Quizás este modo de ver la realidad (el mío) te deje con un sabor agridulce, pero esta isla es más bien una muestra imperfecta de esa sensación que no sabes definir. Ahora solo puedo decirte que duele; duele en lo más hondo de quienes nacimos aquí y amamos este pedazo de tierra.
[…] las personas andan desesperadas […], a punto de explotar en cualquier momento.

No bastaría una sola carta para explicarte la historia de un país que jamás ha sido libre, que saborea esa palabra como una quimera, una nación desconocida, un sueño que parece desvanecerse en el acto mismo de decirlo…



Ya ni sé.


Cuba no es «bonita», como dices; es hermosa. Por supuesto, no se trata de estas calles que solo dejan en evidencia el gris, la miseria. Hay tantas personas que merecen un poquito de felicidad.

[…].
Cuba es un país detenido. Los edificios se caen […]. No, no es hermosa.



Es nostálgica, y duele.

(Fotos autorizadas por el titular de los derechos).