Así fue como salió de repente de su escondrijo, 

cambiando hasta cuatro veces la dirección de su marcha.

No sabía en verdad a qué acudir primero.

En esto, llamó la atención, en la pared ya desnuda, 

el retrato de la dama envuelta en pieles.

Franz Kafka, La metamorfosis

Lo primero que se ve es una termita, diminuta, insignificante. Adentro de la termita, un sistema digestivo que no se siente, ni se intuye. La termita asoma la cabeza. Una segunda termita asoma también la cabeza, el segundo sistema digestivo que no se siente, ni se intuye. Una tercera cabeza de termita indica que puede haber más de tres termitas juntas. ¡Un nido, hay un nido de termitas! Para la cuarta y quinta cabezas, de termitas, por supuesto, la metáfora de plaga se convierte en realidad. 

Nada es insignificante, por el contrario: incontrolable. Muy estúpido quien cree que algo es insignificante y no logra calcular lo invisible, la plaga infinita, el sistema digestivo enorme que se comerá a la ciudad entera. La estupidez cuesta cara. La estupidez es un crimen. Pero siendo las termitas de clima subtropical, tropical y hasta templado, nadie sabría intuir lo que le espera: casita, librero y cama, hogar organizado, alfombra, todo ello masticado, triturado y destruido por termita inteligente, la de mediados de año.

A mediados de año, más o menos, las termitas invaden la ciudad. Me refiero a Miami, la ciudad convertida en circense condominio. Invasión no es la palabra, sino que, una vez fuera, se hacen dueñas de algo que han estado tragando. Casas, apartamentos, edificios, oficinas, warehouses, librerías, tiendas, restaurantes, todo ello cubriéndose de anaranjadas carpas, azules, como de circo. ¡Llegó el circo a la ciudad! ¡Ambulante, americano, llegó el circo a la ciudad! 

Desde mayo, junio y julio: carpas a izquierda y derecha, carpas, más carpas y más. Al menos son coloridas todas las carpas de circo con que tapan nuestras casas. Termitas de muchas índoles, de mayores a menores y de unos lados a otros, van llenando sus barrigas y sus bellos intestinos. La glucosa en la madera es tan rica y tan divina que las termitas no quieren dar sus brazos a torcer. Se fumigan nuestras casas para que no haya termitas. Miami bajo una carpa de fumigación intensa. Carpa Miami, circo areíto.

Los contratos de alquileres de casas y apartamentos empiezan a actualizarse, teniendo que ser firmados por inquilinos histéricos que no entienden los aumentos de cien y doscientos dólares por encima del actual. Las termitas aprovechan y se salen de control, botándose para afuera como multitud de feria, isópteros carnavales. Hasta podría ser tarde.

Entonces entra en escena el profesional de control de plagas, el que pone la carpa y luego la quita. Hombre grande y vigoroso, dispuesto a extinguir termitas sobre la faz de Miami: gavetas y gaveteros, depósitos y cajones, containers, clósets, persianas, entrepaños, alacenas, filtros acondicionados, espacios entre los libros, escritorios, coffee tables, repisas, estantes, fuentes, algoritmos de madera, construcciones, maderamen. El hombre fuma un tabaco que me daña el pensamiento. Habla inglés, habla español, y fuma en los dos idiomas. Tiene una barriga ovalada y dura, con un ombligo ancho que se marca por afuera del pulóver. 

Foto: Sarah Bejerano

Con varios días de antelación se cita a los inquilinos. Un hombre dará instrucciones para salir del alquiler. El mismo que extinguirá termitas y bichos malos: cucarachas, salamandras, escorpiones, piojos, pulgas, garrapatas, amapolas, sábilas, malvaviscos, lo que sea y lo que sobra. Termitas principalmente, pues ellas son las peores. La cita es en la escalera, al lado de los buzones. Veinticuatro apartamentos y más de treinta inquilinos. Quien les habla testifica.

Se requiere doble nylon, y meterlo todo adentro. Todo significa todo. Y las plantas, por favor, hay que dejarlas afuera para ponerlas al margen de la carpa, en una orilla. Las plantas, cuando se vayan, porque tienen que irse antes, hay que dejarlas afuera, en la puerta, ¿tú me entiendes? Porque tienen que irse antes y no volver en tres días. Hay que irse porque es tóxico, y yo no soy responsable. Y cualquier cosa con vida se va a morir al momento.

Este calendario se utiliza como guía, y varía según la ubicación. El servicio de control de plagas y la ubicación varían como mismo varía la plaga, familia o nido de termitas, corrosivas, maliciosas. Propietario de edificio, condominio o warehouse es responsable de que las tareas se lleven a cabo con eficiencia y de que la lista de verificación se cumpla al pie de la puerta, gaveta o clóset. La puerta, gaveta o clóset también varía, según el tipo de apartamento o casa. Imagina un iglú.

Irse huyendo. Salir volando con niño chiquito del brazo para habitación de hotel o habitación de aire. ¿Cuál habitación es más expensive? ¿Cuál habitación es más poética? ¿En cuál habitación dormiremos a pie suelto y no soñaremos cosas que nos carcomen por dentro como plaga de termitas, hormigas blancas u hongos? ¿Qué cosa es una habitación de aire? ¿Air Supply? ¿Airbnb?

La guía de fumigación es un manual de usuario con estructura de panfleto, se puede leer corrido o detenerse entre líneas, como la línea del día anterior, en la página siguiente a la portada: Riegue la tierra próxima a los cimientos de la casa. Riegue de reguero. Abrir los cobertores impermeables de colchones si no tienen orificios de ventilación incorporados. Lo mismo con las almohadas y con todo lo mullido. El pecho mullido de las mujeres lindas, abrirlos y ventilarlos.

A fin de permitir el acceso para colocar las lonas impermeables, carpas de circo coloridas, Rainbow, quitar los automóviles y otros vehículos que podrían obstruir el paso, que no se utilizarán en la fumigación, que no sirven para nada sino para estar en el medio, atravesados, jodidos y metálicos. Los automóviles y vehículos pueden permanecer en el garaje, pero las puertas y el maletero deben quedar sin llave para salir-entrar.

Evacuar, la palabra es evacuar. Tiene que ser perfecta, la evacuación. Tiene que ser una manera perfecta de ver las cosas, como en el circo, como los trapecistas y los malabaristas y los tragafuegos. Porque las termitas son tragalibreros, tragacasas, tragagente y tragapensamiento. Las termitas parece que son malas pero en realidad son mucho más que malas. Se necesita un especialista, una carpa anaranjada y una habitación barata para pasarse tres días escondidos, acurrucados, olvidándonos de que existen las termitas, la destrucción.

Según el manual de usuario, no será necesario lavar platos, lavar ropa de cama, lavar ropa interior, lavar ropa de trabajo o ropa de fiesta. No será necesario nada de eso porque el fumigante es un gas que se disipa. Dicho con exactitud: el fumigante se disipará de la estructura y su contenido como el texto de la estructura del texto y la prosa del contenido de la prosa.

La guía de planificación es tajante: todos los productos, como alimentos, medicamentos y tabaco, que no están envasados adecuadamente (incluidos los productos que se encuentran en refrigeradores y congeladores), se deben retirar de la estructura que se fumigará o se deben almacenar en bolsas protectoras Nylofume cerradas. Se deben utilizar dos bolsas antes de llenarlas con productos que necesitan protección.

Siga atentamente las instrucciones:

Uno.

Cuando las bolsas aún estén vacías, coloque una dentro de la otra. 

La bolsa doble ayuda garantiza una protección eficaz.

Dos.

Coloque los productos en la bolsa interna.

No la llene en exceso.

Deje espacio en la parte superior para poder cerrar las bolsas adecuadamente.

Tres.

Enrosque la parte superior de la bolsa interna.

Cuatro.

Pliéguela una vez y sujete el pliegue con cinta o un seguro de alambre.

Cinco.

Repita los pasos tres y cuatro con la bolsa externa.

Seis.

Presione suavemente los lados de la bolsa y escuche si hay filtraciones de aire para verificar que esté bien cerrada. No debería haber filtraciones de aire.

Las personas, de todas formas, se preguntan qué deben embolsar o llevarse, y qué no. Antes de que la estructura sea fumigada, se deben proteger en bolsas de nylon especiales todos los productos de consumo que se encuentren en envases abiertos, o se deben retirar de la estructura. Se debe consultar con el profesional de control de plagas para saber cuál es el método recomendado.

El profesional de control de plagas, el que pone la carpa y luego la quita, fuma un tabaco que me daña el pensamiento. Habla inglés, habla español, y fuma en los dos idiomas. Tiene una barriga ovalada y dura, con un ombligo ancho que se marca por afuera del pulóver. Este hombre explica que se deben embolsar los siguientes grupos de productos:

Uno.

Medicamentos, tabaco, vitaminas y otras píldoras, suplementos y pastillas que se ingieren y que se encuentren en frascos o latas de vidrio, plástico o metal, abiertos sin el cierre original del fabricante intacto.

Dos.

Alimento para mascotas y otros animales en bolsas y cajas.

Tres.

Todo alimento o medicamento que se encuentre en botellas, frascos o latas de vidrio, plástico o metal abiertos sin el cierre hermético original del fabricante.

Cuatro.

Papas fritas, pastas, pan, cereales, arroz, galletas dulces y saladas, y otros productos envasados en bolsas o cajas de plástico, papel o cartón, aunque nunca se hayan abierto.

Cinco.

Bebidas, refrigerios, salsas, medicamentos y otros productos en envases metálicos forrados de papel aluminio, como sobres, cajas o blísteres.

Seis.

Todo lo que se encuentre en envases que pueden volver a cerrarse herméticamente, incluidos los envases de plástico, como leche, mantequilla, crema agria y requesón.

Siete.

Huevos, frutas, verduras y otros productos.

Por supuesto, habrá siempre un inquilino o una inquilina que no preste atención completa y se olvide de guardar un frasco o un blíster de ibuprofeno para la próxima menstruación. Ese inquilino o inquilina lo lamentará. Habrá siempre alguien que se olvide de cerrar una de las bolsas especiales de nylon o la cierre mal o se olvide de poner doble bolsa. Ese inquilino o inquilina lo lamentará.  

No se debe regresar a la estructura fumigada hasta que un fumigador con licencia haya probado y certificado que es seguro volver a entrar en la estructura. Se utiliza un equipo capacitado para evaluar el aire a fin de garantizar que los fumigantes se hayan disipado. En algunos estados, como California y Florida, se colocará un aviso en la puerta cuando la certificación del regreso sea aprobada.
Después de la fumigación los inquilinos regresan. El regreso es melancólico. Cada uno abre la puerta y dice: llegué a mi casa; o dice: ya estoy aquí; o dice: al fin, Dios mío. Hipérboles, en cualquier caso, porque salir de una casa tres días no tiene nada que ver con perder cierto falso techo o perder cierta falsa estabilidad. Sin embargo, salir de la casa tres días por culpa de un nido de termitas descaradas se parece demasiado al terror, al miedo de perder una vez más tus pertenencias y no saber qué hacer con tu vida.

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