Gilda Pérez es una de las pioneras de la fotografía conceptual en Cuba, y para el año 1993 ya tenía una trayectoria destacada. Es en esa fecha cuando se lanza por primera vez a la calle con una intención documentalista. Fue un año difícil, uno de los más crudos del Período Especial.

Aquel verano Gilda abordó la “Lanchita de Regla” y reconoció los signos de una época en los rostros de sus pasajeros. Angustia. Desidia. Desesperanza. Estos primeros planos son a la vez un memorial íntimo y colectivo.

No sabemos si la ciudad es punto de partida o de llegada. Si van en busca de la Virgen de Regla, o le dan la espalda. Es la gente que viaja inmóvil entre dos costas perfectamente intercambiables. Personas que en realidad no van a ninguna parte y que representan, aquí, ahora, ese silencio enorme del que nació el aullido migratorio de aquellos años.

La serie fue interrumpida cuando la fotógrafa sintió que, con su lente, quizá estaba agrediendo a los retratados.

  • Gilda Perez. Los pasajeros 1993

Un año después Gilda emigró a Caracas y allí residió por más de una década. Desde entonces, ha sido profesora de fotografía y ha seguido narrando su entorno a través de la cámara.