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Nostalgia de lo no vivido

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La vida se encargó de demostrar que no era la arquitectura nueva la transformadora del hombre, solamente, sino el hombre transformado revolucionariamente el germen de la nueva arquitectura. 

Fernando Salinas, agosto 1969.

Daniela Estrada es estudiante de cuarto año de Diseño Industrial en La Habana. Y justamente concibe su trabajo fotográfico como «un ejercicio de diseño inverso». Persigue la forma para luego hacerla discurso.

«El principio de observar y centrar la atención en la apariencia, […] entender la forma como lo devenido, como resultado de un proceso», señala en el statement artístico de esta serie on progress y aún sin título. 

Afirma una premisa universal, absolutista: «lo pragmático debe también de ser bello; la pérdida de la belleza es la pérdida de todo». 

La serie que vemos explora «el imaginario arquitectónico de una isla parada en el tiempo».

Se contraponen formas (y en cierto modo proyectos ideológicos): por un lado, «la estética purista de la arquitectura moderna de los cuarenta y cincuenta»; por otro, «la arquitectura de la Revolución, representada por el brutalismo y lo prefabricado, no por eso menos bella y poética en sus inicios».

Interesada en la indagación y el registro de los espacios arquitectónicos en tanto escenarios de fenómenos sociales, Daniela Estrada cree descubrir en estas imágenes, de alguna manera, «la nostalgia por lo que no se ha vivido nunca, la no pertenencia». 

Para la joven autora, cierto imaginario o proyecto colectivo «ha dejado de existir».

La arquitectura es ya otra, porque, dice, «el hombre y el cuerpo social se han transformado».

(Fotografías autorizadas por Daniela Estrada).

El Estornudo

Revista independiente de periodismo narrativo, hecha desde dentro de Cuba, desde fuera de Cuba y, de paso, sobre Cuba.