En cierto modo, GSV (Google Street View) / Marinas 2018 pudiera ser el correlato artístico de un ataque selectivo con drones sobre la provincia afgana de Kunduz o sobre la ciudad siria de Alepo. Como la cámara portátil lo ha sido del fusil de asalto (AK-47 o M-1), o el viejo artefacto de fuelle y caperuza negra con que Étienne Carjat fotografió en el siglo XIX a Baudelaire y a Rimbaud lo fue, tardíamente, de los arrogantes cañones napoleónicos.
La nueva serie del fotógrafo Filio Gálvez —quien aprovecha la herramienta Google Street View para capturar estas escenas marinas de ocio y pública intimidad— es un testimonio, y una advertencia mordaz, sobre la progresión geométrica de las mediaciones tecnológicas en los tiempos que corren. Ya ni siquiera es necesario que el fotógrafo esté en el lugar preciso; ya nadie puede escaparse del todo al mar un domingo cualquiera: la playa es también the street según el ojo global de los servicios de mapa online.

Filio Gálvez. GSV (Google Street View) / Marinas 2018.
Estas imágenes pulsan la tensión contemporánea entre seguridad/vigilancia y libertad/privacidad.
¿Cuántos gestos se cruzan aquí? El del fotógrafo, desde luego. Pero también el ademán del curador que selecciona, para re-exponerlos, ciertos fotogramas de una obra preexistente, que sin embargo no es otra cosa que nuestras propias vidas fluyendo en tiempo real por la retina ubicua de la tecnología. La actitud del voyeur y del chismoso de pueblo; la neutral curiosidad de quien ve morsas o pingüinos en un documental o a través del blindaje trasparente de un acuario; el talante del espía solitario y del insulso burócrata de alguna agencia gubernamental; la sombra del Gran Hermano y la amenaza de quien apunta, desde cualquier parte, sobre nosotros, y perpetra un… screen shot.

Filio Gálvez. GSV (Google Street View) / Marinas 2018.
Esto es Miami. Gálvez vive y trabaja aquí desde 2004. No ha querido alejarse para «evitar que se interprete (…) como un medio en que me puedo transportar a lugares donde no estoy, nunca he estado ni estaré». El propósito es, dice, «usar esta realidad alterna, pre-documentada por Google» como «contenedor» de su enfoque. Se manifiesta así la doble ética del fotógrafo-artista: disparar sobre lo inmediato; revelar nuevas dimensiones, insinuar otros mundos estéticos. Gálvez convierte la virtualidad instrumental de la tecnología en la virtualidad trascendente del arte.
Asegura que «los screen shots son apropiados tal cuales, e impresos sin ninguna alteración. La única posibilidad de decisión es el encuadre (360 grados de movimiento horizontal y 290 grados de movimiento vertical): la composición como único medio de expresión visual. Este es el aspecto que conecta mi operación con la práctica fotográfica tradicional». Y recuerda: estas «marinas» remiten —irónicamente o no— a la historia canónica del arte.
«El acto fotográfico está experimentando un replanteamiento general en su concepto, importancia y aplicación. Esta situación es la que me lleva cuestionar la naturaleza y las fronteras de la fotografía mediante esta serie», sostiene Gálvez, autor de otras series híbridas, mutantes como GIS (Google Image Search) / Estudios del 2016 y GIS / Window Blinds del 2017.
(Imágenes cortesía de Filio Gálvez).