Silvia Corbelle (1984) estudió Odontología en Cuba y en Estados Unidos. Actualmente ejerce como estomatóloga en Miami. En Instagram es «blu3b33tl3» («El Escarabajo Azul»), y como el superhéroe de DC Comics tiene una doble vida. Pero no va a salvarnos de nada, porque es artista.
Hace estas fotografías «en movimiento», que son flechas disparadas en sentido oblicuo a la historia del arte. Dispara no para atrapar el instante, sino para iluminar otro tiempo; no para capturar alguna figura contra un fondo exterior, sino para instalar en el mundo una imagen mental muy suya.

Según ella, lo que hace no es más que «puramente estético». Y un breve statement artístico reconoce que «muchas de sus imágenes se asemejan a pinturas».


De manera que estas visiones —digitalizadas— derivan hacia el expresionismo figurativo y, más allá, hacia los bordes —como en la última pieza de esta pequeña muestra— de la abstracción (expresionista, incluso lírica).



Creemos que —en el caso de Corbelle— ocurre algo así: al final del proceso, el diminuto escarabajo del arte ha terminado por devorar la realidad fijada en primer lugar.

Por supuesto, se trata de una devoración instantánea, que ya está aconteciendo desde la obturación misma de la foto en movimiento: «que ya de por sí contiene información sugestiva».




Sin embargo, es también un trabajo infinitesimal, denso, minucioso como la mordedura añil de un coleóptero: «añade capas, superpone imágenes, incorpora ruidos, contrastes, capas de colores, crea imágenes dramáticas».
Documentos psíquicos.


Sospechamos que, cada noche, la dentista Silvia Corbelle sueña el mundo y sale a caminar por su propia mente fotografiando todo lo que ve.

(Fotografías autorizadas por Silvia Corbelle Batista).