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Cubanos varados en Haití: ¿qué tan peligrosa sería su situación?

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Un grupo de más de 260 cubanos se encuentra varado en Puerto Príncipe, capital de Haití, luego de que una escalada de violencia en ese país caribeño provocara la suspensión de los vuelos de la aerolínea que los llevaría de vuelta a Cuba. El pasado 5 de febrero, el joven camagüeyano Reidiel Suárez colgó en su perfil de Tik Tok un video en que los varados informaban sobre su situación.

«Estamos desorientados, no pudimos viajar el día que nos correspondía […]. Todos los vuelos se han cancelado. La aerolínea Sunrise Airways dijo que no se hacía responsable de la situación […]. La mayor parte de nosotros tenemos miedo porque nunca hemos estado en una situación como esta», dijo uno de ellos.

El jueves 7 de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba declaró que su embajada en Haití estaba realizando gestiones para garantizar el retorno seguro de estos cubanos. Por su parte, el titular de este ministerio, Bruno Rodríguez Parrilla, aseguró a través de su cuenta en X que el personal diplomático cubano también estaba en «estrecho contacto» con la Asociación de Cubanos en Haití.

El pasado domingo 3 de marzo fue declarado el estado de emergencia en Haití tras el aumento de la violencia desatada por bandas criminales que combaten entre ellas y, a la vez, contra el gobierno. Apenas dos días después se decidió la cancelación del transporte aéreo en el país. Al menos 257 cubanos de los que se encuentran atrapados en Puerto Príncipe habían llegado a esa ciudad entre los días 24 y 26 de febrero con la única intención de comprar artículos de difícil acceso en Cuba. Pero la aerolínea en que debían regresar a su país, Sunrise Airways, decidió cancelar sus vuelos hasta nuevo aviso debido a los hechos violentos ocurridos el jueves 29 de febrero en el aeropuerto internacional Toussaint Louverture.

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El Toussaint Louverture, ubicado en la capital haitiana, fue atacado ese día por bandas armadas, y al menos uno de los proyectiles disparados alcanzó a un avión que se dirigía a Cuba.

«Esta situación ha creado pánico en el aeropuerto internacional Toussaint Louverture y en el aeropuerto Guy Malary, que gestiona vuelos locales. Los empleados y viajeros tuvieron que tumbarse al suelo para escapar de las balas perdidas», aseguró en una nota el diario haitiano Le Nouvelliste. Las razones de este ataque en específico son desconocidas hasta el momento.

Según declaraciones a ese medio de Sunrise Airways, los intercambios de disparos pusieron en peligro a los usuarios de la terminal y también a algunos aviones, por lo que la compañía decidió suspender todos sus vuelos hasta nueva notificación para no poner en peligro a viajeros, tripulaciones, aviones y trabajadores del aeropuerto.

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Desde 2017, muchos cubanos han viajado a Haití para comprar artículos de primera necesidad como medicinas, productos de aseo, alimentos y ropas. Y, si bien ese país no ha retirado el requisito de visado para los residentes en Cuba, sí ofrece más facilidades en los trámites para obtener dicho documento migratorio que otros países de la región. Haití se convirtió desde entonces en una opción para importar productos a Cuba, aunque menos socorrida que, en su momento, otras como Guyana, Panamá y Nicaragua, países estos que, de hecho, se convirtieron en destinos para iniciar la ruta migratoria hacia Estados Unidos. Como sucedió en la Zona Libre de Colón en Panamá y en el Mercado Oriental de Managua, en el mercado Hyppolyte, ubicado en el corazón de Puerto Príncipe, no pocos establecimientos se adaptaron para cubrir las demandas de los cubanos. Incluso en las cercanías del aeropuerto comenzó a llamarse a una zona residencial Ti Havana (Pequeña Habana, en creole) por la repentina aparición de casas de renta pensadas para la estancia de los nuevos compradores.

Los cubanos también se han hecho presentes en Haití a través de las misiones médicas cubanas, que se han mantenido durante los últimos 25 años. La primera de ellas, llegada en 1998 a esa nación caribeña, tras los huracanes Georges y Mitch, contó con un contingente de dos mil médicos.

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Haití no solo es el país más pobre de América Latina, sino también uno de los menos estables políticamente. Y, desde 2021, con el asesinato del entonces presidente Jovenel Moïse, se ha vuelto un territorio en guerra.

El conflicto no solo es entre pandillas criminales armadas, sino también entre estas y el gobierno del actual presidente interino Ariel Henry. Los enfrentamientos armados y las matanzas han provocado el establecimiento de toques de queda, sobre todo en la capital, donde el pasado sábado escaparon de la principal cárcel haitiana, tras un ataque, más de tres mil reos. Las cifras de muertos no paran de aumentar drásticamente. Según estimaciones de Naciones Unidas, solo en enero de 2024 murieron más de 800 personas en Haití debido a los enfrentamientos armados.

En esta guerra, sobresale una figura: la del caudillo criminal y expolicía de élite Jimmy Chérizier, conocido como «Barbecue». Chérizier, además de liderar uno de los grupos criminales más peligrosos del lugar, ha iniciado una cruzada contra el actual gobierno. Recientemente, incluso, amenazó: «Si Henry no dimite, si la comunidad internacional le sigue sosteniendo, vamos directo a una guerra civil, que conducirá a un genocidio».

Mientras tanto, ante la inactividad de la ONU, el presidente interino Ariel Henry ha viajado a Kenia para solicitar el desplazamiento de efectivos policiales de esa nación africana que le ayuden a mantener su gobierno.

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Más allá de los cerca de 260 cubanos varados en Puerto Príncipe, el régimen de La Habana se arriesga, con el mantenimiento de sus misiones médicas en Haití, a que surjan otras situaciones de peligro para sus ciudadanos. Esto, cuando todavía no se ha desmentido el rumor sobre la muerte de dos médicos cubanos, Assel Herrera y Landy Rodríguez, quienes estaban de «misión» en Kenia y, desde 2019, permanecen secuestrados por el grupo islamista Al-Shabaab.

El 23 de enero de 2023, un chófer de la brigada médica cubana, Alejandro Aguilera Milanés, fue secuestrado por una pandilla en Haití. Afortunadamente, este fue liberado una semana después. 

Ante el aumento de la violencia en las calles de Puerto Príncipe, la ONG internacional Médicos Sin Fronteras abandonó en julio de ese año sus servicios en el hospital de Tabarre. El hecho ocurrió a partir de la irrupción de una banda armada en dichas instalaciones, donde fue secuestrado a un hombre que se encontraba en el quirófano. Para entonces, ese era uno de los pocos centros que todavía contaban con apoyos de la ONG, pues otros habían quedado a su suerte debido a la escalada de asesinatos.

En octubre de 2023 corrió el rumor de que Cuba abandonaría su misión médica en Haití debido a la inestabilidad política del país. Esto siguió a la autorización por parte del Consejo de Seguridad de la ONU del despliegue de una Misión Multinacional de Apoyo (que hasta ahora no se ha materializado) cuyos efectivos podrían utilizar la fuerza en territorio haitiano. El bulo fue rápidamente desmentido por el Ministerio de la Salud Pública y de la Población de Haití, mientras que las autoridades cubanas aclararon que la misión continuaría pese la grave crisis política en el país caribeño. La brigada de personal sanitario de Cuba en Haití cuenta actualmente, según cifras oficiales, con más de 50 cooperantes, distribuidos en diez departamentos del país. Según datos oficiales, en total, son más de dos mil los cubanos que se encuentran en estos momentos en el país caribeño.

El Estornudo

Revista independiente de periodismo narrativo, hecha desde dentro de Cuba, desde fuera de Cuba y, de paso, sobre Cuba.

Ver comentarios

  • Es criminal lo que hace esa tiranía con los médicos cubanos después de que los envía como esclavos a trabajar en tierras extrañas. Cuando se produce una situación crítica, los obliga a mantenerse allí sin hacer ningún tipo de gestiones para salvarles. El desprecio por la vida de ese personal es total. Pero de eso tenemos la culpa los cubanos que nunca nos hemos plantado y dicho NO al abuso, a la explotación, a la manipulación de nosotros como si fuéramos material desechable. Nos han perdido el respeto y esas son las consecuencias.