Boric ganó y los cubanos y las cubanas, como ocurre cuando hay elecciones en la región, nos mantenemos expectantes, hacemos nuestros análisis y pronósticos, damos nuestra opinión y, lo que más nos cuesta, aprendemos la complejidad y las verdades a media de la democracia.

El exilio es quizás el más duro. Nos exige todo el tiempo que dejemos de mirar para tal sitio y nos concentremos en nuestro dilema que, a fin de cuentas, es nuestro y lo debemos resolver nosotros. ¿Por qué deberíamos atender a las elecciones de otros países de la región con tanto que hay que hacer en el nuestro? Pues para eso mismo; para tomar experiencias de otros países en transiciones democráticas.

No faltan entre nosotros los que dan lecciones sobre lo que no tenemos, y son los más entendidos en democracia, participación, elecciones y pluripartidismo. Son especialistas en pronosticar y advertirle a los demás lo que ocurrirá en sus países si votan por el partido o candidato tal, como si el resto de los pueblos estuvieran despojados de agencias propias y solo nosotros fuéramos los premiados con el llamado sentido común. Lo peor que tenemos los cubanos es que nos creemos la última Bucanero del Caribe.

Yo no sé qué camino tome Chile a partir de ahora. Tampoco sé si Boric es la solución. Tengo la humildad para admitir que desconozco el conflicto chileno y que mis conocimientos en política pueden ser muy limitados. Todo lo he aprendido a golpe de decepción, de experimentar ese sentimiento lispectoriano de «no pertenecer», de no sentirme acogida en ningún proyecto de país, porque muchos de estos dejan fuera otras intersecciones de mi cuerpo que es, al fin y al cabo, la única patria que conozco, el territorio que defiendo por encima de todo.

Si fuera chilena o residente en Chile habría votado por Boric sin lugar a dudas. Para decirlo de la manera más torpe, simpatizo con Boric porque no simpatizo con Kast. Es decir, con nada que rezuma neofascismo, pinochetismo, colonialismo, ultraderecha. Nada que ponga otras demandas de mi cuerpo en un segundo o tercer escalón de prioridades o que de plano las anule, tal cual lo ha hecho el Estado cubano. Simpatizo con Boric porque cuando miro lo más rancio de la derecha, a esos salvadores blancos en los cuales algunos cubanos ven la libertad —Vox, Monasterio, Abascal, franquistas, el Partido Popular español, Trump, Bolsonaro, sus ansias de recolonizar las zonas deshumanizadas, de controlar los cuerpos y las sexualidades, y esa añoranza de barracón y de ingenios— entiendo que ahí no puedo estar, así como también entiendo que quienes simpatizan con ellos lo hacen porque no ven amenazados sus privilegios y derechos más elementales.

Comprendo el terror cubano al «comunismo»; un terror tal que a cualquier cosa que no cumpla las expectativas o esté en línea con las ideas políticas de algunos se le llama «comunismo». Lo que no entiendo es ese falso dilema nuestro que a menudo lleva a huir de un autoritarismo para refugiarse en otro, que deja solo dos opciones, las más extremistas siempre.

No siempre es mejor un mal conocido que un bueno por conocer. No sabemos a ciencia ciertas qué giro dará Chile con Boric. Todo lo que se puede decir son especulaciones y prejuicios valorados según el sufrimiento nuestro, que no tiene por qué ser centro ni medidor en este caso. En cambio, sí sabemos perfectamente qué iba a pasar en Chile con Kast.

Prefiero arriesgarme por quienes hablan un nuevo lenguaje, fresco, a expensas de que más tarde, como todo proceso revolucionario, caiga en estatismo, posiciones conservadoras o se convierta en lo que un día derrocó. Quien ha resistido la soledad o la desafección política no cree en políticos ni salvadores. A Boric lo criticaré si solapa los autoritarismos y dictaduras latinoamericanas de izquierda, y estaré pendiente de su programa de gobierno. Pero no me pidan que simpatice con partidos de extrema derecha por el simple hecho de que se opongan al Estado cubano y lo reconozcan como dictadura, cuando esos mismos partidos no muestran simpatía por personas como yo ni por otras también marginalizadas por el Estado cubano.

Escribo desde el cuerpo que habito y no puedo hacerlo desde otro sitio por más que quiera. Como mujer transgénero negra jamás podría decidirme por partidos y políticos que desearían exterminarme de diferentes formas: anular mis derechos, volverme a meter en closets, mantenerme en la zona de las «vidas invivibles» de las que habla Judith Butler.

No es un secreto que los partidos de extrema derecha son abiertamente racistas, xenófobos, antiinmigrantes, antifeministas, anticientíficos, LGBTIfóbicos, y es una pena que después de que hayamos vivido el eterno drama cubano de cruzar el Estrecho de la Florida, de huir a otros lugares del mundo, de experimentar la represión y la criminalización del disenso político, la precariedad, el racismo estructural, las UMAPs, lleguemos a otros países y nos aliemos con partidos que sostienen todo lo anterior, que con el cuento del sentido común, esa racionalidad tan euroccidental, quieren destruir el Estado de bienestar, las ayudas públicas, cualquier cosa que les huela a «comunismo» o justicia social, y no son capaces de inventar una alternativa mejor.

Yo creo que los cubanos no huimos de Castro ni del comunismo ni del hambre. Huimos de la baja autoestima que nos persigue desde tiempos inmemoriales y que nos cuesta asumir, pero que en muchos casos levantamos a costa de aplastar a alguien más y sacar todo lo miserable que podemos ser. Vox y el Partido Popular han querido derogar leyes antidiscriminación y la Ley Trans en España. No puedo sentirme complacida. Sin embargo, para algunos debería hasta aplaudir porque son los partidos que rechazan y reconocen la represión política en Cuba. En resumidas cuentas, otros que son un peligro para la democracia.

No van a anularme poniendo ejemplos de pares míos adeptos a esas ideologías. Vox exhibe a su trans y a su negro como payasos de feria justamente para anular los discursos críticos. Ser trans o ser negro por sí mismo no implica una conciencia de lo que significa serlo en un mundo eurocéntrico y cis-hetero-patriarcal. Se tiene que haber realizado un trabajo muy profundo y hacer añicos, o al menos estar en proceso, «las herramientas del amo».(1)

Porque rechace y me oponga al estado de las cosas en Cuba no voy a irme a los brazos de ningún extremo político. Girando hacia allí no se va muy lejos de donde estamos. Podemos intentar lo que dice Paul Preciado: «Inventar […] una nueva imaginación política capaz de confrontar la lógica de la guerra, la razón heterocolonial y la hegemonía del mercado como lugar de producción del valor y de la verdad».

Algunas zonas de la oposición cubana, por el desgaste o por lo que fuere, carecen de imaginación y creatividad; son empecinadas y no han sabido construir alianzas ni hacerse del todo de un lenguaje nuevo. No han sabido siquiera ganarse otros cuerpos en pugna con el oficialismo, porque para ellas también son cuerpos e identidades desechables. Diseñan proyectos de país, movimientos y plataformas que hablan de pluralidad, y es la pluralidad que se sustenta en la idea de que todas las opiniones son válidas y respetables y que está bien sentar en una misma mesa posiciones irreconciliables para que lleguen a acuerdos en nombre del bien común, es decir, aquello que es comúnmente bien para los mismos de siempre, cuando todos sabemos que en esos acuerdos no son ellos los que más tienen que sacrificar.

Ponen, por ejemplo, al activismo por los derechos de la disidencia sexual y de género a dialogar con el fundamentalismo religioso que les quiere coartar esos derechos. Pregonan sobre la libertad, la democracia, tumbar la dictadura… Y yo no sé qué es todo eso, porque quienes lo piden con mayor ímpetu tampoco saben. Al final, volvemos a lo que conocemos desde hace más de 70 años: autoritarismo, y esa baja autoestima nacional que nos hace dependientes de Estados Unidos o de Europa, como quien por dependiente emocional mantiene una relación con alguien a quien en realidad no le importa, y no se da cuenta. Esa fascinación por el Norte y esa desconexión con los procesos del Sur global, con las personas más empobrecidas y marginalizadas, como quien se la pasa todo el tiempo avergonzado del lugar de origen porque se cree algo diferente.

¿Para qué se preocupan tanto por las personas negras, por los presos políticos negros? ¿Para qué hacen mención al color de la piel si tampoco tienen mucho interés en que ese deje de ser el color de las cárceles y de las víctimas de la represión policial? ¿Para qué hacen el paripé de preocuparse por los barrios cubanos marginalizados y las personas empobrecidas si el modelo económico neoliberal por el que lloran tampoco los va a mover de esas zonas?

¿Por qué denuncian la falta de garantías legales de mujeres y víctimas de violencia de género si los partidos que muchos aman no reconocen la violencia de género y son profundamente antifeministas? ¿Por qué se rasgan los vestidos cuando a una mujer trans el oficialismo o los cuerpos represivos no le respetan su identidad de género, si los partidos por los que babean quieren eso también?

Los conservadores anticastristas no quieren que personas de la disidencia sexual nos nombremos, porque nombrarnos implica señalar cómo, por situaciones que nada tienen que ver con nuestras capacidades, se nos hace más difícil el acceso a lo que llaman una vida digna; situaciones desventajosas a las cuales dan la espalda, y de las cuales en la mayoría de los casos son también responsables. Pero en cuanto el Estado violenta a una mujer trans, la nombran en el titular. Matan o violentan a un negro y son muy rápidos en denunciar al castrismo, y la verdad es que a muchos ni les importan los negros, ni las cárceles, ni reconocen su profundo racismo y dan por terminado un conflicto persistente por más de 500 años diciendo que ya todos somos iguales, que existe una sola raza: la humana, y cuanto mensaje de paz y amor se les ocurra para frustrar un debate más serio y profundo.

El problema del racismo no es un problema del comunismo o del castrismo. Es estructural en cualquier sistema político-económico, en cualquier Estado nación. A muchos no les interesan las dictaduras más viejas, la del patriarcado, el colonialismo, el racismo, pero ya aprendieron a escribir patriarcado, colonialismo y racismo cuando se trata de un oponente político. ¿Qué hubiera pasado si el agresor sexual Fernando Bécquer fuera blanco y disidente? ¿Qué hubiera pasado si en lugar de Bécquer las denuncias de agresión sexual hubiesen sido a un opositor, un director de un medio independiente o un importante politólogo anticastrista? ¿Por qué entonces se le critica al castrismo lo que en democracia tampoco van a ser capaces de resolver ya que no les importan ni son prioridad las luchas de género, raza, clase y otras intersecciones?

Como leí ayer tras el triunfo de Boric, la derecha tendrá que adaptarse a que la justicia social va sí o sí, así como la izquierda tiene que aceptar que seguirá viviendo en capitalismo.

Muchos me dirán enseguida que no son todos. Claro está. O me asegurarán que en realidad no son tantos los cubanos que añoran el regreso de tiempos coloniales, batistianos, franquistas o cualquier otra cosa contradictoria con lo que exigen: democracia, libertad, derechos humanos, respeto por todas las vidas. Yo, a estas alturas, no estoy tan convencida.

Luego están los que no abogan por estos partidos ni extremismos políticos, pero critican cuando alguien habla de ellos. Es darles visibilidad, dicen, y que podemos concentrar energías en otras cosas. La maldita circunstancia del autoritarismo por todas partes. El problema es que siempre hay algo que es más importante. El resto, para después, y hay, en resumidas cuentas, todo un país que ha quedado para después. Donde ellos ven que se les da visibilidad, yo veo contradiscursos.

El fascismo y todas las formas de discriminación se combaten. Y hay que decirlo: no ganaron Boric y Chile solamente. Cuando se derrota al fascismo en cualquiera de sus formas, ganamos todos los que habitamos el planeta tierra, los que hemos sido sistemáticamente desplazados de la categoría «humano», y hasta los humanos de siempre.

Notas:

(1) Audre Lorde, «Las herramientas del amo no desmontan la casa del amo». Conferencia (1987)

24 Comentarios

  1. Excelente «descarga» al típico cubaneo político que mayormente mira desde su sofa en USA o Europa y no ve más allá del mall de la esquina. Gracias.

  2. Excelente reflexión. Vivo en España hace 20 años. Voto al PSOE, pq me parece que une una cierta preocupación por los derechos sociales y humanos de todas las personas (imperfecta, incompleta y demás), pero preocupación al fin y al cabo, con un comprensible realismo sobre los mecanismos de mercado. Tengo amistades, e incluso amigos cercanos, que votan a la derecha y me lo justifican con sus posturas hacia Cuba. Pero a mí no me cabe en la cabeza que personas pertenecientes a minorías sociales (o no tan minorías, incluso) voten a partidos que, si pudieran, las borraban de la faz de la tierra. Soy blanquita, nieta de españoles, heterosexual y felizmente casada con un tipo genial hace 22 años, pero me preocupan los derechos de las demás personas. Y como creo que todos los seres humanos merecemos un lugar digno bajo el sol, independientemente del lugar de nacimiento, la riqueza, los estudios, el color de la piel, la orientación o identidad sexual, o lo que sea, simplemente NO puedo votar por la derecha y menos por una tan carca, meapilas y antidemocrática como la española o como la chilena. El problema es el voto aspiracional, hay gente tan acomplejada que necesita sentirse superior y piensan que ellos estarán en la cúpula de quienes no serán explotados y maltratados. Que estarán entre los ganadores del sistema. Sin saber que para esos sectores ellos son escoria, utilizable y manejable, pero escoria al fin y al cabo. Perdón por la trova, pero es que este artículo me ha parecido muy lúcido. Un abrazo desde Madrid.

    • Yo soy española. Voto a la derecha. Si nos conociéramos verías que la única diferencia entre tu y yo es que NO califico las opciones políticas con apelativos insultantes.

      En Cuba tal vez esa será la manera de arrinconar a la oposición, pero en una democracia la oposición tiene derecho a defender las ideas de sus votantes, a excepción, por supuesto de aquellas que vayan cotra los derechos humanos.

      … Mucho me temo que tu has entrado en un país modelo de democracia como es Chile, pero la democracia no ha entrado en ti.

  3. Monasterio es blanca? Parece mora. Importa que sea blanca? No hay blancos en la Izquierda? Era Castro I blanco? Y Castro Ii? No sé, porque se ve más judío.

  4. La campaña de Boric dice quién es Boric. Había que estar aquí en Chile, seguir el proceso, de cómo fue ganando adeptos. Su discurso nada nuevo, todo lo contrario, manido, me recordó a Hassan ¿ Lo recuerdan?
    Los medios no tuvieron interés en el debate de las propuestas de cada candidato. Fueron supérfluos.
    Triste muy triste el periodismo que se hizo, y que ayudó a que la imagen de Boric volara, volara y volara como pichón de paloma rebelde, gallardo, enérgico, radiante, Y MUY CAMBIANTE…
    Y él sabiéndose apoyado por los medios pues pudo mirar todo el tiempo al lente de la cámara sin titubear y repetir, repetir, repetir, repetir EL PUEBLO SE CANSÓ, EL PUEBLO QUIERE CAMBIOS, Y SE LOS VAMOS A DAR, VAMOS A DESAPARECER LA AFP, VAMOS A QUITAR LA ISAPRE, VAMOS BLA BLA BLA
    Mel Herrera
    ¿ Te leíste el programa de Boric y el programa de Kast?
    ¿ Tienes experiencias en Chile de vivir el día a día de los jóvenes ya sea los que van a una universidad privada o pública? ¿cómo viven?
    ¿ Conoces los programas de beneficio que se entregan a la clase pobre?
    ¿ Conoces cómo fue el estallido social del 18 de octubre aquí en Chile? ¿ Y qué le siguió a ese estallido? ¿ Y quiénes son los que hoy redactan la nueva Constitución de Chile?
    https://elpais.com/internacional/2019/10/25/actualidad/1572026903_812256.html
    No me gusta Piñera, ni me entiendo con el pinochetismo, ni con los Trump ni con etc.
    Pero cuidado con los medios privados que apañan, cuidado con esos candidatos que no han vivido en carne propia el disfrute del sudor al trabajar, el disfrute de sentarse a la mesa y de comer gracias a lo que has trabajado.
    Boric aún no se ha titulado, pero puede hacerlo cuando quiera, ¿ por qué no lo ha hecho? ¿ No puede pagar sus estudios? ¿ Es que su deber ideológico como líder, sus convicciones revolucionarias se lo han impedido? ¿Acaso está divorciado el estudio de la política? Hay muchas preguntas que hacerse, muchas, Mel.
    Ricardo Lagos, expresidente chileno de izquierda que apoyó a Boric y manifestó que votaría por él, reconoció, en una entrevista realizada recientemente en el diario El País, que Kast no es fascista, que ha sido una caricatura creada, y que hacer una caricatura de esta índole era antidemocrático https://elpais.com/internacional/2021-12-15/ricardo-lagos-las-posiciones-radicales-de-la-extrema-izquierda-le-han-hecho-la-campana-a-kast.html

    Mel, puedo entender que escribes desde el dolor.
    Siempre que leo a alguien que escribe desde su dolor, recuerdo a José Martí en uno de sus versos libres » Jamás se escriba en horas de dolor» yo diría cuidado con publicar textos en horas de dolor.
    Al escribir y publicar debemos ser conscientes de lo tanto que nuestro texto puede o no horadar la vida de otros, creándoles a veces hasta obstáculos nada ligeros de cargar.
    Más cuando esos otros son emigrantes, más cuando esos otros son cubanos, y sufren las mismas tristezas – que una- de estar rodando por tierras extranjeras.
    Imagina Michelle Bachelet apoya a Boric, se encuentra con Boric, vota por Boric, y como Alta Comisionada de los Derechos Humanos no hace nada ante las violaciones de los Derechos Humanos hoy en Cuba ¿ Por qué esta posición?
    Mira aquí lo que le pasó a uno de los pocos (ísimos) periodistas que hicieron su pega en Chile durante este proceso.
    https://youtu.be/PRWsujxBfwU
    ¿ A quién te recuerda Mel?
    La gente busca y lee noticias ¿ qué noticias se posicionan?
    Más efectivo esto, puedes esperar apoyo a un candidato de izquierda de los medios archiconocidos como izquierdistas pero no de los demás. Entonces lo primero que te dices, si esta gente que son de derecha lo dicen…
    Al final ganó Boric
    https://www.servelelecciones.cl/
    Es decir de 15 millones y tanto que podían votar solo ejercieron su voto
    7 millones 115 mil 590
    casi la mitad
    y en esa mitad fue donde Boric sacó 55, 86%
    Por supuesto, literalmente él fue el ganador.
    Desde la derrota de Pinochet en 1988 los gobiernos han sido generalmente de izquierda.
    El odio hacia los pinochetistas ha sido asidero para violencia y más violencia
    Desde la derrota de Pinochet en 1988 los gobiernos han sido generalmente de izquierda.
    El odio hacia los pinochetistas ha sido asidero para violencia y más violencia
    https://youtu.be/qpT_z83eFPQ
    En el cierre de campaña de Boric la cantante chilena Camila lo hizo con esto
    https://youtu.be/hAN0jYuOfLk
    Qué se muera Kast y Piñera
    vamos a quemar el Reino

    Realmente no me gusta este otro tipo de violencia que generó lo siguiente un grafifitis gigante en la plaza Baquedano el rosto de Kast con un tiro en la frente.
    Otra fue la de la siembra en la plaza Baquedano, esta siguiente
    https://www.adnradio.cl/nacional/2021/12/17/duro-menos-de-un-dia-manifestantes-retiraron-pasto-que-colocaron-adherentes-de-kast-en-plaza-baquedano.html
    Te das cuenta querida Mel? No es tan simple y a la vez lo es
    Todo está manejado por el poder, y la construcción de símbolos que hace muchos muchos años han sido utilizados por los medios como cárceles a favor del poder, una vez que encierras a un ser humano en un símbolo es difícil imaginártelo de otra forma.
    Vale en la Literatura en la vida no

  5. Poco serio este artículo, otra caricatura más!!! Parece ser que los cubanos saben de todo!!! Ya sea de boxeo, con un ruso curda.. o de elecciones en países donde no viven!!!
    En Chile no se elegía si Fascismo o no!!!

  6. Me imagino que muchos votaron en Chile como yo que voté por Biden solo para que no ganara la basura ultaderechista, fascista, racista, mentiroso, misógino, traidor a la Constitución y golpista que es Trump.

  7. Lo primero, si vas a hablar de política, es saber, conocer, profundizar e ir a la esencia de las cosas. Aprender de economía política es clave si se desea hurgar en propuestas políticas. Saber, por ejemplo, que mientras más Estado menos libertad. Que el Estado no produce riquezas sino burocracia. Que ni el dinero ni el mercado tienen ideologías. Tienes mucha confusión y desorden en tus ideas.

  8. Tu texto tiene poder literario y eso es muestra de algún dominio sintáctico frente a un teclado. Ese poder siempre te permitirá esos detenidos momentos de introspección. Como análisis personal que es, con sus dosis al 120% de subjetividad, deja de ser interesante desde el momento en el cual evadís realidades políticas concretas que quizás no comprendés aun (realidades chilenas). Noto que ustedes los cubanos hacen comparaciones todo el tiempo para poder entender su propia realidad, esa que sigue siendo ininteligible para la mayoría. Para los cubanos puede estar bien las comparaciones, en aras siempre de referentes políticos; pero ¿de qué le sirve tu escrito a una mujer trans negra chilena, por ejemplo? Una mujer trans negra chilena sí conoce su realidad política (o por lo menos vive con ella) y quizás no esté totalmente de acuerdo con vos, que sos una mujer trans negra, pero cubana. Realidades distintas, sin lugar a dudas.
    Leo tu fuerza, tu dolor, tu sensibilidad, tu frustración y hasta un poco de autovictimismo (quizás es parte de la labor periodística a la que te dedicás -todos respondemos a políticas de diferentes naturalezas- si es que sos periodista o cronista…); pero no leo más. No logro leer más que eso. Mi tema es que en textos sobre política deben haber basamentos concretos, para que el resto pueda leerlos y entender mejor tu posisión. Querida, demasiada subjetividad también ahoga.
    Sinto mucho la triste realidad de Cuba. Hasta puedo sentir tu impotencia. Pero ¿qué sienten les propies chilenes?

  9. …y dice el autor probablemente desde un país al que ha tenido que largarse para poder escribir su articulo debido a personas como Boric. Los Latinoamericanos no aprendemos, ahora los extremistas son los de Miami por ver el peligro que se le viene a los chilenos y que «caerá con esa fuerza mas sobre nuestros pueblos de américa » como ya cayo sobre los venezonalos. Como dijo un vez Bolivar al que tildaron de senil,como tildaron de pequeno burges a nuestro Marti por escribir contra Marx y sus resentidos, » es arar en el mar, en américa solo vale emigrar». Tal parece que los perfectamente estúpidos latinoamericanos estamos destinados a ser eternas fuentes de commodities, mano de obra barata, tetas y culos y paisajes para los que viven en los paises donde al parecer la gente si aprende de sus errores y de los demás , donde pueden coquetear con histéricas AOCs y «quemados» Sanders, pero a la hora de la verdad le dicen «si si Bernie te entendemos pero vete para tu nueva casita (ya van tres) y dejanos esto a nosotros». En cambios nosotros los histericos letrinos nos creemos el cuento de verdad, tal parece que 700 anos de califatos, seguidos de otros siglos de reyes, virreyes y capitanes generales, mesclados con caciques con plumas o sin ellas, reyes y principes africa y condimentados con disnatias Ching o Ming nos han hecho lo que somos, siervos eternos que nos volvemos locos sino tenemos un rey fuerte que nos hable lindo y nos pegue fuerte y donde los juglares necesitan un bota militar o un baculo hasta el colon para que su creatividad se despierte y podamos cantar «Dios Salve al rey»

  10. Todos los cartelitos se les han ido cayendo. Para mantener el poder les meten 20 años a menores de edad y salen a las calles a golpear con palos. La salud publica, un asco. ¿Y que tranquilidad ciudadana puede existir si te arrebatan el celu de las manos o te lo roban en un una guagua, si manejar una moto es jugarse la vida y si los delicuentes se cuelan por las noches en tu vivienda a robar?

  11. La soberbia del Cubano la pueden ver en como opinan en Cubadebate sobre cualquier aspecto de politica internacional. No tienen idea de lo que pasa en el mundo, solo saben lo que les «pinta» Granma y Juventud Rebelde pero eso no es razon para guardar silencio.

    El pais esta en medio de un caos infernal, pero se siguen creyendo ejemplo a seguir y faro del universo conocido.

  12. Miren que bomba solto Frida:

    ..en la capital, no hay antigeno , ni PCR, ni placas, ni ingresos por colapso delos hospitales. Mi hermana 58 años asmática crónica, sintomática sin absolutamente ningún test. Compañera de trabajo de 76 años, cardiópata y con enfermedad pulmonar con antígeno positivo hace mas de 15 días, no se ha confirmado con PCR porque tampoco hay, no hay placas, no ingreso
    Por supuesto colapso de las instituciones hospitalarias. La verdadera contrarrevolución no es el bloqueo, ni San Isidro, ni el estallido social del 11 j, es la mentira sostenida por décadas de funcionarios públicos,dirigentes y medios de comunicación. Una realidad que no terminan de asumir y enfrentar. SOS Cuba.

  13. Muy bueno Anay. Excelente. Es muy fácil confundir la izquierda con la democracia y la derecha con la dictadura.
    Hay dictaduras de todos los colores, desgraciadamente. Las democracias están en el medio de las izquierdas? y las derechas? siempre que haya regulaciones y nadie se apropie del Estado para usufructuarlo a costa de la miseria de los pueblos.
    Es una pena y una muestra desgraciada que a pocos días del nuevo gobierno en Chile se libere a un supuesto preso político, líder de acciones que tienen todo que ver con la delincuencia común. Mmmm…… Qué pasará con la violencia contenida y la violencia organizada…… Esperemos que sea contenida.-

  14. […] El problema del racismo no es un problema del comunismo o del castrismo. Es estructural en cualquier sistema político-económico, en cualquier Estado nación. A muchos no les interesan las dictaduras más viejas, la del patriarcado, el colonialismo, el racismo, pero ya aprendieron a escribir patriarcado, colonialismo y racismo cuando se trata de un oponente político. ¿Qué hubiera pasado si el agresor sexual Fernando Bécquer fuera blanco y disidente? Para seguir leyendo… […]

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