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Objeción de conciencia: la condena y el azar en Cuba
La plana mayor de su unidad de tanques estaba lista para ordenar el juramento y Abel formaba fila como abanderado. Aunque el Estado cubano nunca ha reconocido la objeción de conciencia y, en la práctica, la ha criminalizado, él no se arrodilló aquel día. No juró.
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