En Miami se comenta que ya no hay que reunir tanto dinero para pasar una temporada en La Habana. Con 500 dólares cubres una quincena haciendo vida familiar, discreta; moviéndote humilde pero felizmente en el barrio. Es que ya en La Habana se conoce lo suficiente de Miami y no vale la pena especular. Se sabe que el Rolex es falso, rentado o prestado. Y que no es que tu libro se lea en “toda Harvard”, sino que un socio lo incluye en un seminario de idioma español; que nada tiene que ver con las relaciones Cuba-EEUU.

Se liga a esto un proceso un poco más… civilizatorio. Generalmente se sale de Cuba atribuyendo los problemas del país a sus modos socialistas. Y luego, cuando ves los mismos líos repetirse en Miami, o resuelves con el “adhocismo” de que aquí han importado el castrismo, o te das cuenta que no era culpa del socialismo sino de cierta manera cubana de ser. Que no es política, sino identidad. Así que huyes del sur de Florida hacia Boston o Denver y… te persigue. Lo revives, otra vez, concluyendo que a lo mejor algunos malestares tienen que ver más bien con la naturaleza humana que con la cubanidad. Y que quizás por esto Sócrates decía que deseaba reencarnar como perro; y Nietzsche como caballo.

El caso es que hace unos años algunas noticias sobre Cuba se daban en Miami como si fueran endémicas de la isla. A veces se les permitía duplicar, pero con implicaciones magnificadas a rango de “sistema”: el robo de un blúmer demostraba la crisis de la industria textil y un CD con pornografía la decadencia moral del régimen.

Hay algo de inmodestia en ese afán de exclusividad, si consideramos que en este mismo momento los legisladores José Javier Rodríguez (D-Miami) y René García (R-Hialeah) están tratando de sacar adelante en Tallahassee, la capital política del Estado de Florida, un proyecto de ley para controlar el mal trato a los residentes de condominios. Mientras ellos trabajan en la legislatura, en la calle la gente porta carteles que dicen “No al fraude”, “Renuncia de las juntas”, “Levántate vecino”, etc.

Las llamadas “juntas de condominios” salen con irregularidades electorales pues concentran un codiciable poder en el entorno vecinal. Sobre los residentes y también respecto a los dueños de propiedad que permanecen relativamente ajenos a la dinámica.

Entre los legisladores, los manifestantes y los responsables, hay compatriotas cubanos con mucha iniciativa. Hacer fraude mientras se dirige un condominio no obedece necesariamente a una mala condición moral. Detrás de esto puede estar, aunque no siempre, el deseo del emigrante de “echar pa’lante” a toda costa; por encima de quien sea.

Decía que no hay que ser una mala persona para “corromperse” una vez que se tiene potestad para manejar un condominio. Se cae en eso por “gravedad”. Por ejemplo: cada inquilino, como parte de su pago mensual o anual, debe abonar a un fondo para reparación, conservación y embellecimiento. Basta con que se contraten a los plomeros menos experimentados y baratos (conservando el precio en el reporte), o se use pintura “agrandada” con agua u otro disolvente, o se alerten a grúas para remolcar a autos, para que alguien se quede con una parte. Lo mismo ocurre con la jardinería, los elevadores y la seguridad. Miami tiene el record de haber logrado el veneno para insectos más benévolo del mundo.

Además de todo esto los contratos pueden incluir multas por tener la música alta, porque los niños corran por los pasillos, monten patinetas en los parqueos o se acerquen a lagos artificiales. Sin faltar advertencias y cobros por alimentar palomas, poseer perros, gatos u otros animales. La mayoría de los referidos contratos suponen adelantos y depósitos que muchas veces no son devueltos por cláusulas incumplibles e insaciables. Técnicamente, para devolverle el depósito es necesario “dejar el departamento como se le entregó”. Sin embargo, no hay que ser muy listo para conocer que a lo largo de uno, dos, cinco o diez años, inevitablemente algo cambiará en el inmueble.

Las llamadas “ilegalidades urbanas” de las que habla la prensa cubana, también existen en Miami: palomares, balcones convertidos en apartamentos, jaulas con gallinas y conejos dentro de las casas. No es raro: somos los mismos cubanos; en diferente ciudad pero con la misma gente.

En una ocasión, en Tulane University (New Orleans), el salsero Isaac Delgado afirmó categóricamente que los cubanos de la isla y de Miami eran los mismos. Le preguntaron por qué lo decía, y dio una respuesta convincente: “Es que antenoche toqué en La Habana y anoche en Miami Beach, y bailan igual”.

La idea de los legisladores en Florida no es defender las ilegalidades, sino habilitar tratos más lógicos para que las partes se entiendan. Ser propietario y visitar periódicamente las familias para que paguen la renta es también un trabajo muy ingrato. Algunos dicen que “inhumano”. Impracticable. He podido ver el espectáculo de dueños dando la espalda con resignación cuando le sale una joven con dos niños en brazos a pedirle que, por favor, le dé otra oportunidad para pagar antes de desalojarles.

A un conocido profesor de estética de la Universidad de La Habana y del ISA, tristemente ya fallecido, le subía la presión arterial cada vez que tenía que ir al condominio “The Dove” a cobrarles a unos inquilinos. No era lo suyo. Él humano, demasiado humano para ese giro.

Autor: Emilio Ichikawa

12 Comentarios

  1. Asco de «artículo»… El esfuerzo que hace el autor por denigrar a Miami queda en el ridículo… El Estornudo, al parecer, se inscribe en esa misma línea… Ichikawa no engaña a nadie, ya pasó su tiempo. Serí a bueno que se ponga a vender café en la calle 8 o en Alamar…

  2. Yo no sé si el autor del artículo vive en USA o d´ónde, pero la primera emigración a Miami era distinta a a la de los que llegaron últimamente. Todo ese rollo de los condominios se parece mucho a los que se hace en Cuba para timar a cualquiera. Poco a poco Miami se ha ido permeando del «cubaneo» importado del sur. SAles de ahí y, en la medida que vas más al norte, los problemas son menosEl salsero Isaac Delgado toca para el mismo público ordinario y mal educado que disfrutaba de su música en Cubqa. Lo mismo pasa con Gente de Zona y toda la mácula que viene aquí a hacer dinero y luego se regresa a Cuba a darse postín con sus riquezas materiales y gritan Viva la Revolución. Esa es la gente que ha echado a perder a Miami. Son la gente criada por la Revolución, que nacieron bajo ese sistema que los hizo desarrollar ventajismo, la doble moral y el oportunismo a costa de lo que sea. Son incapaces de ver sus propias carencias para enmendarlas e insertarse en una sociedad del primer mundo, al contrario tratan de imponer aquí su manera distorsionada de ver la vida. Hay muchísimos de ellos a los que le aterra salir de Miami, no ya de la Florida. Infelices, teniendo en la mano de poder vivir libres en un país tan poderoso como éste, con tantas oportunidades, siguen rumiando su analfebetismo mental en Hialeah.

  3. El escribidor ha escrito un bodrio mal intencionado y en muchos aspectos falso. Hay ‘cubanos’ y ‘cubanos’. Ha metido a todos los cubanos en el mismo saco, evidenciando su mala leche cocinada por el resentimiento que padece el fracasado ‘filosofo’. Es de esperar…un cerdo es un cerdo es un cerdo. Su enfermedad ha empeorado.

    • Hace un tiempo supe de uncubano recién llegado que fue despedido de una pizzeria porque se robaba parte de los ingredientes que debía poner a la pizza. Me enteré de otro que le dijo al dueño del restaurante que siriviera menos a los clientes que, total, no se iban a dar cuenta y así sacaba másdinero. Eso sin contar los que andan «tarejteando» como se dice, robando cheques de los buzones y hasta el caso de uno que see robaba la gasolina del omtacras del almace´n donde un amigo lo puso a trabajar. No digo que todos, pero sí hay muchos que caen en este tipo de conductas.

  4. Felo
    Te quedaste corto
    Jajajaja hay muchos oficios mas en esta lacra que ha venido en los ultimos años , sin duda el hombre nuevo de La Revolucion

  5. Eso!! como ya dijo alguien: «El Hombre Nuevo» ese hombre nuevo ha ido destruyendo lo otrora bueno y digno de nuestro pais… Cuba es o fue un país que no dependia de recursos naturales(que no tenia) tenia y ya casi no tiene algo que todos los países no tienen: Recurso Humano la calidad del cubano era increible.. increible.. Acá en Chile si baja el precio del cobre todo se trastoca… pq chile depende del Cobre… se me entiende? Entonces, la calidad humana se ha ido perdiendo y hemos ido contagiando los paises a los q escapamos… acá ya se ha escuchado de Cubanos robando hace poco mataron a un compatriota q venia huyendo de guyana según supe y dentro de no poco el gran prestigio de la comunidad cubana en Chile se irá al caño cm en miami… Mi familia en USA me dice: ya los de ahora no son como los de antes solo quieren estar 6 meses alquilar cadenas e ir a Cuba… solo hay q ver sus perfiles en FB mostrando su Iphone 8 o la cadena de perro q afea su cuello…acá cuando llegué me dije: wow como hay maneras de «luchar» acá, pero mis conceptos y mi manera de vivir me lo impiden pero… el cubano llega a otro país y no sabe q lo domina un deseo de supervivencia inoculado durante toda una involución de casi 60 años…ese deseo lo lleva a robar aun cuando le alcanza con lo que tiene, le lleva a querer tener mas para cuando no tenga… en fin… nos han destruido…mi teoria es cierta: lo mejor de Cuba fue heredado y lo destruyeron.

  6. Que triste descripción del ser Cubano, mucho de lo que se comenta es cierto,pero yo en Cuba y en mi pais Chile si conozco a Cubanos generosos cultos dignos de admiración ,agradecidos de su cultura y del país que los acogió.

  7. Es una ridiculez y una enorme falacia comparar o, en el caso de lo que hizo Emilio Ichikawa en este escrito, igualar a Cuba con Miami. Son dos países totalmente distintos con idiosincrasias contrarias. Como mucho de lo que se publica en «El Estornudo», trata de hacer alusión a clichés y estereotipos incorrectos y eso lo sabemos los que vivimos en Miami, siendo de Cuba. Y no, en La Habana no se sabe lo suficiente de Miami. En La Habana ni se sabe lo suficiente de La Habana. Es un pueblo que durante más de 50 años fue bloqueado del mundo externo y que a base de especulaciones y mentiras formula opiniones (que hacen pasar por hechos) sobre cualquier tema, en este caso Miami.

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