El tornado que atravesó una porción de La Habana la noche del 27 de enero último dejó un rastro de destrucción y desamparo. Las calles de Regla y otros municipios capitalinos mostrarán aún durante bastante tiempo estampas como estas.
Tardará en volver la normalidad a las vidas de miles de gente que ahora han perdido sus hogares, sus pertenencias, su sosiego. Gente que ha visto volar por los aires sus proyectos inmediatos, sus íntimas certezas acerca del porvenir.

Alejandro Taquechel.
El cielo azul y la intensa luz del trópico que asoman por las ventanas y los dinteles abatidos no lucen protectores ni cálidos en estas fotografías de Alejandro Taquechel.
Las imágenes nos revelan la traición de esos símbolos, indomesticables: el obsceno talante de la calma después de la tormenta.
En estas fotografías queda la escena lista para que estos personajes se revelen contra su propio destino, y para que muchos otros, de La Habana y del resto de la isla, entren en la historia y comiencen a hacer lo que han estado haciendo en estos días: arrimar el hombro, echar una mano, compartir lo que se pueda.
(Imágenes cortesía de Alejandro Taquechel).