La semana pasada fue noticia el suicidio del preso político Yosandri Mulet Almarales, de 37 años, condenado a diez años de privación de libertad por tomar parte en las protestas ciudadanas de julio de 2021 en el barrio de La Güinera, en La Habana.
El Foro Penal Venezolano pudo verificar, entre el 29 de julio y la mañana del 18 de agosto, un total de mil 503 arrestos en los 24 estados del país, la mayoría provenientes de barrios de Caracas y de Carabobo, donde vive Kennedy. Este registro permite precisar que, entre esa masa levada que no para de crecer, hay 129 adolescentes, 14 indígenas, 18 personas con discapacidad y 200 mujeres.
«Intento convencerme a mí mismo de todo esto para encontrar paz en este duelo que estamos viviendo, pero que es parte del proceso hacia la resolución de lo que ya no tiene nombre».
Es preferible vivir en una celda inhabitable, enfrentando torturas, que con los pensamientos encadenados por la injusticia.Carta de Duannis Dabel a su madre Yenisey Taboada;...
Este 20 de enero ocurrirá el cambio de administración entre Joe Biden y Donald Trump. El relevo presidencial —que hasta hace poco se había producido sin dramatismos cada cuatro años— esta vez se distanciará con toda seguridad del caos que presenciamos en 2021.
Más allá del alboroto mediático a corto plazo, y las consabidas condenas por parte de quienes promulgan una línea dura contra el régimen cubano, el impacto de estas decisiones será ínfimo y muy posiblemente breve.
El castrismo descubrió la «diplomacia de los cuerpos» cuando entendió que los presos podían funcionar como marcadores de valor para realizar transacciones. En otras palabras, contaba con una especie de moneda para negociar en momentos difíciles, solo que el valor del cambio no estaba asignado aquí a «objetos», sino a «sujetos».