia nacionalista de la Unión Americana y la fragilidad individual de quienes todavía intentan ensalmar el horror más grande de sus vidas.

Chang es un recién llegado a la gran ciudad, pero es un nativo del mundo posterior al 11 de septiembre de 2001.

La Zona Cero de Nueva York no es solo el punto en que murieron miles de personas inocentes en medio de un siniestro espectáculo televisado que conmocionó al país y al mundo. Es también el nodo inicial de una enorme red de amargas consecuencias a escala global.

Irónicamente, en los mismos días en que Nueva York lloraba a sus muertos, conjuraba una vez más la precariedad que hay en el centro de todo gran poder humano, veinte años después… el talibán volvía a Kabul y terminaba en derrota «la guerra contra el terror» del viejo Bush.
Arien Chang. Nueva York, 11/09/2021. Arien Chang. Nueva York, 11/09/2021. Arien Chang. Nueva York, 11/09/2021.
Con certeza, la gente retratada por Chang sabe muy bien, y ya nadie podrá desmentir esa fe, que su victoria real sobre el dolor y la muerte comenzó también hace dos décadas. En algún punto de aquellos días absurdos. Digamos, con el mítico jonrón de Mike Piazza en el estadio de los Mets.
O bien en cualquier otra intersección del espacio y el tiempo de Nueva York donde el ser humano perseveró en sí mismo y trazó entonces, invisiblemente, su íntima Zona Uno.
(Fotografías autorizadas por Arien Chang).