Estas fotos callejeras reafirman el talante de cronista que el joven Manuel Almenares ha exhibido en sus series Ciudad heterogénea y Miradas de extramuros.
La estampa social parece ser lo suyo. Y esta breve selección de «aguafuertes» viene con ácido extra (también algo tendrá que ver en ello la editora de fotografías de El Estornudo).
Almenares solo nos muestra esta vez efigies extremas: viejos y niños, o sea, el pasado y el futuro zapateando las calles de La Habana; un busto de José Martí y una cabeza de puerco.
La secuencia de las imágenes dispara además cierta narrativa sobre el comercio diario entre lo profano y lo sagrado, entre el discurso de la autoridad y el inevitable «rebumbio» cubano.

Manuel Almenares. La Habana. Fotos callejeras.
Un anciano vende periódicos ¿Granma? y otro se pone de boina un paquete con su mercancía. Una abuela atisba detrás del abanico casual que forman unos cucuruchos de maní y otra espera a que el Apóstol por fin le despache los huevos de la libreta. Unos niños interrogan al Martí del billete de un peso y otros niños despiden, sonrientes, a un par de chivos expiatorios.
Cada rostro aquí es absolutamente hermoso. Sin que importen las circunstancias.
(Fotografías autorizadas por Manuel Almenares).