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Viral Centro Habana

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Manuel Almenares camina por las calles de Centro Habana en estos días de coronavirus. Retrata lo que andaba buscando: esta mezcla dudosa que consiste, por el lado viral de las circunstancias, en una pizca de miedo y cinco gotas de displicente cautela, y por el lado crónico, esa veta —al parecer, estéticamente inagotable— de sensualidad y decadencia que tantos fotógrafos han explotado con fruición.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

Las imágenes de los habitantes de las zonas más antiguas e historiadas de la ciudad invitan a pensar en los sobrevivientes de alguna devastación. Lo que pasa es que esa devastación está siempre en progreso. Y, por tanto, no hay sobrevida posible.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

En cambio, la sobrevivencia es asunto cotidiano, como son la vida y la muerte. Incesante.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

Y en eso está ocupada ahora mismo la gente de Centro Habana, por partida doble. (Hasta este martes, las autoridades cubanas habían informado más de 800 diagnosticados positivos por Covid-19, así como 24 muertos).

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

Estas fotografías representan entonces el acoso redundante de la enfermedad sobre la enfermedad.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

Pero asimismo testimonian la tersa piel que se desliza a través del infortunio, la plasticidad de quienes se doblan y hasta se retuercen entre las ruinas sin quebrarse jamás, la incomprensible habilidad de esta gente para batear alegremente toda clase de bolas malas.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

Cada fotografía de Almenares tiene una ambición sintética que procede por vía de la yuxtaposición de discursos en diferentes planos: un caldero ritual lleno de prendas sucias y valiosas que catalizan una y otra vez en un mensaje total más potente, dialécticamente superior.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

Está el Martí de yeso, absurdamente blanco, de cara al sol, mientras en las sombras hay un hombre derrumbado (¡aunque con nasobuco!). Están el pan y el hambre en la misma vitrina, están ahí el presente y el futuro cercanos (esas personas, enmascaradas, se asoman también en esa vitrina). La simplicidad geométrica se convierte en una declaración sobre el barroco de las ruinas cuando el chico del pelo amarillo avanza con su pala al hombro.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

La mujer de las gafas es la madre del fotógrafo. Su aparición en esta serie contingente remarca el giro hacia lo íntimo en esta propuesta de Almenares, que ahora debe atisbar a través de enrejados antiguos o improvisados, a lo largo de pasillos estrechos y umbrosos, que descubre a sus convecinos, gregarios y expansivos habitualmente, un tanto más demorados en sí mismos.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

El artificio, la premeditación en el retrato de la madre no rompe, sin embargo, el tono de sinceridad ganado por el resto de esta selección fotográfica. Debe ser porque no hay nada más natural que el artificio religioso a que se alude en ella.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

Hay, por último, en estas estampas una sensación larval que conecta inevitablemente con la iconografía del cómic, por un lado, y de cierto cine apocalíptico, por otro… (Algo que desde luego ya se ha dicho bastante últimamente).

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares

Además de la enfermedad y de la muerte, el ridículo al que nos condena el virus tiene una dimensión pandémica.

Coronavirus en Cuba / Foto: Manuel Almenares
El Estornudo

Revista independiente de periodismo narrativo, hecha desde dentro de Cuba, desde fuera de Cuba y, de paso, sobre Cuba.

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