—¿Es verdad lo que dice ahí, que los objetos en el espejo están más cerca de lo que parece?
—Seguro. Aquí todo está más cerca o más lejos de lo que parece.
Larry J. González y yo
Yo pensaba que la novela más corta que me había leído era Pedro Páramo, sobre la muerte, el amor o la canícula; pero ya no, ahora es LT, de Larry J. González, que no se ha presentado en ningún lado y que dice la editorial que es poesía. También dice que todos los derechos están reservados, y que bajo las sanciones que establece la ley, queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita del autor o de la editorial, la reproducción total o parcial de esta obra.
Se trata de un sello predeterminado que ostentan todos los libros impresos en los talleres de Amazon. El sello de nuestros tiempos. No hemos hablado de Amazon, Larry J. González y yo, pero sé que hay temas fáciles de ignorar, como el tema Amazon; no así lo que le pasó recientemente a Larry J. González: iba Larry J. González caminando por la acera y, de pronto, frente a la disyuntiva de doblar izquierda o derecha, sin que cada una de las dos fuera una posibilidad y habiendo solo la posibilidad de una senda, no supo Larry J. González qué senda tomar.
En la portada, otro busto. Un busto de machetero bigotudo serafín, oh Susana, ¿qué estoy haciendo aquí? Yo Susana, que estoy pariendo aquí, no vine aquí a buscar nada aquí, sino que caí como una flecha aquí y me han enterrado aquí sin conciencia y sin berbiquí: una forma de asesinamí.
Desde que a Álvar Núñez Cabeza de Vaca le pasó lo que le pasó, a todo navegante-desafiante-delincuent, ya sea por aire, por tierra o por mar, le pasa lo mismo: fracasa antes de llegar y las flores que ve en el litoral son paquetes rainbow de gomitas de azúcar o paquetes de chocolate con maní y dulce de leche. Álvar Núñez Cabeza de Vaca es la tradición y Larry J. González es la negación.
Ya en el 2018, cuando Larry J. González se apareció en Galería Servando con aquel show Melodrama (Miley también es patria) escarbaba con un palito en el fango o con un cablecito en el agua de jabón, la misma idea desafiante que construye en LT: desdén por el fracaso, desdén por la ruina y desdén por la historia de Cuba o La Florida.
Yo Susana qué estoy haciendo aquí, creo erróneamente entender a Larry J. González y hasta a Álvar Núñez Cabeza de Vaca (que tenía sus propias ilusiones y un nivel de vida diferente), delincuentes infraganti y buscadores de qué oro dorado falso y conquistadores de qué territorio pantanoso falso y colonialistas de qué color.
Ya en el 2018, cuando Larry J. González subvirtió la historia y la retórica, yo traté de unirme a esa subversión. Estaba recién parida, conste, llena de hormonas hasta las uñas, así que mandé para La Habana, desde el sur de La Florida, y convertida en busto de cerámica por Larry J. González, lo que Larry J. González me pedía: un statement de la lucha por la desigualdad esencial, que es, al final, a todo lo que aspira un escritor.
Cicatrices de la historia: lágrimas de calamares. Ahora yo tengo una cicatriz que ningún héroe tiene. Ni héroe ni hijo de héroe. Ni busto ni hijo de busto. Yo lo siento por ti pero la mía es suprema. La mía tiene el poliéster por dentro. El poliéster no, la grapa. Cicatriz reproductora. Y cuando digo yo, ¿a quién se imagina tu corazón?
¿Qué hubiera dicho Calixto García si le toco la puerta y le pregunto: pudiera usted, papá Calixto, ser mi donante? ¿Qué hubiera dicho si le pregunto: pudiera usted, señor García, ser mi transfusión? A mí me alcanza con una gota. Yo salgo preñá como quiera.
Plaza sitiada o galería, contexto vacío o libro de texto, muestra de semen o módulo popular. En las libretas de antaño lo más importante era la fórmula. Para llegar a la fórmula había que pasar por un razonamiento. Cicatrices lógicas. Amparo. Tenue. En miniatura Calixto jura: tenue. Y cuando digo tenue, ¿es verdaderamente tenue?
Los calamares son sagitarios. Miley es sagitario. La muerte de Calixto García, el 11 de diciembre de 1898, es sagitario. No hubo ascendente ni descendente porque hubo muerte, hubo dejar de ser. Sin sílabas, Calixto, se queda Ca. Cacacá. Y cuando digo Miley, ¿a quién se imagina tu corazón?
Madre vieja no entiende que busto puede sin ella. Patria vieja no entiende que busto puede sin ella. Longevidad. Longer. Lana de oveja. La oveja esa. Patria se llama Esther. Busto se llama Grapa. El teatro, en patria vieja, no representa nada. A los mambises no hay que (besarlos).
Se trata, de nuevo, de un recurso de retórica mambisa, como lo es la portada de Edel Rodríguez (Mola), con ese tipo rosado ahí, enriquecido por unos pectorales a base de proteína y gimnasio, abastecido por un machete rosado, afilado, que representa eso: algo rosado, afilado y rectilíneo, algo de bronce. El miembro.
Por lo que queda demostrado que LT significa: Litoral de Tampa. Álvar Nuñez Cabeza de Vaca señala flores en el litoral de Tampa. Larry J. González señala flores en el Litoral de Tampa. Anthony Grajales, El General, señala flores en la manigua, alias LT o Litoral de Tampa. Que nadie se confunda: El General escucha la advertencia sobre la naturaleza escurridiza de un dingo, pero no imagina que exactamente ese tipo de naturaleza es la que rodea el perímetro de la alegría.
Y mucho antes, Larry J. González construye un cuerpo de indio cubano caribeño de Yateras con fisonomía de perro dingo australiano. Esto es: extremidades musculosas y largas, complexión fuerte, cabeza esbelta, oídos aguzados, ojos rasgados o achinados (en todo caso salvajes, mezcla de animal y gente) y lengua afuera. La lengua y la textura.
Porque, al final, desde La novela inconclusa de Bob Kippenberger y Osos hasta Me fui a sembrar tomates donde los agrestes ofrecían semillas de ophrys fusca y LT, Larry J. González no ofrece semillas de Ophrys fusca sino la estética de un Ophrys fusca textual, que es un germen bipolar de la nación (delicado-vigoroso) en diálogo perenne con la tradición (histórica, nacional, literaria o del arte), avasallándola y subyugándola, sin pudor y con dolor.
No por gusto las susodichas semillas pertenecen a una flor (siempre una flor) de la familia de las guerreras. El miembro, una flor. El desapego, una flor. Una estética masculina de gimnasio, donde hasta Derek Walcott exhibe sus pectorales y Larry J. González los mira sin tocarlos, sin meterles mano, porque lo de él es dejar constancia. Derek Walcott: mambí.
Y mucho antes, convertido en seminole gracias al lenguaje, indio seminole en Coral Gables, se la deja tocar, de nuevo, por Álvar Núñez Cabeza de Vaca, porque Álvar Nuñez Cabeza de Vaca no es alguien que escatime en tocar, y Larry J. González no es alguien que escatime en dejarse tocar, mucho menos aterriza(n)do en territorio Miami, este mapa que yo también he mirado, a veces con placer y a veces con horror.
Esas visiones o escenas aparecidas en LT como carteles lumínicos de neón, entre lo trash de Miami y lo rupestre de La Manigua, entre la atmósfera Laundry y la atmósfera Baraguá, señalan flores en la literatura cubana. (La tristeza descomunal que me esperaba en Miami era solo comparable con un tijeretazo: parálisis facial donde nace el cachete derecho, tic que se pega muy fácilmente.) Y cuando digo flores, ¿tú de verdad te imaginas flores?
A continuación, presentamos diez especulaciones sobre lo que, conociendo al viajero por la maleta y al pájaro por la cagada, pudiera significar LT:
Loto Tatuado
Lame mi Tórax
Luciérnaga Tediosa
Labrar la Tierra
Lanza la Tranca
Leche del Toa
Locura Tóxica
Luz tiquismiquis
Lento me Toco
Lee Teoría
Pero, considerando lo argumentado, LT solo podría ser, venido a más, y heredero de una tradición dañina de la enseñanza, Libro de Texto. Tu Libro de Texto favorito.
Belleza.