Camionero y repatriado

    No yéndose del todo, Eduardo Córdova se está yendo del país al que quiso llegar y está llegando al país del que quiso irse.

    Es un repatriado.

    En su Volvo del 2018 ha conocido –si pudiera así decirse– Nueva York, Boston, Filadelfia, Washington, Atlanta, Baltimore y otras ciudades de Estados Unidos.

    Es un camionero.

    A los 25 años se cansó del país en que nació, a los 48 se hastió del país al que se fue, y ahora mismo está de vuelta al primero.

    Es un repatriado.

    En un tiempo de 11 horas, hace unas 700 millas por carretera para ganar 350 dólares el día.

    Es un camionero.

    Ahora va por Missouri, a punto de atravesar Jefferson City, y me ha dicho lo siguiente: «Uno nace cubano y se muere cubano, un derecho que nos quitaron allá. Ahora es que yo vuelvo a ser cubano, es decir, vuelvo a tener patria. ¿Qué me dices de eso?»

    Es un repatriado.

    ***

    El camionero recorre Missouri, y si algo disfruta es la cantidad de vegetación y animales que encuentra al paso en la carretera, y que antes no sabía que existían. El nogal americano, por ejemplo. El tupelo, el ciprés. Los ciervos de cola blanca, los coyotes y las zarigüeyas. Se van quedando atrás, alejando, como si fueran ellos los que se movieran a tantas millas por hora. A todos, sin embargo, los conservará el camionero en su memoria.

    Junto al Volvo del 2018 va una pareja de ancianos en un KIA del 2016, a aproximadamente 35 millas por hora, y el camionero los mira y se les adelanta. Cuando descargue la mercancía en Jefferson City seguirá hasta Albany, Nueva York, y luego bajará a Miami y verá a sus hijos. A los pocos días viajará a Cuba.

    En la carretera hay otras rastras con otros hombres al timón. «De madre pasarse así toda la vida, yo los veo y me da lástima», dice el camionero de otros camioneros. «Me pregunto si toda su vida habrá sido esto».

    Eduardo Córdova / Foto: Cortesía del entrevistado
    Eduardo Córdova / Foto: Cortesía del entrevistado

    ***

    A grandes rasgos, el futuro plan consiste en lo siguiente: el repatriado trabajará en Estados Unidos, reunirá el dinero suficiente en ese tiempo, pagará la manutención de sus hijos en Miami, y regresará a Cuba con unos seis mil dólares para vivir los meses restantes del año.

    «Yo tenía casa y tenía carro y todo eso lo dejé atrás. Ahora vengo de Cuba, me monto en un camión, y mi objetivo es trabajar cuatro meses y descansar ocho», dice.

    El repatriado -quien se repatrió hace tres años- se fue de Cuba en 1994, no como parte del flujo de emigrantes cubanos que cruzaron en balsa el estrecho de la Florida, sino con un visado de reunificación familiar.

    Al principio trabajó mucho, le fue bien, se dedicó a hacer préstamos para hipotecas, tuvo dos casas, un Mercedes Benz del año pagado en cash, y llegó a juntar cerca de 250 mil dólares en el banco.

    En 2007, cuando Estados Unidos entró en recesión, una de las crisis financieras más grandes en la historia del país, la economía del repatriado también se vino abajo. «Se acabaron las casas, se acabó el dinero y se acabó la felicidad, tuve que ponerme a manejar rastras».

    El repatriado hizo familia en Miami, tuvo hijos que hablan perfectamente inglés, piensa que en ese país sus hijos van a tener todas las oportunidades para que les vaya bien en la vida, como en un momento las tuvo él hasta que se cansó. «Este es el mejor país del mundo, pero me aburrí. Me aburrí de la ostentación, vaya».

    El repatriado sabe que una opinión así podría hacerlo pasar por loco. «Este país es lo más aburrido que hay. Si no eres millonario, claro. Me imagino que un millonario no se aburra. Pero para uno, que viene aquí a trabajar, a ver la televisión, a comer y a dormir, esto no es vida».

    ***

    Lo que más le molesta al camionero es la comida rápida –Subway, McDonald, Taco Bell-, donde hace parada y sigue de largo. Por lo demás, todo en su vida encaja. Se baña en algún truckstop que le haga camino. Paga por llenar de petróleo el tanque del Volvo y tiene acceso a baño, jabones y toallas incluidos. «Todo muy profesional», aclara el camionero. También aclara que se baña un día sí y otro no, porque eso representa pérdida de dinero. «Bañándome pierdo una o dos horas de manejo, que son unos cuantos pesitos más que gano al día».

    En la rastra tiene un refrigerador, dos camas, un microwave. No tiene televisión, pero podría ponerla si quisiera. Cuando cumple las millas del día, el camionero se detiene en alguna parada de camiones, y agarra el sueño cerca de las dos de la mañana.

    En este momento, no hay para el camionero un trabajo mejor: «Es el trabajo perfecto. Tengo casa, tengo baño, me alimento, no tengo jefes, nadie me espera».

    Ahora carga materiales de construcción que recogió de un sitio y llevará a otro, y después cargará en otro sitio y los llevará a otro más. «Este es el trabajo que nadie quiere, pero aquí yo hago lo que me venga en gana, empiezo y paro de trabajar cuando yo quiera, cojo las vacaciones que yo quiera, y siempre voy a tener trabajo».

    El camionero no tiene mujer. No quiere, y tampoco podría tenerla.

    «Ser rastrero es duro. El que tiene familia quiere estar a su lado, entonces para esa gente este trabajo no sirve».

    ***

    El repatriado se repatrió por varias razones:

    «Porque mi dinero rinde más en Cuba», dijo. «Porque con lo que yo gano en un mes aquí puedo vivir tranquilo un año allá».

    «Porque allá no se trabaja con la velocidad que se trabaja acá; la gente tiene mucho tiempo y uno nunca se siente solo. Siempre estás acompañado».

    «Porque aquí la gente está demasiado metida en sus problemas y en sus necesidades, y todos están trabajando más de lo que tienen que trabajar para tener cosas que al final no pueden pagar».

    «Porque al final esto es como un sueño, tienes una casa y la pagas a los 30 años. Cuando la pagas eres ya un viejito. Tienes un carro y cuando terminas de pagarlo ya tienes que cambiarlo por otro nuevo. No terminas nunca, todos los meses es un comienzo: pagas, pagas, pagas y vuelves a comenzar. Pagas, pagas, y vuelves a comenzar».

    «Y porque sacaron una ley de repatriación, claro».

    En el año 2013 el gobierno de Cuba, aún bajo el mandato de Raúl Castro, puso en marcha una reforma migratoria que, entre otros aspectos, permitía regresar a los cubanos que habían salido de forma permanente y recuperar la residencia en el país aunque también residieran en el exterior.

    Con la nueva ley, los cubanos podrían beneficiarse de los servicios gratuitos de salud, comprar propiedades en el país y trabajar en empresas estatales, como cualquier otro ciudadano.

    Todo cubano puede retornar a Cuba, dice la ley, excepto aquel que haya realizado «acciones hostiles contra los fundamentos políticos, económicos y sociales del Estado» y quienes “salieron ilegalmente del país a través de la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo».

    Según publicó en 2015 la Dirección de Inmigración y Extranjería de Cuba, 9.400 personas que emigraron antes de la reforma migratoria habían retornado con el objetivo de radicarse de manera permanente.

    Ya en los últimos dos años, de acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), han sido 25 mil 176 los cubanos que se han repatriado.

    Otra razón importante que tuvo nuestro repatriado para estar de regreso es esta, y es, acaso, la más importante:

    «Decidí que tenía que buscar otra vida, porque ya no era feliz con la que tenía».

    ***

    El camionero sabe que el trabajo de rastrero es siempre riesgoso. Diciembre es el mes en que prefiere bajarse del Volvo, porque empieza la nieve y los camiones patinan frecuentemente.

    Sabe que hay otros riesgos, como quedarse dormido e irse por un barranco. En ciudades viejas como Nueva York o Filadelfia, las calles y los puentes no están diseñados para que transiten camiones de 53 pies, con 13.6 metros de alto y 8.6 de ancho. Los choferes, por tanto, pueden chocar o volcarse en las esquinas. Muchos son los riesgos, pero él intenta no pensar en ellos.

    El camionero le teme sobre todo al resto de los conductores. «La gente», dice, «quiere trabajar más horas de las estipuladas y hacer más dinero. Mi miedo es que se quede otro dormido y choque conmigo. Cuando me entra sueño yo paro, no me interesa si la mercancía llega tarde. Yo no me voy a matar ni voy a matar a nadie por quedar bien con una compañía, yo primero tengo que quedar bien conmigo».

    Las compañías les exigen, mínimo, unos 21 días activos en carretera, y unas 10 horas de descanso por cada jornada. «Es muy aburrido esto», lo sabe el camionero, «pero en ninguna parte te pagan lo que te pagan aquí».

    Eduardo Córdova / Foto: Cortesía del entrevistado
    Eduardo Córdova / Foto: Cortesía del entrevistado

    El camionero jamás escucha música mientras está de viaje. Se la pasa pensando. Qué hizo bien, qué hizo mal, qué no hizo. A veces revisa su lista de contactos de Facebook para ver con quién puede hablar, porque realmente le gusta hablar al camionero. «Muchas veces llamo a la gente y ni me cogen ya el teléfono. Yo les aguanto cualquier muela, lo que me digan se lo creo, el problema es entretenerme conversando».

    En sus viajes le gusta sentir cómo va del frío al calor, de un tipo de vegetación a otra, de la tarde a la noche, y así. El camionero es casi experto en lo que hace: se enorgullece cuando dice que no ha tenido puntos en la licencia por problemas en la vía, que las compañías le solicitan que trabaje para ellas por su experiencia en el oficio, que acepta ir a ciudades como Nueva York, a la que no todos los rastreros quieren ir porque el GPS se les descoloca. Él, sin embargo, ya tiene las rutas cartografiadas en la memoria.

    Ahora que volvemos a hablar, el camionero acaba de abandonar Chicago. Se dirige a Nederland, en el estado de Colorado. Del viaje le quedan unas 3 mil 100 millas que tendrá que hacer, a más tardar, en cinco días. «Es como darle unas cuantas vueltas a Cuba», dice.

    No podría afirmarse que el camionero conoce todas las ciudades por las que ha pasado. Aunque ciertamente en algunas se ha bajado del Volvo y ha caminado, como en Los Ángeles, en la mayoría de ellas llega y sigue de largo. No se permite perder tiempo: «Mientras más rápido hago el viaje, más gano. Mi objetivo es estar el menor tiempo posible en el camión».

    Más largos los viajes, más gana el camionero, porque el pago es de 50 centavos dólar por cada milla recorrida. Si el viaje es de Nueva York a California, por ejemplo, el camionero estará complacido. El dinero lo depositarán a tiempo en su cuenta. Sabe que cuando quiera, cuando se canse, cuando se aburra, cuando no soporte más el timón, podrá reservar su vuelo y aterrizar en La Habana.

    «Me bajo de mi camión», dice, «compro lo que necesito y me voy para Cuba a disfrutar. Yo soy como un marinero: vengo a Estados Unidos, veo a mis hijos, salimos, comemos, trabajo, y viro para atrás. Y pienso hacerlo así hasta que sea un viejito y no pueda más y venga para este país y me meta en un Home. No voy a ser millonario, no voy a tener tres casas ni tres carros, pero voy a vivir, que es lo más importante. Todo el mundo no comparte esa opinión y lo sé, pero cada cual tiene derecho a hacer con su vida lo que quiera. El que quiera trabajar toda su vida para tener una mansión, que trabaje. Y el que quiera trabajar para vivir, que lo haga».

    ***

    El que quiera, además, ser un repatriado cubano, deberá seguir estos mismos pasos.

    «Primero llegas y buscas la propiedad de un familiar», dice nuestro repatriado, que fue básicamente lo que él hizo. «Vas a un notario que emite una carta donde dice que el familiar se hará cargo de ti hasta que te puedas valer solo», cuenta. «Compras 100 pesos en sellos en CUC, en la oficina de Inmigración te hacen los papeles, le explican a quien te puso en la propiedad que debe hacerse responsable de ti hasta que te puedas valer. No sé cómo pueden decir eso sabiendo que una persona que gane 10 dólares al mes no puede mantener a otra, pero bueno». Luego, dice el repatriado, «me preguntaron a qué venía, si a trabajar, y les dije que no, que yo venía a playa playa, piscina piscina. A retirarme».

    Cuando el repatriado –que hasta entonces no era un repatriado– volvió a Cuba a los tres meses, ya tenía, cómo decirlo, una patria.

    «¿Qué es para ti la patria?», le pregunto al repatriado, y me responde: «La patria es el lugar donde yo me sienta bien, no tiene nada que ver con el sistema. La patria no es Fidel, ni es la dictadura. La patria es tu tierra».

    Todo lo demás fue puro trámite: le pusieron un cuño en su pasaporte cubano indicando que se había repatriado, le mandaron a hacerse su carnet de identidad y a incluirse en la libreta de abastecimiento, cuyos productos no sabe a dónde van a parar, porque el repatriado nunca los reclama. No le hablaron –dice el repatriado– ni de pertenecer a los CDR, ni del derecho al voto. «Yo también soy ciudadano americano. No voto allá ni voy a votar acá».

    Cuando está en la isla, se renta en un apartamento por 150 CUC, en el municipio Playa, La Habana, muy cerca de donde vivía antes de irse en el año 94.

    Ya el repatriado se compró un carro en Cuba, y está juntando el dinero para la casa. «Nada ostentoso, cosas para vivir», dice.

    «Decidí dejarlo todo e irme, de todas maneras uno viene al mundo sin nada y se va sin nada. Acá te meten muchas ideas en la cabeza, compras muchas cosas, lo último y lo mejor, se acumulan, pero para mí eso no tiene gran valor. Me di cuenta de que esas cosas no me hacían falta para vivir, y donde único se puede vivir como vivo yo es en Cuba. Muchos aquí dicen que son felices, dicen que tienen carro y casa, y yo les digo, ‘bueno, si lo tienes y no lo disfrutas, no tienes nada’. Ahora, dime, si puedo combinar lo bueno de aquí con lo bueno de allá, sería muy estúpido no hacerlo. Al final todo el mundo tiene que buscar sus beneficios, se trata de cómo vives y disfrutas más la vida».

    ***

    Queda claro que para el camionero no hay hoy nada más importante que ahorrar dinero y disfrutar la vida. Incluso me ha llegado a confesar esto: «Si Dios viene y me dice: ‘Esta es la mujer de tu vida y se van a amar por siempre y van a ser felices en Estados Unidos’, yo le digo a Dios: ¿Y mis vacaciones, Dios? ¿Qué hay con mis vacaciones? ¿Y mis ocho meses que tenía pensados coger de vacaciones? Qué va, quédate con ella, Dios’».

    Una mujer, piensa, le robaría tiempo. Además, el camionero se cuestiona algo: «¿Cuál es la ganancia de tener una relación? ¿Tener a alguien a quien cuidar? ¿Nada más? A mí me gustaría que me amen también, pero qué va, al final voy a perder libertades y tranquilidad».

    Luego dice: «A lo mejor algún día encuentro a una persona especial. Pero si hasta ahora no la he encontrado creo que no la voy a encontrar ya, porque la vida es así, me ha pasado como a todo el mundo, me han hecho sufrir y he hecho sufrir, me han dejado y he dejado yo. La gente prefiere discutir porque le tiene miedo a la soledad, pero a lo mejor yo me quedo solo y soy feliz. Nadie sabe.

    «A ver cómo te explico. Yo claro que tengo deseos de enamorarme, desde que nacimos nos metieron ese bichito del amor, ¿pero cuánto voy a perder yo de mi felicidad para darle felicidad a otra persona? ¿Cómo puedo arreglar ese problema?

    «Antes yo veía a los viejitos con 70 años de la mano y me ponía hasta contento y pensaba en que me gustaría tener un relación así, pero con lo que he vivido, cuando veo a esos viejitos de la mano caminando juntos lo que pienso es en la cantidad de mentiras que se habrán dicho. Y te digo más, si tú tienes una pareja y estás enamorado, dime, a ver, ¿por qué tu celular tiene que tener un password?»

    El camionero está a punto de descargar su mercancía y sabe que, por ejemplo, el tiempo que pasa sin reportar millas por tener la rastra estacionada en algún puerto de los Estados Unidos nadie se lo paga. Por tanto, llevar a una mujer a un motel e invitarla a cenar es tiempo de trabajo echado por la borda y una inversión de casi 400 dólares la noche. «Aquí no es como en Cuba. No se puede gastar tanto dinero para salir con una mujer. No se puede perder tiempo. Aquí yo no puedo pensar como piensa Marc Anthony, la vida de él es muy distinta a la mía, y sus amores muy distintos a los míos».

    ***

    Le pido a Eduardo, en algún punto de su travesía, que me diga qué no le gusta de Cuba, el país donde está de vuelta.

    «Lo que no me gusta de Cuba es la pobreza”», dice el repatriado.

    «El gobierno no deja que la gente prospere, que la gente pueda tener una paladar, te lo quitan todo, ¿entendiste? Por ponerte un ejemplo, te pueden echar 20 años por cogerte con un saco de leche en polvo.

    «No me gusta esto de repatriarse. ¿Cómo es eso de que yo me estoy repatriando a mi patria? Eso es algo que se inventaron allá. El que nació en China vira a China, el que nació en Rusia vira a Rusia, y no porque se vaya de Rusia tiene que volver a ser ruso. ¿Me entiendes?»

    ***

    El camionero se bajará de su Volvo del 2018 en unos días cuando regrese a Miami. El repatriado cogerá su avión a La Habana y planea, en estas vacaciones, llevarse a sus hijos a Varadero.

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    39 COMENTARIOS

      • Por favor, pregunten al repatriado por qué no se queda en Cuba completamente y hace el dinero allí, sin volver al monstruo explotador, que se quede manejando una rastra en Cuba, entre sus amigos y sin soledad, quizás hasta se pueda encontrar una pareja en su terruño que parece le hace mucha falta, además, así no tiene que pasar tanto trabajo haciendo el dinero que dice ganar manejando tantas horas, que piense que es explotado por el imperio que solo le paga unos 350 USD diario, según creo leí

      • No demonices por gusto, Zandalio.
        Si el camionero es ciudadano en EEUU (y se supone que lo sea), Mr. Trump no le puede hacer nada: sus entradas y salidas de EEUU están garantizadas. Ahora mismo el problema es que, si le llega la hora del retiro, no podría cobrar su Seguridad Social desde La Habana.

      • No pienso que soy explotado. Sólo que como me cuesta mucho trabajo ganarmelo tengo que gastarlo en donde más me rinda . Y en cuba puedo comprar por ejemplo 20 colas de langosta por 20 dólares y comer en un restaurante por 2 o 3 dólares

    1. Excelente artículo Gloria, muy bien narrado y equilibrado en mostrar una parte de la realidad que pocos hablan. Gracias por este artículo tan anclado en la tierra y con tan simple filosofía de la vida.

    2. Cada cuál hace lo que quiere. Para mí no hay caso escapar de la cárcel para volver a entrar en ella. Ese señor, si con 25 años llegó a este país, pudiera haber estudiado y salido de la rastra y todas esas cosas. Se dedicó a otra cosa, perdió el tiempo y ese es su problema. Con 6000 dolares qué va hacer en Cuba? Pero que no regrese aquí a buscar más cuando se le acaben, que se quede en Cuba, allá él. No es que este país sea perfecto, pero la libertad que yo he conseguido aquí,en Cuba ni soñar y ni hablar de cosas materiales que allá ni tenía. El régimen tomó esa medida para mejorar su imagen externa y aumentar el flujo de dóLares. Bueno, quizás el día que se produzca un cambio el repatriado sea de los que se alce contra el gobierno. Por lo demás yo aquí no tengo muchas cosas y no corro detrás de lo último que sale, no me interesa. Pero para mi la libertad es lo más importante. .No vivo en Miami, he perfeccionado mucho el inglés, interactúo con nativos y eh conocido muchas cosas: nuevas comidas, nuevos lugares, una forma distinta de ver la vida y aún me asombro porque, a pesar de que procedamos de orígenes distintos lo seres humanos, tanto allá como acá, convergemos en un punto común, nuestra humanidad. Nada de eso lo conocía viviendo en Cuba aunque lo sospechara. Ahora lo confirmó estando aquí. No me adaptaría a vivir en Cuba de nuevo. De visita, sí, pero solo si puedo ir con mi pasaporte americano y Como eso no está´en los planes del régimen, pues no voy y punto. Afortunadamente no me queda familia cercana allá.

    3. Jajaja lo malo de mi pobreza es que la vidame dio intelingencia a medias , porque no llegue a ser rico . Y me tocó vivir con los pobres que no me entienden y me critican jajaja de todas formas sigo viviendo

    4. Lo único que me gustaría saber es cómo el repatriado consiguió «… hacer préstamos para hipotecas, tuvo dos casas, un Mercedes Benz del año pagado en cash, y llegó a juntar cerca de 250 mil dólares en el banco», pura curiosidad.

      • Le respeto sus criterios eduardo, pero usted como muchos que piesan igual,es uno de los productos sociales del maquiavelico sistema que hemo padecido, un sindrome de estocolmo generalizado que lo queda es pena, brother creeme, no se regresa a vivir a donde nos han humillado, pisoteado y vejado de multiples formas cada dia de nuestra existencia, el problema esta en que muchos ni se dan cuenta hasta que punto nos tienen asi, eh ahi, el exito de nuestro carceleros. Triste destino.
        Bendita sea America..

        • Pasé un curso de mortgage broker y trabaje en una compañía de hipotecas y por cada casa que hacía un préstamo me ganaba unos 5,000.00 o 7,000.00 dólares. Y un mes hice yo sólo 10 préstamos, imagínate

        • Bueno, no aclaras por qué ese dinero te entró tan fácil. Porque eran préstamos que no cumplían la ley, en otras palabras fraudulentos, porque no se revisaban los ingresos de los compradores de casas, porque los precios subían y subían y los bancos solo se interesaban en ganar las comisiones y se llenaban los papeles con cifras falsas, sin avizorar que la burbuja iba a explotar. No digo que fueras el causante de eso ni el responsable, solo que fuiste parte, y todo ese dinero que muchos adquirieron fácil otros muchos lo tuvieron que perder, como tú que perdiste mucho de lo que ganaste.

        • Todos sabemos que fue asi . pero porque no dices tambien y para ser onestos del todo que al final el que mas lucro y no perdio fuel el gobierno. por que en un barrio que el promedio de tax que pagaban las casas era .por ejemplo en el ano 99 el promedio de impuestos que pagaba una casa era por el valor de unos 70,000.00 y en el 2007 era por el valor de unos 350,000.00 . es decir el gobierno recogia 5 o 7 veces mas dinero en el mismo barrio . y que hicieron con todo ese dinero (pregunto?). y los pobres viejitos que pagaban tax por 35,000.00 y vendieron para comprar una mas nueva y ahora pagan impuesto por 300,000.00 . por que no se habla de eso .

    5. Por favor, pregunten al repatriado por qué no se queda en Cuba completamente y hace el dinero allí, sin volver al monstruo explotador, que se quede manejando una rastra en Cuba, entre sus amigos y sin soledad, quizás hasta se pueda encontrar una pareja en su terruño que parece le hace mucha falta, además, así no tiene que pasar tanto trabajo haciendo el dinero que dice ganar manejando tantas horas, que piense que es explotado por el imperio que solo le paga unos 350 USD diario, según creo leí.

        • La respuesta es sencilla. Porque cada persona tiene el derecho de trabajar donde quiera y gastar el fruto de su trabajo como quiera y en donde quiera . Mientras que no le haga daño a nadie

        • Jajaja porque hay no hay dinero y si intentas hacerlo. Te lo quitan y te meten preso.pero tengo la posibilidad o mejor dicho hice lo que tenía que hacer en su momento . Y ahora puedo gastar el dinero que ganó aquí como yo quiero y en donde yo quiera .Mientras no le haga daño a nadie . Es mi derecho .

      • Créeme que respeto tu opinión. Pero te diré algo yo nací con ese sistema y hasta no salir de hay no me Di cuenta de lo que era . Pero soy cubano y voy porque están mis amistades de la infancia y es donde me siento bien . No por eso dejo de expresarle a mi gente allá. Que este es el mejor país del mundo . Para todo .para tener una familia, para educar a tus hijos . No creo que dejará yo que alguien obligue a mis hijo a usar una pañoleta o decir seremos como el che .creo que si no estubiera ese gobierno y hubiese democracia yo fuera completamente feliz .pero hay cosas que yo no puedo cambiar.aveces me hubiera gustado haber nacido en Chile o en Colombia. Pero nací en cuba que voy hacer.

    6. Camionero
      Repatriado
      Camionero
      Repatriado
      Camio……………………………………… (me quedé dormido lol)
      A ver si entienden que hacernos la lectura más compleja no es sinónimo de escribir bien

    7. Triste. La historia tiene nada que ver con el «exito» que tuvo alla – porque lo que si tuvo es quedarse solo, perder esperanza de poder encontrar a alguien quien este a su lado, con sus hijos viviendo lejos del padre – un ser solitario que trata con todos sus recursos (y en vano) de (auto)defender su completo vacio – solo en las interminables carreteras y con un ilusorio sueno de volver – a donde? dejo de ser cubano – a el le miran los vecinos como a un extranjero: que HACE en estos ocho meses?? que es lo que llama – «alla es donde de veras vivo»?? si le miran (con odio y envio) como a un tio rico del norte? una billetera andante? un turista tiene ventaja de…irse despues de un par de semanas, pero el tipo trata de VIVIR su vida rodeado de la gente que ya le es extrana y nunca lo tomara como un socio, ni colega,ni vecino (sospecho – ni amante) porque no puede compartir NADA con los que si tienen que reclamar lo que esta en la libreta. «Piscina piscina piscina»….ojo, que se ahoga del vacio.

      • Jajaja por que a la gente le duele tanto la Felicidad de los demás. Por gente como usted están las cárceles llenas en cuba . Por que cuando ven a un vecino prosperar lo hecha pa alante . Por envidia. Que tristeza

    8. Yo quisiera saber si existe algún fundamento, competencia legal, moral , potestad, institución, gobierno etc que sin quebrar o violar lo establecido por fuerza mayor me pueda quitar MI PATRIA , EL LUGAR DONDE YO NACI imposible¡¡¡. Por tanto el sólo hecho de aceptar la repatriación de quien o quienes sean sujetos o gobierno usurparon un derecho que nadie me puede quitar porque es mío como es mi cuerpo, mi alma mi espíritu . No el hecho de regresar a mi pais eso es decisión mía sólo regreso no puedo repatriarme porque nunca perdi mi patria ni vivo ni muerto por eso me resulta denigrante, moralmente inaceptable , deplorable que tenga que hacer un proceso se repatriación ante el mismo régimen que me robó me despojó de eso que es mío, mi PATRIA.
      Nunca he oído decir que un mexicano, un peruano, un francés se repatrió .

    9. Porque ser cubano es sinónimo de político. Porque muchos cubanos no pueden entender que para que haya democracia tienen que respetar la forma de pensar de cada cual . Porque no pueden entender que el problema más grande que tiene la humanidad es el fanatismo. Que eso es lo que trae estos regímenes totalitarios .Que utilizan a los fanáticos y le sacan todo el odio que tienen dentro.yo se que mucha gente fue maltratada en cuba
      Y me imagino toda esa gente que su familia luchó por generaciones para tener lo que tenían en el 59 . Y de pronto una persona ayudada por los fanáticos (Fidel Castro) les quito todo.pero la mayoría de esa gente ya ha muerto y muchos de los que comentan aquí fueron jóvenes que ayudaron a Fidel Castro. A lo mejor por eso son tan hostiles por que los engañaron. Por eso yo como padre voy con mis hijos a cuba para enseñarles lo que les pasa a las personas por creer en igualdades y en políticos y como termina el pueblo .desgraciadamente la mayoría de las personas nunca te dicen la verdad . Te dicen lo que tu quieres oir .Y en el fondo nunca uno sabe cuáles son sus verdaderas intenciones . Por eso yo no creo en políticos y cada ves que veo a un fanático me da lástima. Ojala que nosotros los latinos pudiéramos mejorar mentalmente. Por que como los veo pensando . Me parece que todavía faltan muchas dictaduras por pasar por nuestros pueblos .

    10. Camionero y repatriado
      POR: CARLA GLORIA COLOMÉ
      Carla…digo…Gloria…me gustó, y también acabo de convencerme que no hace falta ni estudiar esa carrera para ser una excelente periodista. Lo eres. Me chocaron un poco los tiempos verbales.
      El hombre de tu historia es un personaje típico, tiene una filosofía de vida y creo hay que respetarla.
      Detrás de esta historia hay problemas mucho más graves en los que debíamos estar pensando los cubanos «de Cuba». Eliminar el concepto de «repatriado», que nunca debió existir, porque significa «Que es devuelto a su patria por las autoridades del propio país o de otro» (no por voluntad propia como lo manejan en acá). Pasar a fase donde se permita entrar y salir a todos los cubanos que quieran hacerlo con absoluta libertad como debió ser siempre, sin perder o ganar condiciones adicionales. El país invierte cuantiosos recursos en mantener toda esta burocracia que atiende a los «repatriados», que implica además de mentiras que quedaron explicitas en esta entrevista, volver a otorgar libretas de abastecimiento a más de 25 mil personas (un horror si nos ponemos a calcular cuanto arroz, azúcar y hasta un pedazo de pollo subsidiado a personas que no lo necesitan porque vuelven en su mayoría (como el rastrero) buscando otras facilidades y terminan adquiriendo los pocos beneficios que se le ofrecen al pueblo necesitado. Hace falta saber estadísticas de cuántos de estos cubanos verdaderamente se quedan en Cuba? Y cuantos solo en papeles? (porque vuelven seguro más del 80 por ciento de ellos) quiénes a trabajar con el Estado por un salario de 500 pesos cubanos mensuales? Cuantos regresan por estar enfermos para beneficiarse de la gratuidad de la medicina cubana? cuántos por un Menaje de Casa? Cuántos para adquirir propiedades? quiero saber que hay detrás de esa cifras de cubanos que quieren «repatriarse» porque la prensa lo da como personas arrepentidas, críticas del sistema capitalista, como gente que vuelve porque les fue mal…y la verdad es risible, y también triste tanto autoengaño. Creo que cada cubano debe tener sus derechos asegurados, y volver cuantas veces quiera a su Patria, pero no hace falta tanta pleitesía ni darle derechos perdidos como el absurdo de la Libreta de abastecimiento, que ya, de hecho, debían dar pasos para eliminarla.

      • Qué gracioso, mi hermana. Leí todo lo que escribiste sin saber que eras tú y cuando voy a escribir diciendo que es exactamente lo que pienso entonces busco el nombre de quien escribe y me doy cuenta.

    11. Trabaje con camioneros, y ademas de soy exiliado cubano por tanto conozco de lo que hablas. Disfrute mucho la lectura y te deseo que encuentres donde sea la felicidad. Como bien afirmas, uno esta en el total derecho de decidir que hacer con su vida, procurando siempre no perjudicar a los demas. Me identifico totalmente contigo y cada cual responde segun las circunstancias personales. Exitos.

    12. Muy buen artículo. Me ha hecho pensar. Me gustaría volver a Cuba aunque sea a visitar, pero no lo haré hasta que haya libertad de prensa, económica, y política.

    13. bueno,un hombre nuevo fustrado.De todas formas,esta bien para el hombre comun americano,esta persiguiendo la felicidad.Como hombre nuevo,un fracaso.En fin,otro ejemplo de que hace el comunismo con las personas…..

    14. realmente has logrado mezclar lo sencillo y lo complejo, lo bello de la vida con la realidad cruda y dura. en mi opinión que soy un asiduo a la lectura y que de hecho pocas me llevan a la reflexión, repito en mi opinión es una obra de arte, has escrito en bella forma lo que todos quisieramos escribir o decir y no sabemos como, el que es cubano y no lo entiende es pq no le da su gana, y el tema no es ser repatriado o no, es vivir y hacer con tu vida lo que tu crees y donde tu quieras, y ningun sistema o persona te quieran imponer ya sea de este lugar o de otro, me llamas repatriado y a mi que me importa como me llames tu o el otro, mi libertad esta en mi mente y mis principios son mios no responden a nadie, solo mi dios puede juzgarme mas nadie.

      • Ser feliz, eso es lo más importante. Cada cual cómo y dónde lo prefiera. La ideología y la política no funcionan para los pobres, sólo para los ricos.

    15. Eduardo,
      Veo que hace mas de un ano que no adiciona comentarios pero me pica la curiosidad desde que lei este articulo ayer. A mas de un ano de haberse escrito este articulo como es que la vida ha transcurrido en Cuba para usted? No tengo ningun interez politico en la pregunta solo saber si su perspectiva a cambiado o no.

      Si la autora mantiene contacto con el entrevistado, seria interesante un follow-up aqui.
      Disculpen las faltas de ortografia!

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