Opinión

Hamlet Lavastida ha sido liberado a cambio de nuestro exilio

Compartir

Si ha llegado este momento y están leyendo esta nota, es porque justo ahora Hamlet Lavastida y yo acabamos de pisar el espacio Schengen. Hemos tomado la precaución de hacer pública nuestra situación a estas alturas (literalmente) por nuestra seguridad personal. La policía política nos impuso el exilio de ambos como única opción para la excarcelación de Hamlet. Desde el comienzo de su insólita detención, y durante los 90 días que permaneció en privación de su libertad bajo un proceso de investigación infundado, yo, Katherine Bisquet, escritora y activista, he sido blanco de acoso, coacción, privación ilegal de libertad (prisión domiciliaria por 65 días), tortura psicológica, detenciones ilegales y amenazas de procesamiento por parte de la Seguridad del Estado. Pero sobre todo he sido víctima del chantaje a través del cual el poder me hacía saber que cada día que transcurría sin que yo consiguiera una visa representaba un día más de cárcel para Hamlet. Mi salida del país era la moneda de cambio para su liberación. Debo añadir, además, que a esa misma presión de intentos de chantaje estuvieron sometidas varias personas allegadas a Hamlet, tanto familiares como amigos.

Hamlet Lavastida ha sido conducido por la Seguridad del Estado directamente al aeropuerto José Martí en horas de la tarde de este sábado 25 de septiembre, desde una casa de protocolo en la que se encontraba aislado desde el día 20 de septiembre, y de la cual desconoce su ubicación ya que fue transportado a ese lugar con la cabeza entre sus piernas. Yo he sido trasladada por la Seguridad del Estado hacia el aeropuerto José Martí desde mi renta en Centro Habana, sin tener la posibilidad de que mi padre y familia me llevaran y me despidiesen. De la misma manera, durante el transcurso de esta última semana, fui conducida por miembros del aparato represivo a la gestión de todos mis trámites migratorios, y fueron ellos quienes se encargaron de agilizar el proceso: prorrogaron de manera inmediata nuestros pasaportes y facilitaron las pruebas de PCR para poder viajar.

No cabe aquí ninguna justificación que alcance ni siquiera mínimamente a disfrazar el plan macabro que ha desplegado el poder político sobre nuestras vidas. A este plan lo nombraban «racionalidad política». En varias ocasiones escuché decir a más de un agente que a ellos no les convenía que Hamlet estuviese preso y que, debido a esta «racionalidad política», decidían excarcelarlo bajo la condición de la salida del país de ambos. O sea, no solo se referían a la salida de Hamlet, quien en realidad siempre tuvo la oportunidad de marcharse legalmente de Cuba, pues posee una visa familiar a través de la ciudadanía polaca de su hijo. Por tanto, esa «racionalidad» se traducía principalmente en mi salida; era el anzuelo efectivo lanzado a nuestra relación sentimental.

Algo ha logrado la Seguridad del Estado, y es que en este reducido, incivilizado y precario espacio en que inevitablemente tenemos que coexistir, terminamos normalizando y asimilando la represión. Ya no de manera pasiva, sino de una forma bastante familiar y sin extrañezas, lo cual los convierte a ellos en una maquinaria mucho más eficiente y perdurable. Y es este precisamente el cáncer que se ha apoderado de los cubanos durante décadas, el cáncer que crece a discreción dentro de nuestras almas. Nos han violado, nos han expatriado, nos han asesinado, nos han encarcelado, nos han censurado, y todo ha sido silenciosamente, bien de cerca, en nuestro patio, en nuestra propia casa.  

La segunda vez que vi a Hamlet preso fue durante el procedimiento de pruebas de PCR, el 23 de septiembre. Yo no sabía si estaba casi feliz o casi destrozada. Recuerdo haberle pedido una hora más al teniente coronel Mario para seguir sentada junto a Hamlet en un lugar que fue la primera Villa Marista y que hoy es el Museo de la Denuncia. Seguramente nosotros éramos para ellos unas piezas más en aquel museo. Si Mario me hubiese concedido una hora más, tal vez hubiesen logrado petrificarnos. Pero su negativa me expulsó de golpe a la realidad, a la imperiosa necesidad de seguir moviéndome, de seguir articulando mi palabra y mi cuerpo. Debo seguir, pensé, hay que seguir. Y salí de aquel lugar con el deseo de echar abajo hasta su último ladrillo. Nosotros no seremos piezas de nadie, no seremos las reliquias de un poder que se vanagloria del control que poseen sobre las vidas de tantos cubanos. Tenemos muchas cosas por hacer, muchas cosas que construir. Y por eso mismo no puede quedar margen para la parálisis, para la desidia, para la derrota.

En estos últimos meses algo ha cambiado. Un pueblo ha gritado con la voluntad de cambiar las cosas. Hoy esos cubanos han estado salvándome y han estado salvándose ellos mismos. Hoy hay más de 800 personas encarceladas o desaparecidas por manifestarse. Hoy tengo a mis amigos Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo y Esteban Rodríguez presos en cárceles de máxima seguridad por expresarse libremente. Hoy tengo que apelar al exilio. Hoy hay un pueblo vivo. Y en todo eso hay esperanza. Hay una fuerza por crecer. Una fuerza que se acumula en nosotros.

En todo este proceso tortuoso he estado acompañada y he sido apoyada por muchos amigos y organizaciones internacionales a cargo de la protección de artistas en riesgo y defensores de los derechos humanos. A todos ellos nuestro eterno agradecimiento. Muy pronto, y luego de una breve recuperación, estaremos dando nuestros testimonios. Nada quedará impune. Cada acto de represión y cada vejación contra nuestras vidas tendrá traducción en una parte importante de mi literatura. Cada detalle, cada palabra, cada gesto, cada cuerpo.

Y como dije un día, con las fuerzas que me quedaban, a las puertas de un Ministerio, «que sea el amor y la poesía lo que unan a este pueblo».

¡Seguimos!

Ver comentarios

  • Tus palabras leídas e interprerdas una a una nos enseña cada día más de q lo es capaz el régimen por seguir en su poder, también nos llena fuerza para seguir luchando por una cuba libre patria y vida

  • El destierro... Sanción que se aplica desde los colonialistas españoles. Cuando a mí me lo sugirieron en 2003, no pensé que duraría hasta hoy. En fin.

  • No hay palabras para describir vuestra enteresa, vuestra humildad, valentía. No vamos a claudicar, la sociedad civil cubana está construyendo, casi imperceptible, una nueva historia. Vosotros soy parte de ello. Me enorgullece saber que los valores de fundamentales de civismo siguen intactos en vosotros. #DondeTuCaesYoTeLevanto #YoEstoyDentro #NosVemosEl20N

  • Me he quedado sin habla y con una tristeza que derrite paredes. No se que decirles. Solo un largo abrazo puede trasmitirle lo que siento.

  • Katherine, te aseguro que Hamlet podrá volver pronto a Cuba sin ningún tipo de temor. Porque pronto Cuba no va a ser la que es ahora.

  • Gracias por aporte en la lucha por la liberación de nuestra patria del yugo comunista. Esta es una lucha de todos los Cubanos, los de adentro y los de afuera. Admiro y respeto su valor y entrega. Dios los bendiga.

  • El ejemplo de valentía, inteligencia y amor de ustedes dos y de los cientos de cubanos presos y secuestrados por régimen ha hecho posible el renacer de la sociedad civil y la solidaridad en la isla, a pesar de que algunos prefieren ignorar la realidad, restándoles importancia para insistir en modalidades violentas que favorece la Seguridad. Ojala que se escuchen sus voces en Polonia, Londres, Praga Bruselas y otras capitales y que logren Movilizar aún más la opinion mundial, reclamando apoyo para los que quedaron en las mazmorras castristas. Que Dios los bendiga. Frank Calzon

  • Una prueba más de los métodos fascista que usan los comunistas en Cuba, Castro y su pandilla continúan impunes ante la Ley Internacional y esto es un fallo que tiene el sistema judicial internacional, del cual la dictadura cubana se beneficia y que aún nadie ha reparado, el mundo debe reaccionar de una vez y acabar con la impunidad de los asesinos. Deseo que ninguna otra persona pase por lo que ha sufrido en la prisión Hamlet Lavastida, pudo haber muerto, es preferible estar luchando desde el exilio, que desde las cárceles del régimen.

  • Un fuerte abrazo a mis valientes compatriotas.
    Quién iba a decir hace 25 años que Polonia sería tierra de refugio para dos demócratas ?
    Patria y Vida

  • Y están igual que la colonia española...mandando disidentes al destierro...esta vez no a la isla de Fernando Po.

  • Y aun hay quien , sanamente, cree que no hace falta otro Pinochet en Cuba cuando caiga ese régimen , uno no, hacen falta varios para acabar con todo vestigio de ese criminal y asesino régimen, un abrazo desde este exilio que les da la bienvenida.