Si el icónico periódico Patria hubiese sido lanzado 100 años después de su publicación, quizás formaría parte de esta serie fotográfica que el artista Jesús Hdez-Güero publicó en 2009 bajo el título Lecturas difíciles. Se trata de una minuciosa investigación de las publicaciones independientes más emblemáticas y de mayor movimiento en el país durante esos años. Las imágenes muestran una selección de las ediciones impresas de algunos de esos medios en un ambiente de oscuridad y secretismo, símbolo del carácter clandestino en que se vieron obligadas a sobrevivir estas publicaciones, expulsadas del relato legitimado de la historia, luego de que la libre circulación de prensa independiente en la Isla fuera prohibida por el Estado Cubano en 1965.
Ocho años después, nuestra lectura a la obra de Hdez-Güero es diferente. La prensa cubana vive actualmente complejidades de otro tipo. Sometida a debate, incluso desde sus estructuras oficiales, la aparición de medios digitales y las diversas vías por las que se distribuye la información han sorteado los controles del estado de forma, sino antagónica, bien distinta a la de una década atrás. El espacio clandestino al que ha sido sometida la prensa no oficial es cada día más grande y menos oscuro e invisible, gracias a las nuevas luces que atenúan la oscuridad en la que vivió el periodismo cubano por más de 40 años. No obstante, sigue siendo Lecturas Difíciles -como dijera su autor- “un documento de otros documentos, archivos de micro-verdades que permanecen invisibles, pero circulan en nuestra sociedad”.